Traducido por el equipo de SOTT.net
ponerology evolution devolution
© John Huglings Jackson/QuotefancyPues en la enfermedad sufren primero y más los movimientos, facultades, etc. más voluntarios o más especiales, es decir, en un orden exactamente inverso al de la evolución. Por eso lo llamo principio de Disolución.
Sobre doomers, bloomers, hemisferios cerebrales y arreglar cosas

[NdE: Un doomer es alguien que cree en el Doomsday o Día del fin del mundo. Un bloomer sería lo opuesto, alguien que cree que la utopía de un mundo perfecto es posible]

Doomer es la píldora negra. O bloomer es la píldora blanca. ¿Intentar arreglar las cosas es inútil, o es el objetivo? ¿Es el progreso una ilusión? Llevo tiempo haciéndome estas preguntas, pero sobre todo después del último debate de Tonic:


Me encuentro yendo y viniendo de una opción a otra. Siempre que esto ocurre, me doy cuenta de que suele ser porque ambas son ciertas de alguna manera. Ambas/y, no una/o. Como comentamos al final de la charla, el punto clave parece ser el equilibrio.

Por un lado tenemos a los progresistas, cuya versión extrema parece pensar que podemos remodelar la naturaleza humana para convertirla en una imagen de lo que podría o debería ser. Como argumentó John Carter, se trata de un "blanqueamiento" del cerebro izquierdo, en el que un modelo abstracto divorciado de la realidad se toma como realidad y luego se impone a esa realidad, con resultados previsiblemente pésimos. El pensamiento del cerebro izquierdo se niega a ver nada fuera del modelo, y en este caso, hay mucha realidad fuera del modelo: la naturaleza humana.

De otro lado, tenemos a los observadores de la realidad, que entienden la historia y quieren saber cómo funcionan realmente las cosas. Ven el panorama completo, al estilo del cerebro derecho. Ven que la naturaleza humana existe, ven sus tendencias operando en todas las épocas, y concluyen que el cambio sustantivo es imposible. Podemos ser capaces de comprender, pero no podemos progresar. No tiene sentido, porque las cosas simplemente se desmoronarán como siempre lo hacen.

Pero voy a arriesgarme a decir que ambas partes están equivocadas. Y si eso te ofende, entonces ambas partes tienen razón. Y si eso te ofende, bueno, sigue leyendo.

Lobaczewski era evolucionista en un sentido amplio (es decir, no neodarwinista en sentido estricto). Para él, la evolución es una tendencia de desarrollo gradual, con nuevos niveles y funciones construidos sobre otros más antiguos, y la acción humana debería tener en cuenta esta realidad fundamental. Así, podemos hablar de la evolución de una especie, del diseño de un coche, de una mente humana o de una civilización. Más concretamente, he aquí a Dabrowski, compatriota de Lobaczewski, resumiendo el pensamiento evolucionista de Hughlings Jackson:
En 1884 John Hughlings Jackson pronunció tres conferencias sobre la Evolución y Disolución del Sistema Nervioso. En estas conferencias expuso la idea de que el deterioro progresivo de la actividad neurológica, como el observado en el ataque epiléptico, desciende paso a paso por los estratos evolutivos del sistema nervioso.

La evolución del sistema nervioso es un ejemplo especialmente llamativo de desarrollo de nuevas estructuras y funciones asociadas. Este desarrollo es jerárquico porque la organización del sistema nervioso es jerárquica. Las relaciones entre los niveles de esta jerarquía son muy intrincadas, pero aquí sólo queremos destacar una característica general que era especialmente significativa para la línea de pensamiento de Jackson, a saber, que los niveles superiores controlan a los inferiores mediante la inhibición. Así, cuando el alcohol, la fatiga extrema o un ataque epiléptico atenúan la consciencia y la actividad voluntaria, el nivel más alto de funcionamiento neurológico se deteriora, o se "disuelve". El nivel inmediatamente inferior es ahora funcionalmente el más alto y el que ejerce el control. Pero es más automático. Si, a su vez, este nivel se "disuelve", el funcionamiento del organismo desciende de nuevo al siguiente nivel inferior e incluso más automático.

