Traducido por el equipo de Sott.net

Un importante cardenal alemán ha advertido que personas como Bill Gates, George Soros y el director del Foro Económico de Davos, Klaus Schwab, están utilizando la pandemia del coronavirus para someter al mundo al "control total" de las "superricas élites" globalistas. Declara que los globalistas quieren crear "un nuevo hombre a su imagen y semejanza, que no tiene nada que ver con la democracia".
Cardinal Gerhard Ludwig Mueller,
El cardenal Gerhard Ludwig Mueller, que también es juez de alto rango en el tribunal del Vaticano, hizo estos comentarios durante una entrevista con el Instituto San Bonifacio de Austria.

Mueller advirtió que "las personas que se sientan en el trono de su riqueza" aprovechen la "oportunidad para imponer su agenda".

El cardenal añadió que la pandemia ha provocado "caos" y "agitación", en parte debido a que las élites quieren "atrapar la oportunidad para doblegar a la gente" mediante un "estado de vigilancia" global.

Mueller también afirmó que los globalistas se están esforzando por traer al mundo "un nuevo hombre", creado "a su imagen y semejanza", y advirtió: "Eso no tiene nada que ver con la democracia".

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Los medios de comunicación alemanes rechazaron inmediatamente los comentarios del cardenal como "teorías de la conspiración", y la revista Der Spiegel sugirió además que sus comentarios podrían ser antisemitas.

Mueller respondió a la agencia de noticias alemana DPA en un correo electrónico en el que afirmaba que es erróneo sugerir que cualquiera que "critique a la élite financiera... está automáticamente en el lado equivocado", y además insistió en que "las élites superricas de varios países" están ejerciendo una "influencia ilegítima" sobre los habitantes del planeta.

Mueller no es la primera figura prominente de la Iglesia católica que advierte sobre los oscuros objetivos que se esconden tras el Gran Reinicio.

El cardenal Raymond Burke, uno de los católicos más poderosos de Estados Unidos, pronunció una homilía en la que arremetió contra las "fuerzas seculares" que quieren "hacernos esclavos de su agenda impía y asesina".

"Luego está el misterioso virus de Wuhan, sobre cuya naturaleza y prevención los medios de comunicación nos dan a diario informaciones contradictorias", dijo Burke. "Lo que está claro, sin embargo, es que ha sido utilizado por ciertas fuerzas, contrarias a las familias y a la libertad de las naciones, para avanzar en su agenda malvada. Estas fuerzas nos dicen que ahora somos los sujetos del llamado 'Gran Reinicio', la 'nueva normalidad', que es dictada para la manipulación de los ciudadanos y las naciones a través de la ignorancia y el miedo."


El cardenal, que forma parte del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica de la Iglesia, la máxima autoridad judicial de la Iglesia católica, también denunció la fidelidad de Estados Unidos a China como una peligrosa amenaza para la identidad cristiana en América.

"Para obtener beneficios económicos, como nación nos hemos permitido depender del Partido Comunista Chino, una ideología totalmente opuesta a los fundamentos cristianos sobre los que las familias y nuestra nación se mantienen seguras y prosperan", dijo.

Además, destacamos el pasado mes de noviembre, que el arzobispo Carlo Maria Viganò escribió una carta abierta al presidente Trump afirmando que la pandemia de Covid-19 es parte de un complot para imponer una "dictadura sanitaria."

"Vemos a los jefes de las naciones y a los líderes religiosos plegándose a este suicidio de la cultura occidental y de su alma cristiana, mientras se niegan los derechos fundamentales de los ciudadanos y de los creyentes en nombre de una emergencia sanitaria que se revela cada vez más plenamente como instrumental para el establecimiento de una tiranía inhumana sin rostro", escribió Viganò.

Añadió que El Gran Reinicio pretendía infligir "la imposición de medidas liberticidas, ocultas tras las tentadoras promesas de garantizar una renta universal y cancelar la deuda individual".

El cardenal católico Robert Sarah también advirtió recientemente que el cristianismo está en declive y que la sociedad occidental está "perdida" porque "si nos separamos de Dios, estamos perdidos y Dios silenciado".

El cardenal también advirtió que "la civilización occidental está en un profundo estado de decadencia y ruina" debido a la obsesión de la gente por el materialismo y que la situación es similar a la de justo antes del colapso del Imperio Romano.

"Las élites no se preocupan más que de aumentar el lujo de su vida cotidiana, y el pueblo ha sido anestesiado por entretenimientos cada vez más vulgares", dijo Sarah.