A Isaac Newton (1643-1727) se le atribuye la primera formulación de la teoría de la gravedad, en la segunda mitad del siglo XVII, aparentemente inspirada por la caída de una manzana de un árbol, pero Leonardo da Vinci (1452-1519) ya había reconocido aspectos fundamentales de la atracción gravitatoria más de 100 años antes, reveló un nuevo estudio.
Leonardo Davinci
© Dominio publico
En el estudio se analizaron diagramas de los cuadernos del renacentista, ahora digitalizados, entre ellos bocetos de triángulos que muestran la relación entre el movimiento natural, el movimiento dirigido y la igualación del movimiento, es decir, el reconocimiento de que la gravedad es un tipo de aceleración.

En el caso de Leonardo, se trataba de pensar en la arena que salía de un frasco. El polímata se dio cuenta de que si se tiraba de la jarra a lo largo de un plano horizontal a la misma velocidad que la fuerza que tiraba de los granos, la arena formaría la hipotenusa de un triángulo. Esta constatación del cambio de velocidad que experimenta un objeto que cae con el tiempo constituyó un paso crucial en el camino hacia la determinación de la constante gravitatoria en el planeta Tierra.

La última fue utilizada más tarde por Newton para definir sus leyes del movimiento y por el científico alemán Albert Einstein en su teoría de la relatividad general. Así que Leonardo sabía que había encontrado algo, pero no estaba seguro de qué era.
Davinci gravity
© Gharib et al., Leonardo, 2022Bocetos de Leonardo da Vinci que detallan una forma rudimentaria de calcular la constante gravitatoria de la Tierra
Aunque hubo errores en sus cálculos, las recreaciones de los experimentos del también artista florentino en el laboratorio revelaron que su algoritmo calculó la elusiva constante gravitatoria ("g") con una precisión del 97%, en comparación con los métodos y ecuaciones modernos.
"Al desarrollar un enfoque de equivalencia geométrica para demostrar las leyes del movimiento, Leonardo demostró una notable perspicacia en la dinámica de los objetos que caen al evitar la necesidad de conocer el valor exacto de 'g', siempre que asumamos que 'g' representa la tasa de cambio de velocidad o aceleración. (...) Si llevó a cabo el experimento que representó en su manuscrito, entonces podría haber sido el primer humano que generó a sabiendas un efecto de fuerza 'g' sin estar en condiciones de caída libre", escribieron los investigadores responsables del hallazgo.
A los científicos les impresionaron especialmente los métodos de Leonardo, en los que utilizó lo que tenía a su alcance en aquel momento — principalmente la geometría — y lo empleó para investigar algo desconocido. Esa misma innovación puede aplicarse aún hoy a la ciencia.

En general, según el estudio publicado en Leonardo, resulta que Leonardo da Vinci estaba en el buen camino hacia el invento de la ley de la gravitación universal, identificando patrones en la forma en que caen los objetos, los cuales más tarde se usaron para explicar los movimientos de estrellas y planetas, así como para predecir la existencia de Neptuno.