Traducido por el equipo de SOTT.net

Toda gran novela de misterio tiene un giro inesperado. Al parecer, lo mismo ocurre con las lluvias de meteoros.
Above: Geminids over the Czech Republic in 2018.
© Petr HorálekArriba: Gemínidas sobre la República Checa en 2018.
Un artículo publicado en la revista Planetary Science Journal revela un nuevo y sorprendente giro en el misterio de las Gemínidas, una intensa lluvia de meteoros anual que ha desconcertado a los astrónomos durante más de un siglo.

"Nuestro trabajo ha puesto patas arriba años de creencias sobre 3200 Faetón, la fuente de las Gemínidas", afirma el coautor Karl Battams, del Laboratorio de Investigación Naval. "No es lo que creíamos que era".

Las Gemínidas alcanzan su punto álgido cada año a mediados de diciembre, esparciendo cientos de meteoros brillantes por los cielos invernales del norte. Numéricamente es la mejor lluvia de meteoros del año.

Como lluvia de meteoros, las Gemínidas son unas recién llegadas. Aparecieron por primera vez a mediados del siglo XIX, cuando una corriente desconocida de escombros cruzó la órbita de la Tierra. Sorprendidos, los astrónomos del siglo XIX rastrearon el cielo en busca del cometa, pero no encontraron nada. La búsqueda continuaría durante otros 100 años.

Llega la NASA. En 1983, el Satélite Astronómico Infrarrojo (IRAS) de la agencia espacial encontró un objeto ahora llamado "3200 Faetón". Era sin duda el origen de las Gemínidas. La órbita de 3200 Faetón coincidía tanto con la del flujo de desechos de las Gemínidas que no cabía otra conclusión. Sin embargo, había un enigma: 3200 Faetón parecía ser un asteroide rocoso.

Above: An artist's concept of 3200 Phaethon spewing sodium gas
© Spaceweather.comArriba: Concepto artístico de 3200 Faetón escupiendo gas sódico.
Se supone que los asteroides no provocan lluvias de meteoros. A diferencia de los cometas, no tienen cola ni arrojan meteoroides. Sin embargo, 3200 Faetón fue diferente. En 2009 y 2012, la nave espacial STEREO de la NASA captó cómo 3200 Faetón arrojaba una cola cuando pasaba cerca del Sol. Al parecer, la intensa radiación solar estaba desprendiendo meteoroides de la superficie rocosa de 3200 Faetón. Los astrónomos lo bautizaron como "cometa de roca" y el misterio quedó resuelto.

¿O no?

El astrónomo Qicheng Zhang, autor principal del nuevo artículo, nunca estuvo convencido. Por un lado, el flujo de escombros de las Gemínidas es masivo (1013 kg), mientras que la cola de 3200 Faetón es insignificante, ya que aporta menos del 1% de la masa necesaria para explicar las Gemínidas.

"La cola que vemos hoy en día nunca podría suministrar suficiente polvo para abastecer la lluvia de meteoros de las Gemínidas", afirma Zhang.
SOHO Image of 3200 Phaethon
© Spaceweather.comArriba: La vista con filtro naranja del SOHO, que puede detectar sodio, muestra al asteroide 3200 Faetón brillando intensamente.
Zhang, Battams y sus colegas decidieron observarlo más de cerca. Utilizando los coronógrafos del Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO), observaron Faetón a su paso por el Sol en 2022. Los filtros de color de la nave no revelaron polvo ni rocas. En su lugar, la cola de Faetón está formada por gas sodio.

Y ahí está la clave. Las lluvias de meteoros están hechas de meteoroides, no de gas. De repente, las Gemínidas vuelven a ser un misterio.

"Volvemos al principio", dice Zhang. "¿De dónde vienen las Gemínidas?".

3200 Faetón sigue siendo el principal sospechoso. Al menos un estudio sugiere que los meteoroides Gemínidas tienen entre 1.000 y 10.000 años. Tal vez algo golpeó el asteroide hace milenios. La rápida rotación de Faetón lo hace susceptible a episodios repentinos de pérdida de masa, por lo que incluso un impacto relativamente pequeño podría crear los meteoroides necesarios.

La mejor forma de probar esta idea es observar la superficie de Faetón con una sonda espacial. Japón tiene previsto hacerlo. La JAXA está construyendo una nave espacial llamada DESTINY+ que volará junto a 3200 Faetón para observarlo más de cerca. El lanzamiento está previsto para 2025.

Hasta entonces, las Gemínidas seguirán siendo un bello misterio. Búscalas esta semana en el cielo nocturno.