Traducido por el equipo de SOTT.net

Después del despliegue de la vacuna, la Administración Federal de Aviación amplió en secreto el rango de parámetros del electrocardiograma de los pilotos para que no se quedaran en tierra. Parece que la vacuna causó daños cardíacos a por lo menos 50 millones de estadounidenses. Deberíamos estar preocupados. Muy preocupados.
airline pilots
Al ampliar los parámetros de ECG para los pilotos, la FAA acaba de telegrafiar el hecho de que un número considerable de pilotos de aerolíneas han sufrido graves daños cardíacos a causa de la vacuna COVID.

Cuando se le preguntó por el cambio, la FAA no pudo justificarlo. Oh, oh. Los verificadores de hechos no van a tocar esta historia.

Resumen ejecutivo

En la versión de octubre de 2022 de la Guía para Examinadores Médicos de Aviación de la FAA, la FAA amplió silenciosamente los parámetros de ECG más allá del rango normal (de un PR máximo de 0,2 a ilimitado). Y no ampliaron el rango un poco. Lo ampliaron mucho. Esto fue hecho después del lanzamiento de la vacuna.

Esto es extraordinario. Lo hicieron esperando que nadie se diera cuenta. Funcionó por un tiempo. Nadie se dio cuenta.

Pero no se pueden ocultar estas cosas por mucho tiempo.


Esto es una admisión tácita del gobierno de EE.UU. de que la vacuna COVID ha dañado el corazón de nuestros pilotos. No sólo unos pocos pilotos. Muchos pilotos y mucho daño.

El daño cardíaco, por supuesto, no se limita a los pilotos.

Mi mejor estimación en este momento es que más de 50 millones de estadounidenses sufrieron algún tipo de daño cardíaco por la vacuna.

Eso es un montón de personas que van a estar muy molestas cuando se den cuenta de que la vacuna que tomaron para reducir su probabilidad de morir de COVID en realidad funcionó a la inversa haciendo:
  1. Más probabilidades de contraer COVID
  2. Ser hospitalizados por COVID y otras enfermedades
  3. Morir de COVID (y otras enfermedades)
  4. También tiene usted una excelente oportunidad de obtener lesiones cardíacas de por vida sin costo adicional.
Pero no se preocupe; no puede demandarlos. Arreglaron la ley para que ninguno de ellos sea responsable (los médicos, las farmacéuticas, el gobierno). Al fin y al cabo, usted se vacunó por voluntad propia. No es como si lo hubieran forzado (u obligado) a tomarla ni nada por el estilo! Y hubo mucha gente que le advirtió que no se pusiera las vacunas (aunque censuraron a la mayoría de ellos).

En este artículo explicaré las pruebas y el razonamiento en que se basan todas mis afirmaciones.

A medida que vaya aprendiendo más, iré afinando la estimación.

Introducción

El 24 de octubre de 2022, la FAA amplió discretamente, sin hacer ningún anuncio, los requisitos del electrocardiograma necesarios para que los pilotos puedan volar.

El PR (una medida de la función cardíaca) solía estar en el rango de 0.12 a 0.2.

Ahora es de 0.12 a 0.3 y potencialmente incluso mayor.

Este es un intervalo muy amplio; da cabida a personas que tienen lesiones cardíacas. El cardiólogo Thomas Levy está consternado por este cambio:


¿Por qué hicieron el cambio?

¿Por qué lo harían?

Voy a conjeturar por qué lo han hecho. Creo que es porque sabían que si mantenían el rango original, demasiados pilotos tendrían que quedarse en tierra. Eso sería extremadamente problemático; la aviación comercial en EE.UU. se vería gravemente perturbada.

¿Y por qué lo hicieron discretamente, sin notificarlo al público ni a los principales medios de comunicación?

Estoy bastante seguro de que no me lo dirán, así es que especularé: es porque no querían que nadie lo supiera.

En otras palabras, la vacuna COVID ha lesionado gravemente a muchos pilotos y la FAA lo sabe y no ha dicho nada porque eso alertaría al país de que las vacunas no son seguras. Y no está permitido hacer eso.

Por qué estamos seguros de que fue la vacuna la que lo hizo

Hay varias pistas que son consistentes con "fue la vacuna y no el COVID":
  1. Estaban callados al respecto. Si fue el COVID, se puede hacer público. Pero la vacuna es supuestamente segura.
  2. La cronología. Octubre de 2022 es tarde para el COVID. Si se debiera al COVID, habría ocurrido mucho antes. Pueden hacer cambios cada mes.
  3. La vacuna crea muchas más lesiones en el corazón que el COVID (que NO crea NINGÚN riesgo añadido según este estudio israelí a gran escala de 196.992 adultos no vacunados tras una infección por Covid).
  4. Anecdóticamente, los cardiólogos sólo empezaron a notar los daños después de la vacuna.
  5. Todas las muertes repentinas comenzaron después de la vacuna.
Los datos que apoyan mi estimación del 20% de daño

Sé por un estudio de 177 personas en Puerto Rico (97% de las cuales fueron vacunadas) de edades comprendidas entre los 8 y los 84 años, que el 70% de esas personas, cuando fueron examinadas para detectar lesiones cardíacas utilizando un dispositivo de prueba aprobado por la FDA (de Heart Care Corp), mostraron signos objetivos de lesión cardíaca.

