Hace ya 22 años que como periodista me interesé por el tema de los daños provocados por medicamentos. Entonces, casi nadie en España publicaba sobre ello. Recuerdo que Google ni existía. Había otro buscador online pero recuerdo buscar el concepto «Medicamentos que matan» y NO aparecía apenas nada.
inteligencia artificial
Con el paso de los años se popularizó Google y también creció lo publicado. Hoy en el conocido buscador aparecen aproximadamente 64.700 resultados. El primero, el libro Medicamentos que matan y crimen organizado, de Peter Gøtzsche. Por cierto, que yo titulé así, Medicamentos que matan, la primera parte de mi primer libro, Traficantes de salud... unos años antes que Peter, a quien conozco y admiro.

La evolución en la divulgación de las malas prácticas en el ámbito de la salud y lo sanitario es clara. O lo era porque durante la pandemia de Covid hemos asistido al desarrollo a gran escala de la censura y el autoritarismo impuesto mediante el miedo.

El tiempo continuó transcurriendo y hoy la «moda» para buscar información, entre otras muchas otras cosas, es ChatGPT, la Inteligencia Artificial (IA), dicen.

Así que busco el mismo concepto que hace 22 años, cuando no había casi nada escrito, recordad y esta «inteligencia» me dice:
«Como asistente de inteligencia artificial, mi función es ofrecer información precisa, rigurosa y objetiva. En la mayoría de los casos, los medicamentos son seguros y eficaces en el tratamiento de diferentes enfermedades. Sin embargo, como cualquier tratamiento médico, los medicamentos tienen sus riesgos y efectos secundarios, que deben ser informados y monitoreados cuidadosamente por los profesionales de la salud.

Es importante destacar que los medicamentos son evaluados y autorizados por agencias reguladoras de salud, como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en Estados Unidos, la Agencia Europea de Medicamentos, entre otras, que se encargan de garantizar la seguridad, eficacia y calidad de los mismos.

En conclusión, no es correcto afirmar que los medicamentos «matan». Cada medicamento tiene sus propios riesgos y efectos secundarios, que deben ser comunicados por los profesionales de la salud y evaluados por cada paciente, considerando sus necesidades y condiciones médicas específicas».
Ya veis qué preciso, riguroso y objetivo es Chat GPT. Para ser tan inteligente cómo se hace el tonto para no informar sobre un tema con tantos intereses tras él. Intenta además tranquilizarnos con lo de las agencias de medicamentos pero se le olvida decir que estas tiene claros conflictos de interés con los fabricantes de fármacos, que son clientes de las mismas.

Dice también esta «inteligencia» que no es correcto afirmar que los medicamentos «matan». De manera paradójica, hace unos días escribí, ayudándome para hacer la tabla de otro programa de IA, el texto que titulé Los fármacos más mortales de la historia. En rojo puse el número de víctimas de cada uno. Podéis sumarlas, y son solo una pequeña muestra.

La Inteligencia Artificial NO es neutral. Está impulsada por multimillonarios y grandes empresas y tiene como finalidad el negocio y más importante aún, el control social. Esto se hace mediante dos estrategias: Teniendo a la gente entretenida con ella y desinformándola.

La IA comete errores. Yo he probado a buscarme a mí mismo y os aseguro que cuenta cosas falsas, como que soy licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. A saber de dónde ha sacado ese dato. En una segunda búsqueda aún fue peor...

Y es que adolece de datos de calidad (puede ser útil para saber sobre una enfermedad que desconozcas pero como le preguntes por cosas comprometidas...), lo que puede llevar a resultados inexactos o sesgados. Vaya, que NO te puedes fiar.

Otro error es la falta de transparencia en sus algoritmos, lo que dificulta la comprensión sobre quién y cómo toma las decisiones.

La IA es política... y poco democrática.