Traducido por el equipo de SOTT.netGlobos propulsados por energía solar detectaron extraños estruendos a una altura de 70.000 pies (más de 21 km) sobre la superficie de la Tierra. Los científicos no pueden identificarlos.
Globos propulsados por energía solar lanzados a la estratosfera terrestre han registrado una serie de misteriosos estruendos, sin que los científicos puedan precisar su origen.
Los ruidos, detectados por instrumentos especializados a 70.000 pies sobre la superficie terrestre, se conocen como infrasonidos porque son tan graves que resultan inaudibles para el oído humano. Estos extraños infrasonidos, detectados entre una multitud de sonidos ocultos de baja frecuencia (truenos, olas del mar, lanzamientos de cohetes, ciudades, turbinas eólicas e incluso aviones, trenes y automóviles), han sido hasta ahora difíciles de explicar.
"[En la estratosfera,] hay
misteriosas señales de infrasonidos que se producen unas pocas veces por hora en algunos vuelos, pero su fuente es completamente desconocida",
dijo en un comunicado el investigador
Daniel Bowman, científico jefe de los Sandia National Laboratories en Nuevo México.
La estratosfera, que comienza a unos 14,5 km (9 millas) por encima de la superficie de la Tierra y se extiende hacia arriba hasta una altura aproximada de 50 km (31 millas), es la capa de la atmósfera situada por encima de la nuestra. Llena de
ozono, bloqueando los rayos ultravioleta, la estratosfera es un lugar tranquilo, con pocas turbulencias. La mayoría de los sonidos a esta altitud proceden de reverberaciones de frecuencia ultrabaja de la superficie terrestre.
Científicos e investigadores aficionados llevan enviando globos a la estratosfera desde la década de 1890. Uno de los primeros experimentos con globos microfónicos — el experimento militar de alto secreto Proyecto Mogul, diseñado para detectar los sonidos de las pruebas de bombas atómicas soviéticas a finales de la década de 1940 — se estrelló en Roswell (Nuevo México) en 1947, lo que dio lugar a un encubrimiento que inspiró
teorías conspirativas sobre ovnis hasta nuestros días.
Para muestrear el paisaje sonoro de la estratosfera, Bowman y sus colegas construyeron una serie de globos de plástico de 7 metros (23 pies) de ancho, los fijaron con sensores de infrasonidos llamados microbarómetros y les añadieron carbón en polvo. La propiedad oscurecedora del carbón vegetal permite que la luz solar caliente el aire del interior del globo, haciendo que los globos floten.
"Nuestros globos son básicamente bolsas de plástico gigantes con un poco de polvo de carbón en el interior para oscurecerlos. Los construimos con plástico de pintor de ferretería, cinta adhesiva y carbón vegetal en polvo de tiendas de artículos pirotécnicos", explica Bowman. "Cuando el sol ilumina los globos oscuros, el aire del interior se calienta y se vuelve flotante. Esta energía solar pasiva es suficiente para llevar los globos desde la superficie hasta más de 20 km (66.000 pies) en el cielo".
A partir de su primera suelta de globos en 2016, los investigadores enviaron 50 globos al cielo para tomar muestras de los estruendos y retumbos bajos de la estratosfera. Al principio los investigadores se dedicaron a registrar los sonidos de las erupciones volcánicas, pero también estudiaron los demás sonidos que captaban, rastreando sus globos a través de trayectorias de vuelo de cientos de kilómetros mediante GPS.
Fue durante estos vuelos cuando los investigadores captaron los sonidos: retumbos bajos y recurrentes cuyas señales no podían rastrearse. Los científicos tienen algunas ideas sobre lo que podrían ser estos misteriosos ruidos, y van desde una forma de turbulencia atmosférica no detectada hasta ecos procedentes de abajo que se han desvirtuado hasta hacerse irreconocibles.
Afirman que seguirán investigando los sonidos en la estratosfera, rastreando más sonidos hasta sus puntos de origen y estudiando su variabilidad a lo largo de las estaciones y las distintas regiones del mundo.
Los investigadores presentaron sus resultados el 11 de mayo en la
184ª reunión de la Acoustical Society of America, celebrada en Chicago.
Comentarios del Lector
a nuestro Boletín