Miles de personas tuvieron la fortuna de presenciar un inspirador espectáculo nocturno: sublimes auroras boreales dibujándose en la bóveda celeste. La razón de que emergiera este desfile de atmósferas policromáticas, que generalmente se presentan en la época invernal y en latitudes del norte alto, fue una tormenta geomagnética provocada por explosiones solares. Habitantes de los países nórdicos, así como del centro-norte de Europa (Reino Unido, Alemania, Escocia y Holanda), de Canadá y de la región norte de Estados Unidos, reportaron, y afortunadamente para nosotros también registraron, las oníricas auroras. Este fenómeno ocurre cuando se suscita un choque de partículas cargadas provenientes del campo magnético de la Tierra.


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