Jackson decía que las acciones automáticas pueden serlo porque son independientes de otras acciones. En consecuencia, tienen una organización sencilla, aunque puedan ser bastante elaboradas. La acción automática tiene que seguir su curso, puede detenerse pero no puede cambiar de patrón o secuencia. La complejidad funcional, en cambio, requiere mecanismos intrincados y que respondan entre sí. Con esto en mente, Jackson formuló tres leyes de la evolución del sistema nervioso:

(1) La evolución es un paso de lo más a lo menos organizado; "el progreso es de centros comparativamente bien organizados al nacer a aquellos, los centros más elevados, que se están organizando continuamente a lo largo de la vida".

(2) La evolución es un paso de lo más simple a lo más complejo.

(3) La evolución es un paso de lo más automático a lo más voluntario. La esencia del pensamiento jacksoniano es que los niveles más altos de actividad nerviosa son los más complejos y los menos automáticos. Sin embargo, es difícil aceptar su opinión de que también son "los menos organizados". Más bien se puede decir que son más flexibles y que, debido a su complejidad, permiten una multiplicidad de operaciones (Dąbrowski, 1964).

La importancia de la aportación teórica de Jackson reside en asociar una jerarquía de niveles de funcionamiento con la evolución y sugerir sus tendencias generales. Jackson representa un enfoque multinivel y evolutivo del desarrollo. (Multinivel, 1996)
Jackson aplicó su pensamiento a la estructura y función del sistema nervioso. Dabrowski lo aplicó a la evolución humana individual: el desarrollo de la personalidad. Pero el principio es lo bastante amplio como para abarcar mucho más, y creo que esto es lo que falta en el debate perdición vs. florecimiento (doom vs. bloom).

Hace meses, un lector me recomendó esta entrevista a McGilchrist. Por fin he podido leerla y me ha llamado la atención este fragmento:


Burke hizo esta importantísima observación de que la sociedad no era sólo una asociación de personas, sino que era la asociación de esas personas ahora con las que vivieron en el pasado y las que vendrían a vivir en el futuro, razón por la cual en muchas sociedades estables distintas de la nuestra actual, la gente presta atención a lo que pensaban los ancianos, a lo que tienen que decir al respecto las tradiciones que heredaron. Esto significa que, en lugar de ser como un barco sin timón que puede dejarse llevar por cualquier viento, tienen un punto de referencia. Esto puede sonar conservador, pero no tiene por qué serlo en absoluto.

Creo que la forma en que progresamos no es cortando la cepa de la vida, el tallo del que crecemos, y luego encontrarnos sin nada que nos alimente y sin ninguna idea de dónde debemos estar, sino que es de ese organismo creciente, flexible y entrenable de donde vienen los siguientes pasos. Así que la tradición, si se quiere llamarla así, siempre está creciendo y cambiando, pero lo hace de una forma que tiene sentido en ese momento, en lugar de ser un decreto abstracto de alguien que es intolerante y dice que esto es lo que debemos hacer.
Este es un acto de equilibrio. Si se va demasiado lejos en una dirección, se cae en la tiranía del dogmatismo rancio y se corta la cabeza que sobresale de la multitud. Si se va demasiado lejos en la otra dirección, se llega a la tiranía de perseguir sueños imposibles, y los recalcitrantes que no alcanzan la forma requerida acaban en el potro de tortura. Algunos se niegan a aceptar incluso los cambios sanos y necesarios. Otros se niegan a aceptar incluso la tradición sana y necesaria.

Todo cambia. El cambio es evolutivo o involutivo. A veces tengo la impresión de que los antiprogresistas pasan por alto este hecho, incluso cuando se lamentan de cómo todo se está desmoronando. Tal vez, sin darse cuenta, se han quedado anclados en la visión modernista del mundo, en la que la evolución (tal y como se ha definido anteriormente) es imposible, porque los juicios de valor son completamente subjetivos. No existe lo "mejor", sino más de lo mismo. ¿Qué sentido tiene crear nuevas instituciones, idear nuevas políticas para abordar los problemas existentes? Tales acciones sólo crearán más problemas, y cualquier nueva institución se corromperá inevitablemente.

No se equivocan. Probablemente he dicho cosas similares en el pasado. Pero se nos escapa un punto, que John incluyó en el artículo que comentamos más arriba:
harrison john carter substack note
Traducción del tuit: "Encontrar problemas en el mundo y solucionarlos es algo profundamente humano. No podemos
dejar de jugar con las cosas. Pero es mucho más probable que tengamos éxito si nos basamos en la realidad."

