Traducido por el equipo de SOTT.net

"Esto da miedo", declaró Mary Jones ayer por la mañana, cuando vio miles de peces muertos en la costa de Harbour Head, en Harbour View (San Andrés).
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Mary Jones era una de las muchas personas que acudían a la zona los sábados por la mañana para practicar la pesca recreativa, y se quedó estupefacta ante lo que vio.


Los pescadores de la zona, que dependen de la bahía para su subsistencia, estaban aún más consternados y se preguntaban qué podría haberlo causado, mientras auguraban una temporada navideña sombría.

Los peces muertos, en su mayoría espadines, empezaron a flotar y a llegar a la orilla hacia las 10 de la mañana y, a medida que avanzaba la mañana, toda la costa, "hasta donde alcanzaba la vista", estaba cubierta por la masiva mortandad de peces. Los residentes afirman que es la segunda vez que ocurre en el último mes, pero la otra no fue de esta magnitud.

El incidente se produjo en las inmediaciones del multimillonario Kingston Dry Dock, recientemente inaugurado, y los residentes culpan de la muerte de los peces a un buque que lleva algún tiempo anclado cerca de allí.

Pero la Agencia Nacional de Medio Ambiente y Planificación (NEPA) desmintió esas acusaciones, atribuyendo el fenómeno a una acumulación de algas que agotan el oxígeno. Los peces, en esencia, se asfixiaban.

Una tendencia en esta época del año

No se trata de un fenómeno nuevo, explicó Anthony McKenzie, director de gestión y conservación medioambiental de NEPA, "pero es un problema mucho más amplio que la simple descarga de un barco".

Reconociendo que no es infrecuente que los buques causen daños a la vida marina, subrayó que el suceso de ayer no tenía nada que ver con eso.

"Puedes mirar y ver el color rojo/marrón del agua con las algas y luego está el color verdoso normal", dijo, explicando que una mayor proliferación de algas agota el nivel de oxígeno en el agua.

"Según las observaciones, han muerto un par de miles de peces. Estamos notando una tendencia en esa sección del puerto en esta época del año, pero la marea roja no es inusual en el puerto", dijo McKenzie a The Sunday Gleaner, añadiendo que algunas algas son tóxicas y por lo tanto pueden llegar a ser más perjudiciales para la vida marina.