La revista Forbes analiza una de las crisis a las que tendrá que enfrentarse Europa, que se suma a la del suministro de gas y electricidad: se trata de la crisis de los fertilizantes.
fertilizantes
Según recoge la revista internacional, el pasado 25 de agosto, Yara International, de Noruega, ya anunció que reducirá la producción de fertilizantes a base de nitrógeno ante el aumento de los precios del gas natural, lo que supondría una mayor presión sobre la inflación de los alimentos en una región que ya está viéndose afectada por los altos precios de las materias primas.

Son numerosas ya las empresas de fertilizantes en Europa que están cesando sus operaciones de manera temporal, debido a los altos costos de los materiales con los que trabajan, principalmente el gas natural. «Grupa Azoty y PKN Orlen de Polonia anunciaron planes para dejar de producir fertilizantes a base de nitrógeno en agosto, junto con Yara. CF Fertilizers del Reino Unido dejó de producir fertilizantes en septiembre de 2021, citando los costos de insumos asociados con los combustibles fósiles».

Según estudios recientes, concretamente el realizado por CRU Group, los productores de fertilizantes de la UE pierden una media de 2.000 dólares por cada tonelada de amoníaco que producen. El amoníaco es un componente fundamental para la elaboración de fertilizantes. «A principios de 2021, una tonelada de amoníaco les costaba a los agricultores de Europa Occidental alrededor de 250 dólares por tonelada. Ese mismo fertilizante se vende hoy en alrededor de 1.250 dólares por tonelada», señala Forbes.

Rusia, por su parte, no se está viendo afectada en este sentido. Mantiene el 10% de la producción mundial y acapara el 20% del comercio internacional de fertilizantes.

Precisamente, desde que comenzaron las sanciones, Estados Unidos estableció una lista de productos que quedaban al margen de estas sanciones, y precisamente los fertilizantes estaban exentos de las sanciones. Las mayores empresas rusas que producen este tipo de producto no están dentro de las sanciones, aunque sí han visto obstáculos por sanciones indirectas (transacciones bancarias, por ejemplo, limitadas en casos particulares de personas físicas).

Describe Forbes en detalle cómo ha ido evolucionando la cuestión de los fertilizantes y de qué forma Antonio Guterres, desde Naciones Unidas, está mediando con los distintos países para facilitar que el fertilizante de Rusia pueda llegar a países en vías de desarrollo saliendo por los puertos de Europa. Esta es, precisamente una de las cuestiones más importantes que abordaron a finales de la semana pasada el secretario general de la ONU y el presidente de Rusia. Y es que desde el Kremlin han preparado la salida de grandes cantidades de fertilizante para ser donado a países donde lo necesitan con urgencia.

El artículo de Forbes termina con una valoración: «Sancionar a los productores de fertilizantes mientras Europa y el mundo están hambrientos de fertilizantes tiene tanto sentido como pegarse un tiro en el pie