Los objetos voladores no identificados (ovnis) son una amenaza potencial a la seguridad de Estados Unidos y deben ser tratados desde ese criterio, consideró el legislador André Carson en una audiencia de la Cámara de Representantes.
Adre Carson
© Twitter / @RepAndreCarson
Como titular de la comisión legislativa de contraterrorismo, contrainteligencia y contraproliferación, Carson impartió una audiencia llamando a que el Gobierno de Estados Unidos retome sus investigaciones en torno a los ovni, que también llamó Fenómenos Aéreos no Identificados (UAP, por sus siglas en inglés).

Quienes reporten ovnis deben ser tratados como testigos por las autoridades estadounidenses, indicó el parlamentario y subrayó que el Congreso estadounidense no ha atendido el tema de los objetos voladores no identificados por los últimos 50 años.


Además, André Carson dijo que espera que no pasen otros 50 años antes de que las autoridades de su país aborden el tema, pues la transparencia al respecto es indispensable.

"Los estadounidenses necesitan saber más acerca de estos fenómenos inexplicados", consideró el legislador demócrata.

Los pilotos militares y civiles de Estados Unidos deben ser protegidos en su posible avistamiento de estos fenómenos, agregó Carson.

El también legislador Rick Crawford acompañó la exposición de Carson y dijo que estas investigaciones en torno a objetos voladores sin identificar deben adelantar si países como Rusia y China están desarrollando tecnologías desconocidas por los Estados Unidos.

Además, debe evitarse que estos países sorprendan a Estados Unidos, desde avances tecnológicos inesperados, argumentó el parlamentario.

En junio de 2021, se dio a conocer un informe del Pentágono que alimentó teorías conspiratorias acerca de fenómenos aéreos inexplicables, ya que confirma que el Gobierno estadounidense todavía no tiene explicación para más de un centenar de avistamientos de objetos voladores no identificados.

De acuerdo con el documento publicado por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, de los 144 avistamientos registrados — principalmente por el personal de la Armada — desde 2004, 143 siguen sin explicarse. En la gran mayoría de los casos, la investigación no encontró datos suficientes para tener una explicación concluyente.