Traducido por el equipo de SOTT.net

La "carne sintética" cultivada en laboratorio que impulsa el cofundador de Microsoft, Bill Gates, es mucho peor para el medio ambiente que la carne de vacuno, según un nuevo estudio.
Bill gates synthetic meat lab
Bill Gates y sus aliados en el Foro Económico Mundial (FEM) han estado presionando fuertemente para que el público cambie a la carne cultivada en laboratorio argumentando que ayuda a combatir el "cambio climático."

En una entrevista concedida en 2021 a MIT Technology Review, Gates sostenía que "todos los países ricos deberían pasarse a la carne de vacuno 100% sintética" en un esfuerzo por cumplir los objetivos de la agenda verde del FEM.

Sin embargo, el nuevo estudio sugiere que las credenciales "verdes" de la carne cultivada en laboratorio no son lo que a la gente le han hecho creer. Los investigadores han revelado que la carne de laboratorio o "cultivada", producida mediante el cultivo de células animales, es hasta 25 veces peor para el clima que la carne de vacuno real..

Los activistas de la agenda verde argumentan que la producción de carne real tiene una enorme "huella de carbono" porque requiere agua, piensos y la tala de árboles para dar paso al ganado. Sin embargo, los expertos afirman que la huella de carbono de la carne cultivada en laboratorio podría ser "órdenes de magnitud superiores" una vez que la industria crezca.

Aunque la carne cultivada en laboratorio aún no se ha presentado al público, los científicos están entre los que cultivan productos cárnicos en laboratorio con vistas a comercializarlos.

La nueva investigación fue dirigida por científicos del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de California en Davis.

Se ha detallado en un nuevo estudio publicado como artículo preimpreso, aún no revisado por pares, en el servidor bioRxiv.

"En la actualidad, los productos cárnicos a base de células animales se producen a pequeña escala y con pérdidas económicas. Sin embargo, las empresas pretenden industrializar y ampliar la producción", señalan los científicos en su artículo.
"Los resultados indican que es probable que el impacto ambiental de la producción a corto plazo de carne basada en células animales sea de órdenes de magnitud superiores a la producción media de carne de vacuno si se utiliza un medio de crecimiento muy refinado."
Good Food Institute, una organización sin ánimo de lucro que promueve alternativas vegetales y celulares a los productos animales, subraya que el estudio aún no ha pasado por un proceso completo de revisión por pares, "por lo que sus supuestos y conclusiones están sujetos a cambios."

"Varios supuestos clave en el estudio de UC Davis no se alinean con las prácticas actuales o esperadas para el abastecimiento y la purificación de los ingredientes de los medios de cultivo celular", dijo un portavoz del Good Food Institute a MailOnline.

La carne cultivada en laboratorio es diferente de la "carne" de origen vegetal, que no es carne en absoluto, sino que utiliza ingredientes veganos, como proteínas vegetales, para imitar el aspecto y el sabor de la carne real.

La carne producida en laboratorio o "cultivada" suele considerarse más ética que la carne de verdad porque requiere una muestra de tejido corporal en lugar de la muerte del animal. Aunque muchos veganos y vegetarianos no la aceptan porque está hecha de animales.

El proceso puede realizarse con múltiples tipos de células animales para crear una aproximación a la carne real, ya sea de pollo, cerdo o vacuno.

Tomando la carne de vacuno como ejemplo, los científicos utilizan las células madre de una vaca -los componentes básicos del músculo y otros órganos- para iniciar el proceso de creación de carne cultivada. Las células se colocan en placas de Petri con un "medio de crecimiento" que contiene nutrientes como aminoácidos, glucosa, vitaminas y sales inorgánicas. Este medio se complementa con factores de crecimiento y otras proteínas para ayudar a las células musculares a multiplicarse y crecer.

Se las deja proliferar como lo harían en el interior de un animal hasta que hay billones de células a partir de una pequeña muestra. Estas células luego forman células musculares, que se fusionan de forma natural para formar fibras musculares primitivas y tejido comestible que se puede envasar, enviar y vender.

Los expertos creen que la carne cultivada en laboratorio se hará más omnipresente en los próximos 10 años, pasando de ser un concepto de nicho a un alimento básico habitual en los frigoríficos.

Pero para que esto ocurra, los métodos de producción tendrán que pasar de meras placas de Petri a enormes unidades industriales de alto consumo energético.

En el estudio, los científicos calcularon la energía necesaria para las fases de producción de carne cultivada en laboratorio, desde los ingredientes que componen el medio de crecimiento hasta la energía necesaria para alimentar los laboratorios, y lo compararon con la carne de vacuno. Se centraron sobre todo en la cantidad de componentes del medio de crecimiento, como glucosa, aminoácidos, vitaminas, factores de crecimiento, sales y minerales. Descubrieron que el potencial de "calentamiento global" de la carne cultivada en laboratorio oscilaba entre 246 y 1.508 kg de CO2 equivalente por kilogramo de carne cultivada en laboratorio.

La cifra es de cuatro a 25 veces superior al potencial medio de "calentamiento global" de la carne de vacuno de venta al por menor.

Según los expertos, esto no varía en función de las células del animal que se cultiva y de la carne que se produce, ya sea ternera, pollo o cordero.

Pero el equipo señala que los investigadores no tuvieron en cuenta el impacto ambiental de ampliar las instalaciones de producción de carne a partir de células animales, lo que podría disparar aún más la huella ecológica de la industria. El equipo concluye que el impacto ambiental de tecnologías emergentes como la carne cultivada es un concepto nuevo pero "muy importante".

"Nuestros resultados indican que la carne basada en células animales probablemente consuma más recursos que la mayoría de los sistemas de producción de carne según este análisis", afirman.

La carne cultivada en laboratorio tiene sus orígenes hace una década, pero la industria es aún muy joven, y Singapur es hasta ahora el único país del mundo que ha aprobado la venta de estas carnes.

El pollo cultivado en laboratorio, producido por la empresa estadounidense Eat Just, se sirvió por primera vez en un restaurante de Singapur en 2020 y se describió como de sabor "igual al de su homólogo de granja".

A principios de este año, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) declaró la carne sintética segura para el consumo humano, allanando el camino para su venta en el país.

Sin embargo, en otros países, como el Reino Unido, la Agencia de Normas Alimentarias aún no lo ha hecho.

Desde entonces, el sector ha crecido hasta contar con más de 150 empresas a finales de 2022, respaldadas por 2.600 millones de dólares en inversiones, según el Good Food Institute.

El profesor Mark Post, de la Universidad de Maastricht (Países Bajos), fue el primero en presentar en 2013 una prueba de concepto de carne cultivada en laboratorio.

Cree que será tan popular entre los defensores del bienestar animal y los aficionados a las hamburguesas que acabará desplazando a los sustitutos de origen vegetal, como las hamburguesas de soja, cada vez más comunes en las tiendas de comestibles.

"Las nuevas tecnologías, como las desarrolladas en la agricultura celular, son parte de la solución, junto con la reducción del desperdicio de alimentos y el cambio de comportamiento de los consumidores", declaró el profesor Post al Daily Mail.