Traducido por el equipo de SOTT.net

Un análisis de cabellos humanos recuperados de un yacimiento funerario de Menorca (España) revela que las antiguas civilizaciones humanas utilizaban drogas alucinógenas derivadas de plantas.
Ancient Human Hair
© ASOME-Universitat Autònoma de Barcelona
Según los investigadores, los hallazgos son la primera prueba directa del antiguo consumo de drogas en Europa, que podrían haberse utilizado como parte de ceremonias rituales.

Las pruebas anteriores del consumo prehistórico de drogas en Europa se basaban en indicios indirectos, como el descubrimiento de alcaloides del opio en recipientes de la Edad de Bronce, el hallazgo de restos de plantas narcóticas en contextos rituales y la aparición de plantas narcóticas en representaciones artísticas.

Los investigadores detectaron escopolamina, efedrina y atropina en tres muestras de pelo replicadas.

La atropina y la escopolamina son sustancias naturales de la familia de las solanáceas que pueden provocar delirios, alucinaciones y alteraciones de la percepción sensorial. La efedrina es un estimulante derivado de ciertos arbustos y pinos que puede aumentar la excitación, el estado de alerta y la actividad física.

Elisa Guerra-Doce y sus colegas señalaron en su estudio que, teniendo en cuenta la toxicidad potencial de los alcaloides encontrados en el pelo, su manipulación, uso y aplicaciones representaban conocimientos muy especializados.

Dyeing scene in the funerary chamber.
© Oriol Garcia i Quera, ASOME-Universitat Autònoma de BarcelonaEscena de teñido en la cámara funeraria.
Según los autores: "Ya en el Paleolítico, los humanos descubrieron las propiedades no alimentarias de ciertas plantas.

"Los resultados aquí presentados indican que varias plantas portadoras de alcaloides fueron consumidas por los habitantes de Menorca de la Edad de Bronce (aunque las solanáceas y la efedra no fueron las únicas que se consumieron).

"Curiosamente, las sustancias psicoactivas detectadas en este estudio no son adecuadas para aliviar el dolor implicado en las graves afecciones paleopatológicas atestiguadas en la población enterrada en la cueva de Es Carritx, como abscesos periapicales, caries graves y artropatías".

Los científicos sugieren que la presencia de estas sustancias pudo deberse al consumo de algunas plantas de las solanáceas, como la mandrágora, el beleño o manzano espinoso, y el pino piñonero.

Se cree que estas plantas narcóticas podrían haber sido utilizadas como parte de ceremonias rituales realizadas por un chamán.
Wooden Bowl
© Peter Witte, ASOME-Universitat Autònoma de Barcelona.Cuenco y cuchara de madera hallados en el yacimiento con los contenedores de cabello humano.
Según los investigadores, los círculos concéntricos de los recipientes de madera en los que fueron descubiertos podrían representar ojos y ser una metáfora de la visión interior relacionada con un estado alterado de conciencia inducido por drogas.

Elisa Guerra-Doce y sus colegas de la Universidad de Valladolid examinaron mechones de pelo de la cueva de Es Carritx, en Menorca, que fue ocupada por primera vez hace unos 3.600 años y contenía una cámara utilizada como espacio funerario hasta hace unos 2.800 años. Según estudios anteriores, en esta cámara fueron enterrados unos 210 individuos.

Sin embargo, sólo a algunas personas se les teñía el pelo de rojo, se les colocaba en recipientes decorativos de madera y cuerno y se les llevaba a otra cámara sellada situada más al fondo de la cueva.

La nueva investigación se publicó en Scientific Reports