Traducido por el equipo de SOTT.net

La primera erupción volcánica de 2024 pintó el cielo nocturno con un ardiente espectáculo en el monte Merapi, uno de los volcanes más activos de Indonesia. El dramático suceso, captado en una fotografía de larga exposición por Agung Supriyanto, tuvo lugar en la madrugada del 4 de enero de 2024.
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La imagen, tomada en la aldea de Tunggul Arum, en Sleman, Yogyakarta, representa la eyección de material volcánico, iluminando la oscuridad con su fuerza bruta.



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El feroz despertar del Monte Merapi

A las 02:52 hora local, el monte Merapi anunció su presencia, lanzando una columna de ceniza de aproximadamente tres kilómetros hacia el cielo. La erupción fue presenciada por el vigilante equipo de Mitigasi BPBD Sleman, una organización dedicada a la mitigación de catástrofes. La furia del volcán fue monitorizada en tiempo real, proporcionando datos inestimables sobre su comportamiento y pautas.

El monte Merapi, famoso por su frecuente actividad, arrojó cenizas hasta 3 km de altura. Las autoridades no tardaron en elevar la alerta al segundo nivel más alto, imponiendo a los residentes la prohibición de aventurarse en un radio de 3 km alrededor del cráter. Una erupción menor a principios de semana ya había obligado a suspender temporalmente las actividades de búsqueda, lo que subrayaba la preocupación por la seguridad inherente a la región.

Anillo de fuego de Indonesia

Indonesia, hogar de casi 130 volcanes activos, es un punto caliente de actividad volcánica y sísmica, cortesía de su posición en el "Anillo de Fuego" del Pacífico. El monte Merapi, uno de los volcanes más activos de la isla de Sumatra, está bajo vigilancia continua, lo que refleja el compromiso del país con la vigilancia y la mitigación de catástrofes.

La lluvia de cenizas de la reciente erupción llegó hasta la tercera ciudad más grande de Sumatra Occidental, lo que subraya el impacto de largo alcance de tales acontecimientos geológicos. El poder del monte Merapi no se limita a sus inmediaciones, sino que puede influir en una zona mucho más amplia.

Coste humano y vigilancia continua

Las consecuencias de la erupción no se limitaron al espectáculo geológico. Se informó de la muerte de once escaladores y se encontraron tres supervivientes. El coste humano de estos fenómenos naturales es un duro recordatorio de los riesgos potenciales que estos sobrecogedores espectáculos pueden suponer para las comunidades cercanas.

La vigilancia constante y los esfuerzos de mitigación de organizaciones como Mitigasi BPBD Sleman desempeñan un papel crucial en la gestión de tales riesgos. Su labor, combinada con el compromiso de las comunidades y autoridades locales, sigue garantizando la seguridad y resistencia de las regiones más afectadas por el vibrante, aunque formidable, carácter geológico de Indonesia.