Hubo un estudio realizado en pilotos. Se publicará en The Epoch Times a finales de esta semana. En él se observaron daños cardíacos en más del 20% de los pilotos examinados (The Epoch Times publicará la cifra exacta).

El estudio de Tailandia mostró que casi el 30% de los niños tenían biomarcadores cardíacos anormales después de la inyección. Pero los niños son indestructibles, así que una tasa de lesiones del 30% en los niños se traduce en una tasa más alta para los adultos.

El VAERS muestra que los daños cardíacos se producen a todas las edades, no sólo en los jóvenes:
vaccine tachycardia heart damage
© VAERS
Conclusión: La conclusión más lógica es que la FAA sabe que los corazones de los pilotos de nuestras naciones han sido dañados por la vacuna COVID que fueron obligados a tomar, el número de pilotos afectados es enorme, el daño cardíaco es extenso, y la seguridad de los pasajeros está siendo comprometida por la reducción de las normas para permitir a los pilotos volar.

Lo correcto sería que la FAA dijera la verdad y admitiera ante el público estadounidense que la vacuna COVID ha lesionado al 20% o más de los pilotos (basándose en sus limitadas pruebas de electrocardiograma), pero dudo que alguna vez lo hagan.

Los cambios se hicieron el 24 de octubre de 2022 en la GUÍA PARA EXAMINADORES MÉDICOS DE LA AVIACIÓN.

Aquí está el registro de los cambios donde se puede ver el cambio enumerado (ver página 4):
changes heart health vaccine pilots
© FAA
Esta es la política anterior al cambio. Era sólo una fila:
old standards faa pilots heart health vaccine
© FAA
Aquí está cómo se ve a partir del 24 de octubre de 2022 (haga clic aquí para ver el contexto):
airline pilots heart health guide faa
© FAA
Así que ahora son dos filas, una para menos de 300 ms (antes eran 200 ms), y una segunda fila para manejar 300 ms o más.

Para más información sobre el cambio, consulte Miocarditis: Antes rara, ahora común.

El estudio de Tailandia

En EE.UU. no se permite hacer pruebas de laboratorio a las personas antes y después de la vacuna.

La razón es sencilla: esto dejaría muy claro que las vacunas no son seguras. Por eso no hay estudios antes/después en Estados Unidos. Y nunca los habrá.

¿Por qué? Porque así es como funciona la ciencia en Estados Unidos hoy en día: no es ético diseñar un estudio que podría mostrar que las vacunas COVID que nos obligaron a tomar causan daño.

¿Cree que estoy bromeando sobre cómo juegan con los ensayos? Consiga una copia de Turtles All the Way Down y lea el primer capítulo. Le abrirá los ojos.

A pesar de que no podemos hacer un estudio antes/después en los EE.UU., se hizo un estudio de ese tipo en Tailandia en 301 niños. Hallaron que el 29,24% de los participantes desarrollaron lesiones cardíacas pocos días después de recibir la segunda inyección:
biomarkers heart damage Thailand study
© Suyanee Mansanguan, Prakaykaew Charunwatthana, et al.
Pero aquí está la parte más importante de ese estudio que nadie señala:
Ninguna de las pruebas que se hicieron en el estudio de Tailandia incluyó la realización de una resonancia magnética cardiaca con contraste a todos los participantes, ya que eso sería caro e invasivo. Esa prueba es el estándar de oro para detectar lesiones cardíacas.
En otras palabras, la tasa de lesiones del 29% era un límite inferior de lesiones.

Si se realizara una resonancia magnética cardiaca a todos esos niños, se encontrarían cosas que no se encuentran con las pruebas baratas y fáciles. Tal vez muchas cosas.

Resumen

Creo que se hallará que la tasa real de lesión cardiaca por estas vacunas es muy superior a la tasa del 29,7% de daño cardiaco del estudio de Tailandia.

Con una tasa de lesiones más conservadora del 20%, estamos hablando de 50 millones de estadounidenses con daños cardíacos causados por la vacuna.

A medida que se realicen más estudios, quedará claro por qué tantas personas están muriendo repentinamente, especialmente niños. También se explicará por qué las residencias de ancianos han perdido hasta un 33% de sus residentes en 12 meses, mientras que antes sólo perdían un 1 ó 2% al año. Se explicará por qué no he podido encontrar ni una sola residencia de ancianos en la que la mortalidad por todas las causas haya disminuido tras la introducción de las vacunas. Y se va a explicar por qué ninguna de las residencias de ancianos quiso hablar conmigo acerca de lo que le ocurrió a la gente después de que se implantaran las vacunas.

La confianza en el CDC y en la comunidad médica debería tocar fondo después de que se revele lo extenso que es el daño causado por estas vacunas.

El hecho de que el estudio de Tailandia fue publicado en una revista revisada por pares, que sólo hicieron las evaluaciones fáciles de hacer (lo que sólo encontró una parte del daño), y que la FAA cambió silenciosamente su guía de electrocardiogramas debería al menos abrir su mente a la posibilidad de que yo podría estar en lo cierto.

Esta narrativa va a empezar a desmoronarse a un ritmo acelerado.

Permanezcan atentos. Lo mejor está por venir. Y va a ser épico.
Steve Kirsch escribe sobre la seguridad y eficacia de la vacuna COVID, la corrupción, la censura, los mandatos, las mascarillas y los tratamientos precoces. América está siendo engañada por las autoridades en las que antes confiaba.