En torno a las 0:47 (hora local peninsular) del 9 de septiembre, esta bola de fuego cruzó el cielo nocturno. El bólido se produjo al entrar en la atmósfera terrestre a gran velocidad una roca procedente de un asteroide.
fireball
Fue grabado por los detectores que la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (Red SWEMN) opera en los observatorios de La Hita (Toledo), Calar Alto (Almería), La Sagra (Granada), Sierra Nevada (Granada) y Sevilla. También fue detectado por la estación que opera el Dr. Jaime Izquierdo en Madrid (Universidad Complutense).


Estos detectores trabajan en el marco del Proyecto SMART, que se coordina desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) con el objetivo de monitorizar continuamente el cielo para registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar.

Este fenómeno ha sido analizado por el investigador responsable del Proyecto SMART, el astrofísico José María Madiedo del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). Este análisis ha permitido determinar que la roca que originó esta bola de fuego entró en la atmósfera a unos 72 mil kilómetros por hora sobre la zona sureste de la provincia de Ciudad Real. Debido a esta elevada velocidad, el brusco rozamiento con el aire hizo que la roca se volviese incandescente cuando se encontraba a una altura de unos 98 km, casi sobre la vertical de la localidad de Almedina. Esta incandescencia fue la que generó la brillante bola de fuego.

El bólido avanzó en dirección noroeste y sobrevoló las localidades de Fuenllana y Carrizosa, para finalmente extinguirse cuando se encontraba a una altitud de unos 35 kilómetros casi sobre la vertical de Argamasilla de Alba.