"Nuestros niños y adolescentes no tienen el lujo de esperar hasta que sepamos la huella que estas tienen en ellos", aseveró la principal autoridad sanitaria en el gabinete del presidente estadounidense Joe Biden, mediante el estudio titulado Redes sociales y salud mental en los jóvenes.
Igualmente, el experto en salud admitió su preocupación por la forma en la que las plataformas digitales están diseñadas para enganchar a los más jóvenes, lo que puede repercutir en su desarrollo cerebral.
Por esa razón, Murthy argumenta que es responsabilidad del Gobierno brindar herramientas para que los menores naveguen seguros, toda vez que las empresas tecnológicas no hacen lo suficiente para construir espacios de fiar para niñas, niños y adolescentes.
Sputnik conversó con la investigadora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM Jennifer Lira Mandujano, quien advirtió sobre el daño que el uso de las redes sociales puede ocasionar a la salud mental de niñas, niños y adolescentes mexicanos.
De acuerdo con la académica, las redes sociales pueden tener afectaciones negativas en la salud mental de los menores porque son de fácil acceso, por su carácter de anonimato y por la ausencia de contacto físico. Asimismo, mencionó que en ocasiones los menores tienen problemas y buscan ayuda en estas plataformas con gente que no es profesional de la salud.
"Estas características van a tener una consecuencia importante en la salud mental, desde inestabilidad emocional, depresión, ansiedad, irritabilidad, disminución en la capacidad de juicio y también dificultad para afrontar problemas de la vida cotidiana", señaló la investigadora en entrevista con Sputnik.Añadió que el diseño actual de plataformas como Instagram o Facebook — proscritas en Rusia por extremistas — propicia que los pequeños usuarios dediquen mucho tiempo a navegar en las redes sociales. Algo que se agudizó durante la pandemia de COVID-19 debido a la cuarentena.
"Si vemos un video sobre un tema, luego comienzan a salir videos que están relacionados, entonces podemos estar mil horas y puede ser que veamos cosas completamente diferentes a la realidad, desde la imagen de una persona alterada por los filtros que [se] pueden utilizar hasta la forma de interactuar con la gente", aseveró la especialista.A lo anterior se suma la forma de relacionarse con otras personas desde estas plataformas digitales. "Puede ser que sea más fácil contactar a alguien y que ese alguien diga que es de ciertas características pero en la vida real sea completamente diferente tanto física como conductualmente, entonces también puede ser que esa distorsión cognoscitiva tenga consecuencias importantes en la salud mental", mencionó Lira Mandujano.
La especialista en psicología y salud precisó que los jóvenes son especialmente vulnerables porque se encuentran en desarrollo, lo que implica falta de habilidades sociales y herramientas para gestionar lo que experimentan.
"Todavía están en desarrollo tanto las habilidades sociales como el autoestima, las habilidades de comunicación, y esto facilita muchas cosas pero, a su vez, también llega un momento en que esta facilidad tiene consecuencias en la persona, en su desarrollo y el [hecho] de que publicar algo tenga cierta cantidad de likes es muy reforzante para las personas, entonces publican algo y esperan que las personas que los siguen [en las redes] les den likes, lo que refuerza [la necesidad] y finalmente eso hace que continúen en las redes", dijo la psicóloga.
Principales afectaciones a la salud mental
Entre las principales afectaciones a la salud mental, la experta señala problemas para tomar decisiones; aumento en el nivel de angustia; afectaciones en el estado de ánimo, no necesariamente depresión pero sí algunos síntomas relacionados, como problemas en la memoria, pérdida de concentración y dificultad en las habilidades sociales.
Sin embargo, la salud mental de los menores no es la única que puede verse afectada por el uso excesivo de las redes sociales. Asimismo, se pueden presentar migrañas frecuentes, sobrepeso, problemas en la conducta alimentaria, discriminación y problemas familiares.
"Los problemas familiares van desde que nosotros, cuando estamos en las redes y ya hay un problema de adicción, vamos aplazando el hacer ciertas cosas o dejamos de hacer cosas que la gente espera de nosotros, tan solo trabajar, hacer la tarea o hacer cosas de la casa se van dejando, entonces también se van generando problemas interpersonales y particularmente en la familia", consignó la investigadora.Indicadores de un uso problemático de las redes
Lira Mandujano precisó que existe una controversia en torno a considerar como una adicción el uso excesivo de las redes sociales. Sin embargo, mencionó que existen algunos indicadores que se comparten en las conductas que presentan las personas con dependencia a alguna sustancia.
