Traducido por el equipo de SOTT.net

No se trata de poner multas, salvar vidas o luchar contra el cambio climático; se trata de saber en todo momento dónde se encuentra cada ser humano marcado digitalmente.
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La digitalización del transporte va viento en popa.

Hace poco informé en mi Substack sobre la reacción ciudadana en San Diego ante los planes de la ciudad de integrar tecnología de vigilancia masiva en autopistas, cruces, postes de la luz, etc.

La llamada tecnología de "ciudad inteligente" incluye cámaras de altísima resolución conectadas a Internet, lectores de matrículas, escáneres de reconocimiento facial y altavoces. Establecerá el marco para que los ojos y oídos digitales espíen a los ciudadanos 24 horas al día, 7 días a la semana, cargando datos personales en tiempo real para que puedan ser examinados y analizados por las fuerzas del orden, los responsables de la toma de decisiones financieras y otras terceras partes interesadas.

El 28 de junio informé de cómo el aeropuerto de Atlanta, en colaboración con Delta Airlines, está ofreciendo servicios especializados de "manos libres" y "tarjeta gratuita" a los pasajeros aéreos que acepten sacarse un carné de conducir biométrico digital que contenga un escáner facial. Pero también descubrí que a los ciudadanos estadounidenses se les escanea la cara con programas de reconocimiento facial, a menudo sin su permiso, antes de embarcar en vuelos internacionales que salen no sólo de Atlanta, sino de muchos otros aeropuertos estadounidenses.

Sin embargo, las herramientas del Estado de vigilancia no sólo se están instalando en las grandes ciudades y aeropuertos internacionales.

El condado de Kootenai, en el norte de Idaho, también se enfrenta a un plan de ciudad inteligente.

Y la ciudad de Jackson (Wyoming) se convirtió la semana pasada en la última en instalar cámaras de vigilancia masiva impulsadas por inteligencia artificial.

Según Frontline News, las cámaras que utilizan tecnología de reconocimiento automático de matrículas (ALPR) pueden escanear los coches que pasan y capturar números de matrícula, marcas y modelos, colores y marcas identificativas como pegatinas en el parachoques o luces traseras rotas.

A continuación, utilizan la inteligencia artificial para desglosar estos datos en consultas y cotejarlos con los del Centro Nacional de Información Criminal del FBI. Si se produce una coincidencia, se envía una alerta en tiempo real a las fuerzas de seguridad.

Las cámaras alimentan una red centralizada de cámaras masivas propiedad del fabricante, Flock Safety, a la que denomina "plataforma de seguridad pública".

El miércoles pasado, el Ayuntamiento de Jackson votó para gastar 185.000 dólares en la instalación de 30 cámaras ALPR Falcon de Flock Safety, pero incluso los que votaron a favor de la compra expresaron su inquietud.

"No me gusta el recorrido particular de esta parte concreta de la historia", dijo el concejal Josh Schechter. "Grito 'basta' mientras voto 'sí'".

La concejal Sell Chambers también expresó su preocupación pero siguió adelante y votó "sí" de todos modos.

"Tradicionalmente he sido contraria a la vigilancia, creo que ha sido una pendiente resbaladiza", Chambers expresó. "Pero creo que ese barco ya ha zarpado. Estamos muy vigilados, constantemente, en todas partes".

Los puntos de contacto de las "ciudades inteligentes" digitalizadas en desarrollo lo abarcan todo.

El establecimiento globalista en todos los niveles de gobierno está trabajando con corporaciones americanas hacia la digitalización en línea de todo. Ya se trate de tu consumo de energía, hábitos de transporte, asistencia sanitaria, servicios gubernamentales, electrodomésticos, prácticas bancarias y financieras, o tus hábitos de compra (¿comer demasiada carne o comprar demasiada munición?), el sistema quiere tenerlo todo inventariado y colocado en un libro de contabilidad digital centralizado impulsado por IA y "blockchain" (cadena de bloques).

Un artículo publicado el 15 de agosto de 2021 por el Banco Mundial en el sitio web del Foro Económico Mundial señala:
"La noción de ciudades inteligentes se basa en una serie de tecnologías, como el Internet de las cosas, soluciones móviles, "big data", inteligencia artificial (IA) y "blockchain". Debido a esta conexión con la tecnología, nos preocupa cómo abordarán las ciudades inteligentes cuestiones como la privacidad de datos y la exclusión social. Vemos el riesgo de que las zonas urbanas con escasa conectividad a la red queden fuera de la tendencia de las ciudades inteligentes".
Obsérvese cómo pasan por alto la cuestión de la privacidad y luego se lamentan de que los pobres con "mala conectividad a la red" no puedan unirse a la batalla tecnocrática que conduce a la creación de ciudades inteligentes y, en última instancia, al control de la cuna a la tumba de una ciudad de 15 minutos.

