Debido a que los cometas que giran alrededor del Sol tienen órbitas alargadas y sus escombros son demasiado delgados, las lluvias de meteoros que originan son difíciles de detectar. Ahora, un equipo de investigadores ha descubierto que se pueden observar cerca de la órbita terrestre con una frecuencia de varios miles de años.
meteor shower perseids
© CC BY 2.0 / mLu.fotos / Perseids 2015 - Compilation 1 (Clean Version)
El astrofísico y autor principal del estudio, Peter Jenniskens, del Instituto SETI, explica que la base de las órbitas de los meteoroides ha aumentado significativamente gracias a la ampliación de la red de cámaras fotosensibles Allsky Meteor Surveillance Cameras (CAMS) que monitorea los meteoros visibles y mide sus trayectorias.

"Esto crea conciencia sobre el estado potencialmente peligroso de los cometas cuya última órbita cercana a la Tierra se remonta al año 2000 a.C.", subraya Jenniskins.

Durante el estudio, el equipo de Jenniskens realizó una búsqueda en la base de datos de CAMS para encontrar las lluvias de meteoros asociadas con cometas de larga data.

"Hasta hace poco, solo sabíamos que cinco cometas de larga data eran los cuerpos parentales de una de nuestras lluvias de meteoros. Pero ahora identificamos nueve más o tal vez hasta 15", señala el astrofísico.

Los investigadores también descubrieron que las lluvias de estrellas creadas por cometas de larga data pueden durar varios días, algo que "fue una sorpresa" para Jenkins, pues esto podría significar que los cometas habrían regresado al sistema solar varias veces, mientras que sus órbitas habrían cambiado gradualmente con el tiempo.

El científico sugiere que las lluvias más dispersas también son las más antiguas. Esto, a su vez, podría significar que con el tiempo los meteoroides más grandes se descomponen en los más pequeños.

Los cometas representan tan solo una fracción de los cuerpos que impactan en la Tierra, pero los astrónomos están convencidos de que precisamente estos cuerpos estelares han sido los responsables de los eventos más grandes de nuestro planeta, puesto que puedes ser muy grandes y pueden impactar a una gran velocidad debido a sus órbitas.

En sus próximos estudios, el equipo de Jenniskens espera detectar lluvias de estrellas más débiles y rastrear las órbitas de cometas padres ubicados incluso en las órbitas más largas.

Los resultados del estudio han sido publicados en la revista científica Icarus.