Traducido por el equipo de SOTT.net

Científicos de la UC San Diego descubren un mecanismo de señalización automática que impulsa la respuesta antitumoral de las células T.
T cell white blood cell immune response tumors
© NIAIDLas células T son un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel central en la respuesta inmune
Cuando necesitas un poco de motivación, a menudo tiene que venir de adentro. Una nueva investigación sugiere que las células inmunitarias que combaten el cáncer han encontrado una forma de hacer precisamente esto.

Científicos de la Universidad de California en San Diego han descubierto una propiedad de las células T que podría inspirar nuevas terapias antitumorales. Mediante una forma de autoseñalización celular no descrita hasta ahora, se observó que las células T se activan a sí mismas en los tejidos periféricos, lo que potencia su capacidad para atacar tumores.

El estudio, publicado el 8 de mayo de 2023 en Immunity, fue dirigido por el primer autor del estudio y becario postdoctoral Yunlong Zhao, PhD, y los coautores principales Enfu Hui, PhD, profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UC San Diego, y Jack D. Bui, MD, PhD, profesor de patología de la Facultad de Medicina de la UC San Diego.

Las células T son un tipo de glóbulos blancos que protegen contra las infecciones y ayudan a combatir el cáncer. En los órganos linfáticos, las células T son entrenadas por las células presentadoras de antígeno, que, como su nombre indica, presentan un antígeno (un fragmento de tumor o patógeno) a las células T, estimulando una respuesta inmunitaria.

Una parte clave de este proceso es la unión de B7, una proteína de la superficie de las células presentadoras de antígenos, con CD28, un receptor de las células T. Esta interacción B7:CD28 es uno de los principales impulsores de la respuesta inmunitaria de las células T. Una vez entrenadas, las células T abandonan los órganos linfáticos y viajan por el cuerpo para encontrar y atacar a sus objetivos.

Estudios más recientes han revelado que las células T pueden producir su propia proteína B7 o tomarla de las células presentadoras de antígenos y llevarla consigo, pero no se ha aclarado exactamente por qué lo hacen. Esto también llevó a los investigadores a preguntarse si las células T, ahora equipadas tanto con un receptor como con su ligando, podrían ser capaces de activarse a sí mismas.

Mediante una serie de experimentos, los investigadores descubrieron que, efectivamente, las células T podían autoactivarse plegando su membrana celular hacia dentro para permitir que la proteína B7 y el receptor CD28 se unieran entre sí.

"La gente suele pensar que la membrana celular es plana, pero en realidad se parece más a una línea costera con muchas ensenadas y bahías", explica Hui. "Descubrimos que las curvaturas locales de la membrana son en realidad una rica dimensión de la señalización automática de las células T, lo que supone un cambio de paradigma en un campo que suponía que esto sólo ocurría entre las células."
T cell white blood cell activation immune system tumors
© NIAIDImágenes de inmunofluorescencia de un linfocito T en señalización automática
A continuación, los investigadores confirmaron que esta autoestimulación era realmente eficaz para potenciar la función de las células T y frenar el crecimiento tumoral en un modelo de cáncer en ratones.

"Cuando una célula T sale de un órgano linfático y entra en un entorno tumoral, es como salir de casa y emprender una larga caminata por el bosque", explica Bui. "De la misma manera que un excursionista lleva algo para comer durante el viaje, las células T llevan su propia señal para seguir adelante. Ahora la pregunta apasionante es: ¿cuánto más lejos llegarán si podemos proporcionarles más comida?".

El reabastecimiento de las células T podría lograrse proporcionando más fuentes de B7 en los órganos linfáticos o en el propio tumor. Otra opción, según los autores, sería desarrollar una terapia celular en la que se administraran directamente al paciente células T modificadas con mayor capacidad de autoseñalización.

Los investigadores también sugieren que este sistema podría utilizarse como biomarcador del cáncer, en el sentido de que los pacientes cuyos tumores contienen muchas células T con B7 podrían estar luchando mejor contra la enfermedad.

Por otro lado, en pacientes con enfermedades autoinmunes como el lupus o la esclerosis múltiple, los médicos podrían recetar inhibidores de la endocitosis para impedir que la célula forme concavidades, bloqueando eficazmente la interacción B7:CD28 para reducir la función hiperactiva de las células T.

"Hemos descubierto una manera en que las células T son capaces de vivir fuera de sus hogares normales y sobrevivir en el entorno extranjero de un tumor, y ahora podemos desarrollar estrategias clínicas para aumentar o disminuir estas vías para tratar la enfermedad", dijo Hui.
Entre los coautores figuran: Yunlong Zhao, Christine Caron, Ya-Yuan Chan, Calvin K. Lee, Xiaozheng Xu, Jibin Zhang y Takeya Masubuchi, de la UC San Diego, así como Chuan Wu, del Instituto Nacional del Cáncer.