El artículo del Banco Mundial se publicó en el sitio web del FEM hace dos años. Desde entonces, muchas más zonas del país se han equipado con capacidad inalámbrica 5G, que comenzó bajo la administración Trump y continúa bajo Biden.

Más de 2.000 ciudades de 43 estados ya han instalado las cámaras con conexión digital ALPR de Flock Safety, según el Daily Wire. Los dispositivos también pueden ser adquiridos por particulares, empresas, escuelas y asociaciones de propietarios, que pueden crear sus propias "listas activas". Al parecer, cientos de comunidades de propietarios utilizan las cámaras con conexión digital.

Frontline News informa que Flock Safety también vende otros dispositivos, como Raven, un aparato de audio diseñado para detectar el sonido de disparos, cristales rotos, metales serrados o neumáticos chirriantes. Todo queda registrado, puntuado y almacenado en la nube.

Frontline informa además que, aparte de utilizarse para "luchar contra la delincuencia", las cámaras ALPR se emplean en algunos países para hacer cumplir los mandatos climáticos.

En el Reino Unido y Europa, las cámaras de reconocimiento automático de matrículas se colocan alrededor de las Zonas de Emisiones Ultra Bajas, áreas a las que sólo pueden acceder vehículos de bajas emisiones. A los coches que no cumplen las normas medioambientales de la ciudad se les cobra una tasa diaria por entrar en estas zonas, que en Londres cuesta 12,50 libras (16 dólares). Se imponen multas a los coches que las cámaras pillan entrando en estas zonas sin pegatina de autorización.

Todas estas cámaras y escáneres recogen datos cada vez más detallados que luego procesan, no la oficina del sheriff local ni los funcionarios electos, sino algoritmos basados en inteligencia artificial.

La mayor parte del dinero que llega a las ciudades para pagar estos instrumentos tecnológicos orwellianos procede del Departamento de Transporte de EEUU y de la Administración Federal de Carreteras.

Casi todos los estados tienen un "Centro de Gestión del Tráfico" y estos centros tecnológicos también están situados en áreas metropolitanas.

Un Centro de Gestión del Tráfico, o CGT, es un centro neurálgico y los distintos centros se integran en un Sistema de Gestión del Tráfico o SGT más amplio. Se financian con lo que se llama un Estudio de Fondos Mancomunados.

Puedes consultar todo sobre los CGT y SGT en el sitio web del Departamento de Transporte de EEUU.

Los siguientes proyectos fueron seleccionados para su financiación en 2021:
1. Compartir información y prácticas sobre temas emergentes de SGT.
2. Integración y uso de nuevas fuentes de datos en los SGT.
3. Opciones para que los SGT reciban y compartan datos con múltiples fuentes.
4. Desarrollo de planes plurianuales para orientar la dirección estratégica de los SGT e inversiones futuras.
5. Utilizar los datos de las redes sociales para mejorar la gestión y el funcionamiento de los SGT.
Como puedes ver, están muy centrados en recopilar y "compartir" los datos personales que recogen de cada individuo. Incluso recogen datos de tus cuentas personales en las redes sociales.

Después de leer algunos de estos documentos, resulta obvio por qué el asesor del FEM y transhumanista israelí Yuval Harari afirma que el único valor real que tendrá un ser humano en la sociedad digitalizada venidera del Gran Reinicio serán sus "datos".

El condado de Kootenai, con poco más de 170.000 habitantes, es el más poblado del norte de Idaho, por lo demás rural. Es bastante pequeño comparado con una ciudad como Atlanta, Chicago, Nueva York, Austin (Texas), Columbus (Ohio) o Los Ángeles, todas ellas con Centros de Gestión del Tráfico desde hace años.

Los CGT se presentan como la panacea que hará tu vida más fácil, segura y cómoda.

Un burócrata o un contratista gubernamental muy bien pagado se presentará sobre la ciudad y prometerá a los lugareños de todo: el fin de las carreteras congestionadas, la reducción del número de infractores de la ley de tráfico y de accidentes de tráfico, la reducción de la contaminación atmosférica e incluso la disminución de los delitos violentos. Citarán estudios e informes sesgados y utilizarán presentaciones en PowerPoint.

No hay datos legítimos que demuestren que vayan a conseguir ninguno de esos nobles objetivos, pero hay muchas razones para preocuparse por las violaciones de la intimidad.

No se trata de poner multas y garantizar la seguridad de la gente, sino de saber dónde está todo el mundo en todo momento.

La Organización de Planificación Metropolitana de Kootenai ha presupuestado y quiere instalar un Centro de Gestión del Tráfico, que consistirá en un centro de 6.000 pies cuadrados para la recogida de datos sobre básicamente todo lo que se mueve en el norte de Idaho.

