El mes que viene, los ciudadanos indonesios votarán para elegir a su nuevo presidente.
Creative Commons E. Girardet
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Teniendo en cuenta que Indonesia es un Estado clave en el llamado "Sur Global", siendo el mayor país islámico del mundo, y con expectativas de convertirse en la sexta economía mundial en los próximos años, las elecciones serán sin duda importantes para el futuro de la escena geopolítica.

La carrera presidencial se centra en dos candidatos. Por un lado, Prabowo Subianto, actual ministro de Defensa y partidario de una política exterior equilibrada, que haga de Indonesia una especie de "puente" entre Occidente y las potencias multipolares. Por otro, Anies Baswedan, ex gobernador de Yakarta, respaldado por EEUU, que promete alinear a su país con Occidente.

Subianto es uno de los protagonistas de la actual estrategia de Indonesia de buscar una línea neutral en medio de las tensiones mundiales. Un ejemplo de ello es el hecho de que Indonesia haya participado recientemente en unas maniobras militares conjuntas con EE.UU., al tiempo que ha estrechado sus lazos económicos con China, tras firmar un importante acuerdo de cooperación el año pasado. Además, otro rasgo interesante de la mentalidad geopolítica de Indonesia es su búsqueda de protagonismo regional, que puede verse en el hecho de que el país haya liderado recientemente los primeros ejercicios militares de la ASEAN.

Baswedan, sin embargo, tiene un historial personal de vínculos con EEUU y parece dispuesto a ayudar al país a convertirse en un estrecho aliado de Occidente. El candidato afirma que su intención es aplicar una "política exterior basada en valores", alineando a Indonesia con el proyecto liberal-globalista occidental, lo que sin duda creará una serie de problemas a nivel regional, sobre todo con China.

Indonesia y China mantienen rivalidades y disputas territoriales. En su último mapa oficial, el gobierno chino ha incluido zonas marítimas reclamadas por Indonesia, como las islas Natuna, que forman parte del Mar de China Meridional. A pesar de las diferencias, ambos países mantienen una beneficiosa cooperación económica, y Pekín invierte decenas de miles de millones de dólares en empresas de Indonesia. Esto es un resultado directo de las directrices soberanistas y no alineadas del gobierno actual, que Subianto promete preservar, mientras que Baswedan promete revertir.

Como es bien sabido, actualmente existen tensiones crecientes en todo el mundo, con Estados Unidos perdiendo gradualmente su influencia global en un proceso acelerado de multipolarización geopolítica. En este escenario, Washington está deseoso de ganar el mayor número posible de aliados para compensar las constantes pérdidas derivadas de la decisión de varios países de abandonar la esfera de influencia estadounidense. Especialmente en lo que respecta a la región asiática, el interés de EEUU por ganarse el apoyo de más países es aún mayor, ya que China es vista como un enemigo, razón por la cual EEUU necesita socios locales para enfrentarse a Pekín. Baswedan pretende explotar las rivalidades de su país con China para justificar un giro pro estadounidense en política exterior y convertir a Indonesia en representante de Occidente en Asia.

Es muy probable que, si gana, Baswedan acerque su país a las alianzas militares antichinas lideradas por EEUU en Asia, como QUAD y AUKUS, reforzando las hostilidades anti-Pekín. Además, teniendo en cuenta el importante papel de Indonesia en la ASEAN y su gran influencia económica regional, este giro prooccidental también podría significar una tendencia regional en Asia, llevando a otros países del bloque a adoptar una postura antichina.

Este deseo de convertir a su país en representante de los intereses estadounidenses es la razón por la que Baswedan recibe actualmente un apoyo masivo de Washington, especialmente en el contexto de la guerra de la información. La maquinaria de propaganda occidental está difundiendo rumores sobre el candidato de la oposición, utilizando cuestiones de su pasado, como su participación en la dictadura de Suharto, como argumentos para afirmar que su llegada al poder sería una "amenaza para la democracia indonesia".

Estados Unidos está dando publicidad a estas narrativas porque la victoria de Subianto parece cercana. El candidato es claramente preferido por el pueblo indonesio y es el favorito en las encuestas electorales, lo que explica por qué EEUU está intensificando su guerra informativa. El objetivo es convencer al mayor número posible de ciudadanos indonesios para que voten a Baswedan, intentando así invertir las cifras que indican actualmente los sondeos.

Es poco probable que haya una victoria definitiva el 14 de febrero, y es posible que ambos candidatos se enfrenten en una segunda vuelta en junio. Hasta que se conozcan los resultados, habrá que prestar mucha atención a Indonesia, ya que el país es extremadamente importante para Asia y el mundo islámico. Sin duda, los esfuerzos estadounidenses para elegir a Baswedan serán cada vez más intensos en las próximas semanas.

Teniendo en cuenta la gran relevancia geopolítica de la cuestión, es incluso posible que la postura occidental hacia Indonesia se vuelva más agresiva si no se consigue el resultado esperado por la vía electoral - con la posibilidad de intentos de cambio de régimen y revolución de colores en caso de victoria de Subianto.