Traducido por el equipo de Sott.net

Las condiciones económicas no hacen más que empeorar. Mientras nos preparamos para entrar en 2023, nos encontramos en un entorno de alta inflación al mismo tiempo que la actividad económica se ralentiza realmente. Y al igual que presenciamos en 2008, los empresarios están llevando a cabo despidos masivos mientras una espeluznante crisis inmobiliaria se extiende por todo el país. Los que han estado esperando la implosión de la economía estadounidense pueden dejar de esperar, porque la implosión económica ha llegado oficialmente.
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Los siguientes son 15 hechos que demuestran que un colapso económico masivo ya está ocurriendo en este momento...

#1 Las ventas de viviendas existentes llevan cayendo 10 meses consecutivos.

#2 Las ventas de viviendas existentes han bajado un 35,4% en los últimos 12 meses. Se trata del mayor descenso interanual de las ventas de viviendas existentes desde la quiebra de Lehman Brothers.

#3 La confianza en las constructoras de viviendas lleva 12 meses consecutivos a la baja.

#4 Los costes de construcción de viviendas han subido más de un 30% desde principios de 2022.

#5 El número de permisos para viviendas unifamiliares lleva nueve meses seguidos cayendo.

#6 El índice manufacturero Empire State se ha desplomado "hasta una lectura negativa de 11,2 en diciembre". Esta cifra está muy, muy por debajo de las expectativas.

#7 En noviembre asistimos al mayor descenso de las ventas al por menor de todo el año.

#8 Incluso los grandes nombres de Wall Street están empezando a despedir trabajadores. De hecho, se ha informado de que Goldman Sachs despedirá en breve a unos 4.000 empleados.

#9 La Reserva Federal admite que el número de empleos reales en Estados Unidos se ha sobreestimado en más de un millón.

#10 En noviembre, la reducción de empleo en EE.UU. fue un 417% superior a la del mismo mes del año anterior.

#11 Según una reciente encuesta del Wall Street Journal, aproximadamente dos tercios de los estadounidenses esperan que la economía empeore aún más el año que viene.

#12 Una encuesta de Bloomberg recientemente publicada ha descubierto que el 70% de los economistas estadounidenses creen que se avecina una recesión en 2023.


#13 La inflación sigue descontrolándose. En estos momentos, una cabeza de lechuga cuesta 11 dólares en un supermercado de California.

#14 En general, los precios de las hortalizas en Estados Unidos son más de un 80% superiores a los del año pasado por estas mismas fechas.

#15 Gracias al rápido aumento del coste de la vida, el 63% de la población estadounidense vive ahora al límite de su sueldo.

En un intento desesperado por controlar la inflación, la Reserva Federal ha aumentado drásticamente los tipos de interés.

Esas subidas de los tipos de interés son las que han provocado el desplome del mercado inmobiliario, pero los funcionarios de la Reserva Federal insisten en que ese dolor a corto plazo es necesario para controlar la inflación.

Pero mientras tanto nuestros políticos en Washington están ocupados creando más inflación pidiendo prestado y gastando dinero a un ritmo que no tiene absolutamente ningún precedente en toda nuestra historia.

Esta semana se está tramitando en el Congreso una abominable ley ómnibus de gastos por valor de 1,7 billones de dólares, pero ni un solo miembro del Congreso la ha leído.

El proyecto de ley tiene 4.155 páginas, y el senador estadounidense Rand Paul acaba de celebrar una rueda de prensa...
Después de que el Senado aprobara por 70 votos a favor y 25 en contra el proyecto de ley ómnibus de gastos por valor de 1,7 billones de dólares, el senador republicano Rand Paul celebró una rueda de prensa en la que presentó la "abominación" en un carrito y preguntó cómo iba a ser posible que alguien pudiera leerla antes del fin de semana.

Paul, junto con los otros republicanos disidentes del Senado, Mike Braun, Ron Johnson, Mike Lee y Rick Scott, subrayó lo ridículo que ha sido la tramitación acelerada del proyecto de ley.
Por desgracia, este absurdo proyecto de ley de gastos cuenta con un amplio apoyo a ambos lados del pasillo, y eso sólo demuestra lo fracturado que se ha vuelto Washington.

Nuestro sistema de gobierno ha fracasado una y otra vez, y nuestros políticos siguen gastando dinero en algunas de las cosas más ridículas imaginables.

La Heritage Foundation descubrió los siguientes ejemplos extraídos del proyecto de ley general de gastos de 1,7 billones de dólares...

-1,2 millones de dólares para "LGBTQIA+ Pride Centers"
-1,2 millones de dólares para "servicios para los beneficiarios de DACA" (también conocido por ayudar a los extranjeros ilegales con fondos de los contribuyentes) en San Diego Community College.
-$477k para el Equity Institute en Rhode Island, para adoctrinar a los profesores con "laboratorios virtuales antirracistas".
-$1 million for Zora's House in Ohio, a "coworking and community space" for "women and gender-expansive people of color."
-1 millón de dólares para Zora's House en Ohio, un "espacio de trabajo colaborativo y comunitario" para "mujeres y personas de color con perspectiva de género".
-3 millones de dólares para el American LGBTQ+ Museum de Nueva York.
-3,6 millones de dólares para Michelle Obama Trail en Georgia.
-$750k para "LGBT and Gender Non-Conforming housing" en Albany (Nueva York).
-$856k para el "Centro LGBT" de Nueva York.

¿Y se ha dado cuenta de que nuestros políticos a menudo prefieren sacar adelante este tipo de proyectos de ley justo antes de las grandes vacaciones, cuando casi nadie les presta atención?

No importa a quién enviemos a Washington, la historia sigue siendo la misma.

Mientras nuestros políticos sigan pidiendo prestado y gastando billones de dólares que no tenemos, los funcionarios de la Reserva Federal no podrán ganar su guerra contra la inflación.

La Reserva Federal puede enviar los tipos de interés a la estratosfera, pero la inflación seguirá siendo alta porque nuestros políticos insisten en regar la nación con gigantescas montañas de dinero en efectivo.

Todos deberíamos sentirnos muy, muy ofendidos por lo que está ocurriendo, pero la mayoría de los estadounidenses simplemente no saben lo suficiente como para preocuparse.

Pero una vez que las condiciones económicas empeoren aún más de lo que lo hicieron en 2008 y 2009, la mayoría de la población estadounidense se enfadará muchísimo.

Por supuesto, las cosas podrían haber sido muy distintas si hubiéramos tomado mejores decisiones durante los años previos a esta crisis.

Desgraciadamente, nos hemos quedado sin tiempo para cambiar de rumbo, y eso significa que nos espera a todos un dolor tremendo.