El carácter invasivo de esta fábrica de recogida de datos ha atraído la atención del grupo ciudadano North Idaho Slow Growth, que tiene un sitio web en NISLOWGrow.org, junto con un creciente número de seguidores de más de 350 personas. Ofrece información sobre cómo luchar contra las ciudades inteligentes.


Más información en STOPSMARTCITIES.ORG.

Un CGT es básicamente donde se alimentan todos los datos recogidos por cientos de cámaras de vigilancia en una ciudad, condado o estado, y la cantidad de datos que alimentan a estos nodos centralizados no hace más que aumentar con el tiempo.

El propósito del CGT de Georgia, según la Sociedad de Transporte Inteligente de Georgia, es "trabajar entre bastidores para proporcionar gestión de incidentes en todo el estado a través de un proceso de tres fases", según su sitio web.

Un operador del CGT de Georgia "supervisa las carreteras y recopila información en tiempo real de las cámaras del Sistema de Detección de Vídeo situadas a lo largo de las carreteras interestatales".

Estos centros de espionaje CGT se presentan como extremadamente poco amenazadores en su misión oficial, pero el propósito real es mucho más invasivo y abarca mucho más que simplemente buscar accidentes e informar a los automovilistas sobre rutas alternativas.

El sitio web de Georgia admite que, una vez recopilados los datos, estos se "confirman y analizan" y, a continuación, se "comunican" a fuentes externas, incluidos los medios de comunicación y los automovilistas que disponen de la aplicación CGT en sus teléfonos móviles. Esta información también se comunica a través de las llamadas señales de mensaje cambiante en las carreteras. Cualquiera que haya viajado por las autopistas estadounidenses en los últimos años puede dar fe de que los paneles de mensajes electrónicos también sirven como molestos conductos de propaganda oficial del Estado: póngase el cinturón de seguridad, permanezca despierto, vigile su velocidad. Durante el brote de covid, estos carteles te gritaban "ponte la mascarilla" y "ponte la vacuna covid".

Gran parte de estos servicios de carretera ya están duplicados por Google Maps y otras aplicaciones de teléfono para las personas que los desean.

Entonces, ¿para qué tener un CGT?

En última instancia, estos centros tecnológicos serán el "cerebro" de cada ciudad inteligente y de la red inteligente más amplia que unirá ciudades y estados.

En el fondo, los CGT son una operación de recopilación de información bajo la apariencia de gestión del tráfico.

El objetivo no es salvar vidas, sino controlar el comportamiento y paralizar la libertad de movimiento de los estadounidenses.

El plan a largo plazo es automatizar por completo el transporte, utilizando coches sin conductor, interruptores de corte y sistemas de puntuación de crédito social para definir y limitar el grado en que la gente puede viajar.

Básicamente, todo el transporte será público.

Si eres propietario de un coche pero alguna entidad externa tiene la capacidad de desactivarlo con un interruptor de apagado, ¿eres realmente el propietario? Puede que tengas la escritura del vehículo, pero ya no tienes acceso al transporte privado. Tu libertad de movilidad se ejerce ahora a voluntad del Estado y sus socios corporativos (fascistas).

De hecho, la administración Biden incluyó una cláusula en el proyecto de ley de infraestructuras de 2021 aprobado por el Congreso que exige a todos los fabricantes de automóviles incluir un interruptor de apagado remoto en cada vehículo nuevo que salga de la cadena de montaje a partir de 2025.

A los estadounidenses se les dijo que este proyecto de ley trataba de restaurar las carreteras y puentes de Estados Unidos, que es en lo que la mayoría pensamos cuando oímos la palabra "infraestructura". Pero habría sido más acertado llamarlo "Proyecto de Ley de Infraestructuras Digitales", porque tenía poco que ver con la mejora del transporte y todo que ver con la instalación y actualización de la red inteligente.

Todas las intersecciones, carreteras estatales y federales, carriles bici, pasos de peatones, oficinas y parques de oficinas, caminos peatonales, parques recreativos, el lugar de trabajo e incluso el hogar se convertirán en territorio vigilado.

La Sociedad de Transporte Inteligente (ITS, por sus siglas en inglés) es una organización extremadamente espeluznante de la que emana gran parte del grupo de presión en el Capitolio junto con el apoyo filosófico a las ciudades inteligentes. Este grupo celebrará su Congreso Mundial ITS 2023 en Suzhou, China, del 16 al 20 de octubre. La ubicación no es casual. China es líder en la implantación de tecnología de vigilancia de redes inteligentes y ha sido declarada "modelo" para "muchos países" por el fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab. La ITS afirma en su web que su objetivo es la completa "electrificación" y digitalización de los viajes por carretera.

El Congreso parece estar completamente de acuerdo con la creación de un estado de vigilancia similar al de China.

