Los casos de culebrilla se han disparado más de 100% en los últimos 20 años, sobre todo, entre los mayores de 85 años, reveló un estudio del Instituto de Salud Carlos III. La enfermedad fue calificada "como un problema de salud pública en España".
Hopsital españa
© Sputnik / Konstantin Mikhalchevsky
Según los datos, la tasa de hospitalización por el herpes zóster entre los mayores de 85 años pasó de ser inferior al 30% en 1998 al 70% en 2018. La última caída fue registrada en 2014, desde ese momento los casos siguen en alza, se lee en la publicación de la revista Eurosurveillance que pertenece al Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades.

El análisis presentó la lista de las comunidades autónomas que tienen la tasa de hospitalización más alta. En particular, los líderes son Aragón, Asturias, La Rioja, Navarra y el País Vasco, ya que presentan un porcentaje de casos hospitalizados por 100.000 habitantes superior a 11,93, mientras en toda la península el índice anual no baja del 6,50.

Asimismo, cabe destacar que la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud aceptó que la vacuna contra esta enfermedad sea incluida en el calendario de vacunación a lo largo de toda la vida. Por lo tanto, el estudio carece de los datos sobre el impacto que podría tener la inmunización para las personas mayores de 65 años a quienes se recomienda vacunarse, ya que son el grupo de riesgo.

"La causa más determinante ha sido el envejecimiento de la población. (...) Al tener una esperanza de vida más larga, la probabilidad de que el herpes se reactive también es mayor", citó el medio El Español a una de las autoras del estudio, Josefa Masa-Calles.

La epidemióloga también destacó que esto no implica que todos los que contrajeron la varicela en su infancia vayan a sufrir de culebrilla. Ella subrayó que el estudio no se centra en los porcentajes exactos de los enfermos, ya que el objetivo principal fue "conocer qué enfermedades se asocian con más frecuencia con el herpes zóster".

El virus de la varicela zóster (VVZ) puede provocar dos enfermedades: la varicela, que normalmente se manifiesta en la infancia; y el herpes zóster, que se produce precisamente porque el mismo virus que causó la varicela se queda en el organismo. Una bajada de la inmunidad provoca que se reactive durante la edad adulta. Aunque existen vacunas contra ambas enfermedades, la tasa de incidencia sigue siendo muy alta.

Sin embargo, desde 1982 el número de los casos por varicela en el país ha caído desde unos 240.000 personas infectadas en ese año hasta unos 6.900 en 2021, según los datos del Instituto de Salud Carlos III. Los Investigadores del Centro Nacional de Epidemiología del ISCIII y del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp) analizaron los más de 65.000 casos de personas hospitalizadas en España por culebrilla entre 1998 y 2018, según la base de datos de altas hospitalarias del Sistema Nacional de Salud.

El estudio destacó que no ha ocurrido lo mismo con la otra enfermedad que puede causar el VVZ, como demuestra el aumento de los ingresos hospitalarios por herpes zóster en España en los últimos 20 años.

Factores de riesgo

Los investigadores también estudiaron el factor de género en cuanto a la hospitalización. Así, trascendió que, en realidad, la enfermedad suele ser más frecuente en mujeres que en varones.

"Se producen más hospitalizaciones en hombres porque las enfermedades que se asocian con el herpes zóster son más frecuentes en ellos que en ellas", enfatizó la epidemióloga Masa-Calles.

Además, la enfermedad afecta más a los que sufren de algún tipo de inmunodrepresión importante, por ejemplo, VIH. "Hablaríamos de personas en tratamiento de quimioterapia, que hayan sufrido un trasplante o diagnosticados con VIH", subrayó. Sin embargo, las personas mayores en general están en el grupo de riesgo solo por su edad. Por lo tanto, es necesario llevar a cabo la inmunización para los mayores de 65 años, insistió Masa-Calles.

El herpes zóster es una enfermedad infecciosa que provoca pequeñas ampollas que suelen aparecer en un lado de la espalda o la cintura y, a veces, en la cara, los ojos, las orejas y la boca. A diferencia de la varicela, en el herpes zóster los sarpullidos se manifiestan de forma alargada.

También entre los síntomas se encuentra el dolor cutáneo, que suele desaparecer entre dos y cuatro semanas después de su aparición, puede convertirse en neuralgia posherpética (NPH). Esta afección puede durar varios meses y, en algunos casos, puede incluso provocar discapacidad. En ocasiones, el herpes zóster puede complicarse con encefalitis, neumonía, problemas auditivos y complicaciones oculares con pérdida temporal o permanente de visión.