Cada 36 millones de años, la vida marina se multiplica con la aparición de nuevas especies, y la causa indirecta es el movimiento tectónico.
CC BY-SA 2.0 / Argonne National Laboratory / Composition of Earth’s mantle
© CC BY-SA 2.0 / Argonne National Laboratory / Composition of Earth’s mantle
Un análisis en profundidad de los registros fósiles y geológicos revela un cambio en el nivel del mar que se produce en respuesta a un ciclo de 36 millones de años de movimiento tectónico.

Un equipo dirigido por el geólogo Slah Boulila, de la Universidad de la Sorbona (Francia), ha descubierto que esto altera varios ecosistemas, provocando la desaparición de muchas especies y el florecimiento de otras nuevas para ocupar los nuevos nichos ecológicos que surgen.
"En términos de tectónica, el ciclo de 36 millones de años marca alteraciones entre una expansión más rápida y otra más lenta del fondo marino, lo que provoca cambios cíclicos de profundidad en las cuencas oceánicas y en la transferencia tectónica de agua a las profundidades de la Tierra", explica el geocientífico Dietmar Müller, de la Universidad de Sídney.

"Estos, a su vez, provocaron fluctuaciones en la inundación y desecación de los continentes, con periodos de extensos mares poco profundos que fomentaron la biodiversidad".
Un examen detallado del registro fósil demuestra que la biodiversidad no es una constante uniforme. Al contrario, fluctúa drásticamente en escalas de decenas de millones de años, puntuadas por episodios de extinción y el surgimiento de nuevas especies.

Lo que no ha quedado claro es qué impulsa estos cambios; si cada acontecimiento es único en sí mismo o si existe un mecanismo subyacente que los relaciona.

La investigación de Boulila y su equipo fue un minucioso análisis de múltiples conjuntos de datos geológicos de los últimos 250 millones de años, combinado con simulaciones computacionales y modelización mediante un software de visualización tectónica llamado GPlates.

La corteza terrestre nunca está quieta. Está formada por placas tectónicas separadas que se mueven y reciclan constantemente. Los lugares en los que las placas tectónicas se encuentran bajo el océano se conocen como zonas de subducción; allí, el agua es succionada a las profundidades del manto, para ser escupida posteriormente a través de la actividad volcánica.

Además, el movimiento tectónico puede hacer que el fondo marino se extienda a medida que las placas se separan unas de otras. Ambos mecanismos pueden provocar variaciones del nivel del mar durante largos periodos de tiempo.

En sus datos y simulaciones, los investigadores hallaron un ciclo de 36 millones de años en la diversidad de la vida marina y esto coincidía con un ciclo hallado en los datos tectónicos, del nivel del mar y de las capas rocosas a gran escala durante el mismo periodo de tiempo.

Estos hallazgos, afirman los investigadores, constituyen una prueba convincente de que los cambios del nivel del mar desencadenados por los ciclos tectónicos de la Tierra desempeñan un papel clave en los ciclos de la biodiversidad y en la configuración de los ecosistemas.
"Esta investigación desafía las ideas previas sobre por qué las especies han cambiado durante largos periodos", afirma Müller.

"Los ciclos duran 36 millones de años debido a patrones regulares en la forma en que las placas tectónicas se reciclan en el manto convectivo, la parte móvil de la Tierra profunda, similar a una sopa caliente y espesa en una olla, que se mueve lentamente".
Existen otros factores desencadenantes a lo largo de la historia de la Tierra que pueden impulsar la biodiversidad. Por ejemplo, el equipo también encontró pruebas de un ciclo de biodiversidad de 62 millones de años.

Esto podría haber sido impulsado por cambios en los niveles de dióxido de carbono, pero hay que investigarlo más a fondo, dicen los investigadores.