Traducido por el equipo de SOTT.net

Según los filósofos de Bochum, la conciencia animal no debería concebirse como un interruptor que puede estar encendido o apagado. Ellos defienden un enfoque diferente.
Consciousness Study
© RUB, MarquardAunque casi nadie discutiría que su propio gato siente dolor de forma subjetiva, hay muchas especies sobre las que no se tiene certeza: ¿tienen percepción consciente los pájaros, los peces, los insectos y los gusanos?
Hay razones para suponer que no sólo los humanos, sino también algunas especies animales no humanas tienen percepción consciente. El profesor Albert Newen y el estudiante de doctorado Leonard Dung, del Instituto de Filosofía II de la Universidad del Ruhr de Bochum, están investigando qué especies tienen conciencia y en qué puede diferir la experiencia subjetiva de las distintas especies. Para ello, caracterizan la conciencia según diez dimensiones distintas y determinan qué comportamientos indican la presencia de cada una de ellas. Describen su enfoque en la revista académica Cognition, publicada en línea el 21 de febrero de 2023.

La conciencia no es como un interruptor

En el ámbito de la investigación hay un debate sobre qué animales tienen conciencia. También hay varios puntos de vista sobre cómo puede expresarse la conciencia. "Según un punto de vista, la conciencia es como un interruptor eléctrico, que o bien está encendido o bien está apagado: una especie tiene conciencia o no la tiene", explica Albert Newen. Una idea más refinada es que la conciencia puede concebirse como un regulador de intensidad: puede existir en distintos grados.

Albert Newen y Leonard Dung no están de acuerdo con ninguna de estas teorías. Según ellos, se pueden distinguir diez dimensiones, o aspectos, de la conciencia, que no necesariamente se pueden jerarquizar. Entre ellos figuran, por ejemplo, una vida interior rica en emociones, la autoconciencia o la percepción consciente. "No merece necesariamente la pena preguntarse si un ratón tiene más conciencia que un pulpo", aclara Albert Newen. "Se puede obtener una respuesta diferente, dependiendo del aspecto de la conciencia que se esté analizando".

Los investigadores de Bochum sugieren distinguir entre indicadores fuertes y débiles de la conciencia y asignar cada uno de ellos a determinados aspectos de la conciencia. "Esperamos que, en última instancia, sea posible medir cómo difiere la experiencia subjetiva de varias especies entre sí y en comparación con los humanos", resume Leonard Dung.

Albert & Leonard
© RUB, MarquardAlbert Newen (izquierda) y Leonard Dung, del Instituto de Filosofía II de la Ruhr-Universität Bochum
Indicadores fuertes y débiles de la conciencia

Según los autores, el simple procesamiento de estímulos sensoriales no es un indicador de la conciencia. Los estudios en humanos con daño cerebral demuestran que dos vías cerebrales tienen que interactuar para que exista una percepción consciente, una de las cuales procesa información sobre la posición espacial de los objetos y la otra es responsable de la clasificación consciente de los objetos. Si una de estas vías está dañada, las personas pueden interactuar correctamente con los objetos -por ejemplo, introducir una carta en un buzón-, pero sin percibir el buzón como tal. "En consecuencia, la mera recepción y reacción a estímulos sensoriales, que encontramos en todos los organismos vivos, no es un indicador significativo de conciencia", afirma Leonard Dung.

Sin embargo, en el reino animal también se dan formas más complejas de percepción. Por ejemplo, monos, loros y perros son capaces de identificar o categorizar los objetos percibidos como cosas individuales. Un loro gris llamado Alex era capaz de clasificar simultáneamente un objeto como rojo, redondo y metálico. Los Border Collie pueden aprender los nombres de hasta 1.000 objetos e identificar y buscar determinados objetos. Newen y Dung describen estas capacidades de percepción consciente como un indicador débil de la conciencia.

Sin embargo, un experimento en el que una persona se pone unas gafas de ordenador y se le muestra una casa en el ojo izquierdo y una cara en el ojo derecho puede proporcionar un fuerte indicador de percepción consciente. No ven una mezcla, sino que sólo ven la casa durante un rato, luego la cara, después vuelven a la casa y así sucesivamente. Ahora también existen experimentos análogos con animales, que permiten comprobar lo que están percibiendo conscientemente.

La memoria episódica es un buen indicador

Los autores también consideran que la memoria episódica, es decir, los recuerdos de acontecimientos vitales anteriores, su tiempo y su lugar, es un fuerte indicador de la conciencia. Está bien documentada en ratas y algunas especies de aves.

Newen y Dung sostienen que la conciencia está estrechamente vinculada a la memoria compleja y a las capacidades de aprendizaje, así como a la percepción. Para comprender la conciencia, sería útil que se pudieran combinar las observaciones del comportamiento con los datos neurocientíficos, lo que ya es posible en casos concretos. "Sin embargo, como no sabemos lo suficiente sobre las bases cerebrales de la experiencia consciente, ni siquiera en los humanos, y pretendemos comparar especies muy distintas con una organización cerebral muy diferente, una comparación conductual en diez dimensiones es el mejor enfoque que tenemos por el momento", concluye Albert Newen.

Publicación original

Leonard Dung, Albert Newen: Profiles of Animal Consciousness: A species-sensitive, two-tier account to quality and distribution, en: Cognition, 2023, DOI: 10.1016/j.cognition.2023.105409