Uno de ellos, declaró la científica, es la tolerancia. "Es decir que necesito estar más tiempo conectado para que yo me sienta igual que la primera vez que me conecté, puede ser que al principio estuve 15 minutos, pero conforme pasa el tiempo necesito más para sentirme bien".
Otro indicador es la abstinencia, o sea, "que me siento mal cuando tal vez se me acaba la pila y no tengo acceso a mis redes sociales, entonces me pregunto: '¿qué estará pasando en las redes?' y me siento mal".
Otra señal de alarma, a decir de la experta, es cuando se utilizan las redes sociales más de lo que se había pretendido inicialmente. "Puede ser que [los menores] digan: 'nada más me voy a meter media hora' y de repente ya pasaron cuatro horas y no ha empezado a hacer la tarea o no empezó a hacer la actividad que tenía planeada.
El deseo de dejar de utilizar internet o las propias redes sociales sin poder lograrlo es otro indicativo de un uso problemático de estas tecnologías de la información, de acuerdo con la especialista. "Este ejemplo de 'hoy voy a cambiar' y digo: 'bueno, no, mejor la próxima semana ahora sí le voy a bajar o voy a comprar un programa que me regule el tiempo de estar en las redes', pero al final no se logra", detalló la profesora.
Tiempo excesivo en las redes sociales, dejar de hacer otras actividades, dejar de ver a conocidos y seguir utilizando estas plataformas a pesar de saber que nos están provocando problemas, asegura la investigadora, son otras señales de preocupación.
Consejos para los familiares
De acuerdo con la especialista en salud mental, las grandes empresas tecnológicas suelen argumentar que ya cuentan con criterios y políticas para que las niñas, niños y adolescentes no ingresen a las redes sociales. Sin embargo, aseguró que los menores pueden mentir respecto a su edad y así registrar una cuenta.
"Incluso, ellos pueden pedir por las redes cigarros electrónicos, no les preguntan la edad y se los mandan a su casa, entonces, tal vez ellos [los directivos de las redes] dirán que no es su asunto porque ellos sí especifican las edades para que puedan acceder los niños y adultos, entonces [se deben hacer] cumplir las regulaciones que ya existen y que los niños y adolescentes no puedan comprar ni tener acceso a información que al final no está acorde a su edad", declaró la psicóloga egresada de la UNAM.
En ese sentido, Lira Mandujano recomendó a las madres y padres de familia tener mayor supervisión de sus hijos, así como establecer límites en el tiempo que los menores pasan en estas plataformas que, por lo general, se sugiere que no sea más de una hora o dos al día.
"En general, se han utilizado las redes, los iPads, los celulares como una forma de que los niños no hagan travesuras (...) porque los padres no pueden o no quieren tener una supervisión permanente con los niños", detalló.Adicionalmente, la especialista sugirió brindarles juegos de mesa o manualidades a los menores. "Que se quiten esa idea de que el celular no va a ser el cuidador (...) para que los niños puedan estar quietos", declaró la experta.
"Que se siga promoviendo el contacto personal, físico de las personas, más que el seguir promoviendo la interacción por las vías de las redes sociales, ya que eso es lo que básicamente también está teniendo consecuencias en la salud mental", explicó la académica.México, sin legislación que proteja a los menores
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares, recabados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), nueve de cada 19 jóvenes tienen acceso a un teléfono celular en México, donde habitan 35,3 millones de jóvenes de entre 12 y 29 años que utilizan internet.
En diciembre de 2020, el senador del Partido del Trabajo (PT) Miguel Ángel Lucero Oliva presentó una iniciativa de reforma a la Ley Federal de Datos en Posesión de los Particulares para establecer una minoría de edad para el uso de redes sociales y, con ello, ampliar la protección a la población infantil, con miras a "evitar que sean víctimas de engaños que posteriormente se conviertan en delitos como secuestro, trata de personas o pornografía infantil".
"La edad mínima para el consentimiento del tratamiento de los datos personales es de 15 años, en caso de no tenerlos se requiere de un consentimiento de la madre, padre o tutor que tenga la custodia del menor", asegura el texto de la propuesta. Sin embargo, la iniciativa sigue en la congeladora.
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