Traducido por el equipo de SOTT.net en español

Las personas que con frecuencia intentan impresionar o persuadir a otras con exageraciones y distorsiones engañosas son más propensas a dejarse engañar por información errónea que parezca impresionante, según muestra una nueva investigación de la University of Waterloo.
Man 'shush'
© Pixabay/CC0
Los investigadores descubrieron que las personas que se dedican con frecuencia a la "mentira persuasiva" eran en realidad muy poco capaces de identificarla. En concreto, ellos tenían problemas para distinguir los hechos intencionadamente profundos o científicamente precisos de la ficción impresionante pero sin sentido. Y lo que es más importante, estos frecuentes BSers (NdT: Back Stabber en inglés, jerga de redes sociales, en español sería un "Apuñalador por la espalda") son mucho más propensos a caer en los titulares de las noticias falsas.

Shane Littrell, autor principal del trabajo y candidato a Ph.D. en psicología cognitiva en Waterloo, declaró:
"Probablemente parezca intuitivo creer que no se puede engañar a un mentiroso, pero nuestra investigación sugiere que en realidad no es así. De hecho, parece que los mayores proveedores de mentiras persuasivas son, irónicamente, algunos de los más propensos a caer en ellas".
Los investigadores definen las "patrañas" como la información diseñada para impresionar, persuadir o engañar a la gente y que a menudo se construye sin preocuparse por la verdad. También identifican dos tipos de mentiras: las persuasivas y las evasivas. La "persuasiva" utiliza exageraciones y adornos engañosos para impresionar, persuadir o quedar bien con los demás, mientras que la "evasiva" consiste en dar respuestas irrelevantes y evasivas en situaciones en las que la franqueza podría herir los sentimientos o dañar la reputación.

En una serie de estudios realizados con más de 800 participantes de EE.UU. y Canadá, los investigadores examinaron las relaciones entre la participación autodeclarada de los participantes en ambos tipos de BSing (NdT: jerga de redes sociales, quien se divierte a través de la miseria de los demás en las redes sociales) y sus calificaciones sobre el grado de profundidad, veracidad o exactitud que encontraban en las declaraciones pseudoprofesionales y pseudocientíficas y en los titulares de noticias falsas. Los participantes también completaron medidas de capacidad cognitiva, perspicacia metacognitiva, exceso de confianza intelectual y pensamiento reflexivo.
"Descubrimos que cuanto más frecuentemente alguien se involucra en el mentiras persuasivas, más probable es que sea engañado por varios tipos de información fraudulenta, independientemente de su capacidad cognitiva, su compromiso con el pensamiento reflexivo o sus habilidades metacognitivas. Los persuasivos BSers parecen confundir la profundidad superficial con la profundidad real. Por lo tanto, si algo simplemente les parece profundo, veraz o preciso, significa que realmente lo es. Pero los mentirosos evasivos son mucho más capaces de hacer esta distinción".
La investigación puede ayudar a arrojar luz sobre los procesos que subyacen a la difusión de algunos tipos de desinformación, lo que podría tener importantes implicaciones para la lucha contra este creciente problema.

El estudio, "You can't bullshit a bullshitter (or can you?): Bullshitting frequency predicts receptivity to various types of misleading information," escrito por Littrell y los profesores de Waterloo's Faculty of Arts, Evan Risko y Jonathan Fugelsang, aparece en la revista British Journal of Social Psychology.