En mayo de 2023, la Sociedad de Transporte Inteligente se unió a Dell Technologies, el fabricante de chips Intel y varias otras empresas tecnológicas para enviar una carta al representante Sam Graves, republicano de Missouri, presidente del Comité de Transporte e Infraestructuras de la Cámara de Representantes, y al miembro demócrata de mayor rango, el representante Rick Larsen, pidiéndoles que "expresen su firme apoyo a la HR 1500, la Ley de Integración de la ITS".

La carta afirma que este proyecto de ley "da pasos importantes para garantizar que utilizamos herramientas digitales, como los datos, para operar de forma más eficiente, eficaz y segura en las carreteras estadounidenses. Le instamos a que hagan avanzar esta legislación a través del Comité".

Así pues, el proyecto de ley de infraestructuras de casi un billón de dólares aprobado en 2021 era sólo el principio del proceso de recableado de las ciudades de Estados Unidos para un conocimiento total de la información. Al leer esta carta, o el comunicado de prensa de la ITS, no verás ninguna preocupación por la privacidad, sólo las promesas esponjosas de un sistema de transporte más seguro, limpio y "eficiente".

Los nazis también eran muy eficientes. Dirigían su régimen tiránico como una máquina bien engrasada.

El lado oscuro del movimiento hacia la tecnología de ciudades inteligentes y redes inteligentes rara vez se discute abiertamente. Los medios de comunicación lo ignoran.

Los guardianes elitistas utilizan un lenguaje engañoso para empañar el verdadero resultado de estos sistemas, que están diseñados para acabar con el transporte privado y la libertad de movimiento. Una vez que esta tecnología esté totalmente instalada y la gente esté entrenada para obedecerla, cada ciudad inteligente se convertirá en una ciudad de 15 minutos.

¿Qué quiero decir con que la gente esté "entrenada para obedecer" las instrucciones de inteligencia artificial de la ciudad inteligente? Cuando una ciudad inteligente esté totalmente construida y se convierta en una ciudad de 15 minutos, su tecnología digital también requerirá una identificación digital biométrica para cada ser humano que viva o pase por esa ciudad. Esta identificación será tu "credencial" para moverte por la ciudad y probablemente estará vinculada a tu puntuación de crédito social y a las fichas digitales de tu cuenta bancaria.

Al igual que necesitarás tu DNI digital para asistir a determinados eventos y entrar en locales de la ciudad inteligente, con el tiempo necesitarás un DNI digital para conectarte a Internet, conducir por las carreteras del sistema, recibir la asistencia sanitaria del sistema e incluso comprar y vender en las tiendas del sistema.

En resumen, las ciudades inteligentes se convertirán en campos de esclavos digitales.

Esto puede sonar extremo para los que no han estudiado esta tecnología y sus capacidades, y cómo ya se está utilizando en China, que sabemos que es el modelo para los tecnócratas de todo el mundo basándonos en los comentarios de las élites multimillonarias asociadas al Foro Económico Mundial y las Naciones Unidas.

El hecho es que las élites llevan décadas hablando de su deseo de desarrollar campos de esclavos digitalizados.

En su libro de 1971, Entre dos edades: El papel de Estados Unidos en la era tecnotrónica, Zbigniew Brzezinski escribió con confianza que tal sociedad se vislumbraba en el horizonte. Hace más de 50 años, antes de que se inventara Internet, escribió:
"La era tecnotrónica implica la aparición gradual de una sociedad más controlada. Esa sociedad estará dominada por una élite sin restricciones por los valores tradicionales. Pronto será posible ejercer una vigilancia casi continua sobre cada ciudadano y mantener al día archivos completos que contengan hasta la información más personal sobre el ciudadano. Estos archivos estarán sujetos a una recuperación instantánea por parte de las autoridades " (Zbigniew Brzezinski, Entre dos edades: El papel de Estados Unidos en la era tecnotrónica).
Pero la gente está contraatacando, en zonas urbanas liberales como San Diego y en zonas conservadoras como el condado de Kootenai.

El grupo de ciudadanos del norte de Idaho ha puesto en marcha una página web y ha pagado vallas publicitarias en las principales vías para informar a los ciudadanos sobre el lado oscuro de la tecnología de las ciudades inteligentes.

Muchos han acudido a reuniones públicas para expresar su oposición a los CGT.

"Nunca había sido política hasta que llegó la covid", afirma Jennifer Noel, que se trasladó hace dos años de Hawai al norte de Idaho. "En los dos últimos meses he visto a mucha gente dando un paso al frente. Hay un grupo diverso. Veo que se está produciendo un cambio. Creo que la gente nos está encontrando. Tenemos que creérnoslo, y si estamos hechos a imagen de Dios, ¿no se supone que debemos ser poderosos?".

Dime en los comentarios de abajo si has notado que en tu ciudad se están instalando tecnoprogramas espía de ciudad inteligente.
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