Traducido por el equipo de Sott.net

El país de Bangladesh es en su mayor parte es una planicie diluvial. Más del 80% del territorio está clasificado como tal, mientras que el 75% de la tierra está a menos de 10 metros sobre el nivel del mar. Los fuertes monzones y las inundaciones generalizadas son frecuentes. En un año normal, se inunda el 18% de la superficie, cifra que ascendió al 75% en 1988. ¿Qué mejor lugar para que los "culpabilizadores" occidentales destaquen y afirmen que todas las tribulaciones naturales se deben a que los humanos están cambiando el clima?
bangladesh flood
¿Y qué mejor "ejemplo" para los activistas hambrientos de subvenciones y los políticos locales a la hora de exigir cuantiosas "compensaciones" a los países desarrollados para paliar los pecados de la industrialización?

A principios de este año, Bangladesh se vio afectado por las lluvias monzónicas regulares y las inundaciones. Sky News informó de que "los expertos dicen que el cambio climático está aumentando la frecuencia, ferocidad e imprevisibilidad de las inundaciones en Bangladesh". No hace falta decir que la BBC se pronunció en el mismo sentido, añadiendo que "los expertos dicen que el cambio climático está aumentando la probabilidad de que ocurran sucesos como este en todo el mundo".

Es de suponer que, cuando hablan de cambio climático, Sky y la BBC se preocupan por las inundaciones provocadas por el aumento de las temperaturas y de las precipitaciones. Por tanto, podría considerarse curioso que estos cambios climáticos no parezcan haber afectado a Bangladesh.

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Según datos recopilados por el Banco Mundial, la temperatura media de Bangladesh es la misma hoy que hace 100 años. Hay los habituales cambios cíclicos, pero el calentamiento global no es muy evidente en torno a la bahía de Bengala.

Probemos con la lluvia.
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De nuevo, según el Banco Mundial, apenas se observan cambios en la tendencia general a lo largo de los últimos 100 años. Si acaso, las precipitaciones han disminuido ligeramente, y desde luego no hay nada inusual en el pasado reciente. La gráfica muestra que las precipitaciones pueden variar mucho de un año a otro. Fuertes monzones en el pasado han causado enormes daños y grandes pérdidas de vidas humanas. Seis inundaciones catastróficas se registraron en el siglo XIX y 18 en el XX. Hoy en día, cientos de personas pueden morir en las inundaciones; en el pasado, las cifras podían ascender a cientos de miles.

En un reciente artículo de Climate Home News, se dijo que los bangladeshíes se enfrentaban a una oleada tras otra de caos climático. El artículo "patrocinado" por la oenegé internacional Helvetas informaba a su audiencia occidental de que uno de los impactos de estas catástrofes es la "migración forzosa". Por supuesto, esto hace honor a otro de los temores comunes sobre el clima, sugiriendo, sin ninguna prueba discernible, que un gran número de personas se convertirán en "refugiados climáticos" en el futuro, en su mayoría procedentes de zonas tropicales, y que inevitablemente tratarán de desplazarse hacia el norte en busca de "seguridad".

Convertir a Bangladesh en un país de referencia para los armagedonistas occidentales que difunden la noción pseudocientífica de que los seres humanos están provocando un cambio radical del clima, no le hace ningún favor al país. Está situado en muchas zonas geográficamente frágiles y es propenso a los ciclones tropicales. Pero más de 160 millones de personas viven de una buena agricultura, un mayor desarrollo manufacturero y un crecimiento económico de alrededor del 6% anual.

A medida que los países se hacen más prósperos, pueden volverse más resistentes frente a lo que la naturaleza siempre les ha echado encima. Esto parece haber ocurrido en el caso de Bangladesh, donde el número de fatalidades por inundaciones ha disminuido considerablemente en los últimos 50 años. Seguramente, esta es la buena noticia que deberían difundir los medios de comunicación, y probablemente lo harían si la narrativa del cambio climático no estuviera incrustada en cada parte del discurso.
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Como hemos informado a lo largo del año, ha sido un período desastroso para los alarmistas climáticos que predican con su evangelio de fatalidad para infligir una agenda política de control Net Zero en todo el mundo. El calentamiento global se agotó hace años, y ningún "ajuste" de las bases de datos de las temperaturas de superficie puede ocultarlo. Los fenómenos meteorológicos son cíclicos y atribuirlos a la actividad humana es ciencia chatarra basada en modelos. El hielo marino estival del Ártico dejó de disminuir hace más de una década, pero David Attenborough sigue diciendo que podría desaparecer por completo en 2035. Los osos polares, los pingüinos y el coral - todos muy bien, gracias. Las sociedades más prósperas y sanas están aprendiendo a protegerse contra los estragos de la Madre Naturaleza. Los pequeños aumentos de dióxido de carbono, también conocido como alimento para las plantas, siguen reverdeciendo el planeta, aumentando la producción de alimentos, reduciendo las hambrunas y ecosistemas más sanos.

Feliz eco-Año Nuevo a todos mis lectores.
Chris Morrison el editor de Daily Sceptic's Environment