Los recientes comentarios del doctor Anthony Fauci sobre las irregularidades menstruales se enfrentaron a serias contestaciones por parte de los ginecólogos, quienes dicen que las vacunas contra COVID-19 no debieron haberse aplicado a las mujeres embarazadas sin las pruebas de seguridad adecuadas.
Shawn Thew/Pool/AFP vía Getty Images
© Shawn Thew/Pool/AFP vía Getty ImagesEl director del NIAID, el Dr. Anthony Fauci, testifica durante una audiencia del Subcomité de Asignaciones del Senado sobre Trabajo, Salud y Servicios Humanos, Educación y Agencias Relacionadas, en el Capitolio en Washington el 17 de mayo de 2022.
"Bueno, lo de la menstruación es algo que parece ser bastante transitorio y temporal, ese es uno de los puntos", dijo Fauci en una aparición en Fox News el 25 de julio, cuando se le preguntó sobre el efecto de las vacunas en los ciclos menstruales.

"Tenemos que estudiar más aquello", añadió Fauci.

Fauci es el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) y fue uno de los principales responsables de la información sobre las vacunas contra COVID en Estados Unidos.

La doctora Christiane Northrup, una exmiembro del Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, comentó a The Epoch Times las afirmaciones de Fauci.
"Desgraciadamente, los problemas menstruales que estamos viendo no son ni mucho menos pasajeros ni temporales. Muchas mujeres sangran a diario o tienen periodos abundantes, irregulares y dolorosos durante todo un año y algunas de ellas ya han pasado a la menopausia. Algo no cuadra aquí", dijo la Dra. Northrup.
El Dr. James Thorp, un médico de 69 años de edad que está certificado por la junta de obstetricia y ginecología, así como por la de medicina materno-fetal, y que ha estado practicando la obstetricia durante más de 42 años, publicó extensamente sobre el tema.
"Los cambios significativos y dramáticos en los patrones menstruales que ocurren después de las vacunas contra COVID-19 no deben ser marginados. Es indicativo de importantes efectos adversos en las mujeres en edad reproductiva. Las partes interesadas afirmaron que la vacuna permanecería en el lugar de la inyección, en el músculo deltoides. Esto era una información errónea. Ahora se sabe que las nanopartículas lipídicas (LNP) se distribuyen por todo el cuerpo y se concentran en los ovarios, lo dicen al menos dos estudios. Schadlich y sus colegas demostraron la concentración de las LNP en los ovarios de diferentes especies de ratones y ratas Wistar, in vivo, in vitro y mediante sofisticadas imágenes microscópicas en 2012", dijo el Dr. Thorp a The Epoch Times.
Una nanopartícula lipídica es una partícula extremadamente pequeña, una membrana soluble en grasa que es la encargada de llevar el ARN mensajero (de las vacunas).

Documentos internos de Pfizer

Los documentos internos de Pfizer, obtenidos a través de la Ley de Libertad de Información, muestran un aumento de 118 veces en la concentración de las LNP desde el momento de la inyección de la vacuna hasta las 48 horas.

"Se sabe que los LNP incluyen sustancias tóxicas, como el polietilenglicol y el ARNm pseudouridinado. El número limitado de óvulos en los ovarios (alrededor de 1 millón) queda expuesto a sustancias potencialmente tóxicas y podría tener efectos catastróficos en la reproducción humana", dijo el Dr. Thorp.

"Las partes interesadas afirmaron que el ARNm pseudouridinado no podía transcribirse de forma inversa al ADN humano. Esto era información errónea", añadió el médico en referencia a un estudio sueco publicado en febrero de 2022 que concluyó que la vacuna COVID-19 de Pfizer es capaz de entrar en las células del hígado humano y convertirse en ADN.

El Dr. Thorp y el exvicepresidente de Pfizer, Michael Yeadon, creen que el complejo médico industrial tenía pruebas inequívocas sobre el peligro de la vacuna en las mujeres embarazadas.

"Esto está probado no solo por VAERS, sino también por el propio documento interno de Pfizer — 'Pfizer 5.3.6 post-marketing experience'" dijo el Dr. Thorp al referirse al Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS).

En los primeros 90 días de ensayos, hubo 1223 muertes, múltiples efectos adversos graves y una tasa de un 45 por ciento (124 casos) de complicaciones en las madres vacunadas, entre los casos (274) de las embarazadas.

El estudio de 2012, mencionado antes por el Dr. Thorp, dice que tras las pruebas con diferentes especies de ratones y ratas Wistar "se encontró en todos los animales una alta acumulación local de nanopartículas, nanocápsulas y nanoemulsiones en lugares específicos de los ovarios".

Yeadon cree que la industria farmacéutica "definitivamente sabía", desde 2012, que las nanopartículas lipídicas se acumularían en los ovarios de las mujeres que recibieran las vacunas.

"Nadie en la industria o en los principales medios de comunicación podría afirmar que 'no sabían de estos riesgos para el éxito del embarazo'", dijo Yeadon a The Epoch Times en abril.

Eludiendo la responsabilidad

La Dra. Northrup teme que pueda haber muchos más datos relacionados con los daños reproductivos que aún no se han revelado.

"La frase 'esto requiere más estudio' mientras se minimiza la evidencia actual de daño es una forma común de descontar la experiencia de miles de mujeres. Desgraciadamente, los médicos académicos hacen esto todo el tiempo como una forma de eludir la responsabilidad de los efectos adversos de sus tratamientos", dijo la Dra. Northrup a The Epoch Times.

Tiffany Parotto, investigadora principal de MyCycleStory, tras una encuesta que encontró muchos problemas en las mujeres después de tomar las vacunas COVID, dijo a The Epoch Times en mayo que estaba angustiada por la censura y la eliminación de un grupo de Facebook de unos 21,000 miembros donde las mujeres hablaban de sus irregularidades menstruales.

La oficina de Fauci no respondió a una solicitud de comentarios al cierre de esta edición.