A las 5:09 (hora local peninsular) del 9 de junio, este bólido cruzó el cielo nocturno. Pudo ser visto desde prácticamente toda la Península Ibérica debido a su luminosidad.
fireball
Esta bola de fuego se produjo al entrar en la atmósfera terrestre a gran velocidad una roca procedente de un cometa. Fue grabada por los detectores que la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (Red SWEMN) opera en los observatorios de La Hita (Toledo), Calar Alto (Almería), La Sagra (Granada), Sierra Nevada, Madrid y Sevilla.


Estos detectores trabajan en el marco del Proyecto SMART, que se coordina desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) con el objetivo de monitorizar continuamente el cielo para registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar.

Este fenómeno ha sido analizado por el investigador responsable del Proyecto SMART, el astrofísico José María Madiedo del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). Este análisis ha permitido determinar que la roca que originó esta bola de fuego entró en la atmósfera a unos 155 mil kilómetros por hora sobre la zona este de la provincia de Ciudad Real (Castilla-La Mancha). Debido a esta elevada velocidad, el brusco rozamiento con el aire hizo que la roca se volviese incandescente cuando se encontraba a una altura de unos 105 km. Esta incandescencia fue la que generó la brillante bola de fuego, que por su gran luminosidad pudo verse desde más de 400 kilómetros de distancia.

El bólido avanzó en dirección suroeste y se extinguió cuando se encontraba a una altitud de unos 82 kilómetros sobre el norte de la provinicia de Córdoba. La bola de fuego recorrió una distancia total de unos 190 kilómetros en la atmósfera.