.
(Enlace) Esta característica es tan básica para la humanidad que ningún proceso de pensamiento puede estar completo sin reconocerla. Y aquí está la cosa: también funciona. Toda nuestra historia consiste en concebir ideas sobre cómo hacer mejor las cosas, ponerlas en práctica y luego utilizar su éxito como base para aún más ideas. (También es una historia de malas ideas, por supuesto.) Esto es más evidente en el campo de la tecnología, pero es menos obvio en todos los demás. Conservación de alimentos, construcción de viviendas, técnicas quirúrgicas. La cuestión es el equilibrio. ¿Esta nueva tecnología alterará demasiado el equilibrio dinámico? ¿Resultará este nuevo procedimiento médico más perjudicial que beneficioso dentro de una generación (o diez)?

Si se lee cualquiera de los libros de Thomas Sowell, se verá cómo discute cómo y por qué prácticamente todas las políticas son malas y sólo conducen a más problemas. No es sólo porque todo sea un intercambio, en el que incluso las buenas ideas tienen efectos negativos. En parte tiene que ver con la naturaleza del sistema político democrático. No hay incentivos reales para la buena política, y sí muchos para la mala. Pero la premisa subyacente es que existe una política mejor. Sowell da muchos ejemplos.

Los progresistas, por el contrario, llevan demasiado lejos uno de los principios de la evolución, pues quieren lo nuevo sin conservar lo viejo. En lugar de ver el progreso como evolución, que es jerárquica y conserva las estructuras que funcionan al tiempo que añade otras nuevas y complementarias, van contra esos mismos cimientos. Quieren empezar de cero.

La evolución y la involución forman parte de la gramática de la realidad. Son fundamentales. En un sistema bien organizado, los niveles superiores inhiben a los inferiores. Psicológicamente, esto significa que nuestras funciones superiores (emocionales e intelectuales) controlan las inferiores. Aprendemos lo básico de esto a los tres años (si todo va bien). Socialmente, significa que los más avanzados deben asumir las "funciones ejecutivas" del cuerpo social, e inhibir a los menos. Tanto si esto significa que el arquitecto dirige a los obreros, como si los normales mantienen a raya a los criminales y psicopatológicos, la dinámica es la misma.

Destruye los niveles superiores, y los inferiores dirigirán el espectáculo. Ese nivel será el menos creativo, el menos voluntario y el más rígido. Por eso las revoluciones reales siempre acaban igual. Si se destruye la estructura existente, no se sustituirá simplemente por una alternativa mejor. Se volverá a un nivel inferior. Disolución. Devolución. Desintegración negativa. La evolución es un proceso conservador.

Psicológicamente, dejar que los niveles inferiores dirijan el espectáculo equivale a poner a los psicópatas al mando (incluso si ya habían corrompido el sistema existente). Estructuralmente, puede ser simplemente poner el sistema en piloto automático, sin ninguna aportación creativa e inteligente para hacerlo funcionar y corregir el rumbo cuando sea necesario, lo que también favorece a los operadores psicopáticos. La evolución se mueve en la dirección de la volición; la involución en la dirección de la automaticidad.

Si se destruyen los niveles inferiores de la estructura, se destruye el organismo. Que tengas suerte sin tronco encefálico, tradiciones culturales o instituciones básicas, por muy malas que parezcan ser.

Una de las respuestas a la propuesta de Lobaczewski de una logocracia dice algo así: "Claro que los psicópatas hacen mucho daño. Pero incluso si implementamos algo para intentar evitar que entren en política, inevitablemente jugarán con el sistema y entrarán de todos modos".

Tengo un par de respuestas a esto. En primer lugar, es muy posible que sea cierto, pero no lo sabemos. No lo sabemos porque nadie lo ha intentado antes al nivel que propone Lobaczewski, es decir, aplicar un sencillo procedimiento de selección para determinados puestos de poder. Puede resultar mucho más eficaz que los métodos actuales, que son inexistentes. Y en las escalas en las que se ha probado, podría decirse que ha tenido éxito. Ya sea en pequeñas tribus cuyos miembros psicópatas casualmente tienen "accidentes de caza", o en pequeños grupos o asociaciones con criterios de afiliación escritos o no escritos y que echan a los que tienen tendencias psicópatas. Si el mal se extiende a todos los niveles, ¿quizás las soluciones también se extiendan?

Estar activamente en contra de una política de selección de este tipo me parece esencialmente decir: "No, dejemos las cosas como están. Prefiero que siga siendo así de fácil para los psicópatas acceder a puestos de poder a que potencialmente se lo pongamos más difícil". ¿Y a quién beneficia eso?

En segundo lugar, en el supuesto de que sea cierto y de que "las cosas se vengan abajo de todos modos", bueno, quizá el impulso de solucionar los problemas (por intratables que parezcan) sea en realidad lo que impide que nos vengamos abajo del todo, es decir, que nos extingamos. Este impulso -el impulso evolutivo- puede ser precisamente lo que evite la involución. Imaginemos que nunca nos esforzamos por mejorar las técnicas de conservación de los alimentos. Luego imagine que se impide activamente que alguien innove esas técnicas porque "la comida acabará echándose a perder". Sólo porque tener normas no siempre funcione, no significa que debamos dejar de tenerlas o de intentar aplicarlas.

¿Qué hay de la evolución de la humanidad y de la civilización? La visión progresista de la historia humana puede estar equivocada, pero eso no significa que la evolución humana sea imposible. Los progresistas de esta tendencia tienden a ver una progresión constante y en su mayoría irreversible, unidireccional, desde el pasado hacia el futuro, siendo el presente mejor que el pasado. De hecho, puede ser posible que la humanidad evolucione (hacia formas más voluntarias, más complejas y organizadas de forma más flexible), pero al mismo tiempo, que de hecho hayamos involucionado en aspectos importantes. Este es el argumento de la disgenia: que durante los últimos 150 años, más o menos, nos hemos vuelto menos inteligentes y menos sanos (física y psicológicamente), incluso cuando nos hemos vuelto más avanzados tecnológicamente.

¿Cuál es la solución? Creo que John ya lo ha resumido:
Encontrar problemas en el mundo y solucionarlos es algo profundamente humano. No podemos abstenernos de jugar con las cosas. Pero ese jugueteo tiene muchas más probabilidades de éxito si se basa en la realidad.
No debemos dejar de intentar solucionar los problemas que encontramos. Pero nuestras soluciones deberían basarse... en la realidad. Deberían ser evolutivas: basarse en las tradiciones e instituciones anteriores y perfeccionarlas, parafraseando a McGilchrist. Por supuesto, como en el desarrollo de la personalidad humana, esto requerirá sin duda cierta "desintegración positiva". Algunas estructuras inferiores pueden no ser necesarias en absoluto en su forma actual (¿el Departamento de Educación, por ejemplo?), o necesitarán ser reestructuradas (como las ciencias sociales después del comunismo, y ahora bajo el wokeness).

Pero esto sólo funcionará si el centro de control es verdaderamente superior, evolutivamente hablando. Deberíamos extrapolar de nuevo a partir de la naturaleza humana:
Un centro superior, para ser realmente superior, es decir, para asegurar un mejor control de un conjunto más amplio de funciones nerviosas, no puede estar peor organizado, sino que deberíamos esperar que estuviera organizado de forma diferente. La diferencia implicaría un mayor papel de la reflexión, una mayor plasticidad y una capacidad para el manejo global integrado de situaciones a través de procesos intuitivo-sintéticos. (Dabrowski, Crecimiento Mental, 1970)
¡A mí me suena bastante a cerebro derecho! El Maestro debe dirigir el proceso, no el Emisario. Cuando lo hace, de forma equilibrada, se pueden encontrar soluciones creativas para cualquier problema. En caso contrario, sólo se trata de un fallo de imaginación.
Un par de pequeños anuncios. Si por casualidad eres eslovaco, estás de suerte, porque la nueva edición de Ponerología Política ha sido traducida y publicada por Torden. Consíguela aquí, o envíasela a un amigo eslovaco.

Además, Michael Shellenberger y Peter Boghossian de Public han publicado su taxonomía de Psicopatología Woke, inspirada en parte por Lobaczewski. Échale un vistazo.

Harrison Koehli es copresentador del programa MindMatters de SOTT Radio Network y editor de Red Pill Press. Ha sido entrevistado en varios programas de radio norteamericanos acerca de sus escritos sobre el estudio de la ponerología. Además de la música y los libros, a Harrison le gusta el tabaco y el bacon (a menudo al mismo tiempo) y le disgustan los teléfonos móviles, las verduras y los fascistas (también los comunistas).