¡Que no cunda el pánico!
Un hombre japonés pasó siete años de su vida dibujando un intrincado laberinto con la ayuda de una computadora. Después de acabarlo, el pergamino del laberinto fue doblado y guardado. Al parecer este hombre no mostró a nadie su obra. Recientemente, según revela el sitio Spoon and Tamago, su hija, que usa el seudónimo @Kya7y en Twitter, encontró el arduo laberinto revisando los papeles de su padre. Un hombre que, además de dibujar este laberinto, se dedica a limpiar una universidad pública en Japón. No hay duda que los vericuetos de la mente son un misterio.
Los ganadores en cuestión se levantaron de sus asientos y se dirigieron a recibir el premio.
Sin embargo, unos segundos después Ugarte tuvo que rectificar, obligando a los supuestos ganadores a dar marcha atrás y volver a sus asientos, debido a que se había equivocado al leer los nombres.
Un perro policía británico fue obligado a dar explicaciones por escrito como testigo ante los tribunales de su país.
"Peach" el perro policía, fue llamado a relatar por escrito los detalles de una detención en la que participó.
Hoy 20 años más tarde la perrita sigue siendo fuerte. Su longevidad se puede deber a sus largos paseos por el campo y la negativa de la perrita a comer comida para perros.
Sarah Darling, residente de Kansas City, Missouri, perdió su anillo cuando se le cayó accidentalmente en la taza de limosnas de Billy Ray Harris.
Cuando se dio cuenta que su joya se había extraviado, decidió buscar al indigente. Para sorpresa de Sarah, dos días después Harris llegó a su casa para entregarle el anillo, el cual, según la propietaria, tiene un valor de miles de dólares.
El comportamiento del perro cuando escucha música puede ser variable.
Científicamente los perros saben diferenciar tonos musicales, aunque para ellos la música compuesta por el ser humano cae en la categoría de "chillidos".
Sin embargo, y como era de esperarse, un perro expuesto a la música de Vivaldi lo calma y "apapacha", mientras la música de Metallica y los otros degenerados del rock lo inquietan y hacen aullar.
Pero vayamos por partes: al final de todo la música es simplemente una serie de tonos y escalas arregladas y dispuestas a esos tonos.
En 1980 el compositor Kirk Nurock estrenó su obra Howl (Aullido), una pieza musical para 20 voces y 3 perros. Nurock, además de ser pianista de Dizzy Guillespie, es un reconocido maestro terapeuta de la Universidad de Julliard.
Entre sus obras se encuentra la afamada Sonata for Piano and Dog (1983) y Expedition (1984), un arreglo para Jazz Trio y un Siberian Husky donde hace evidente que los perros escuchan y comprenden tonos musicales. Estudios anteriores lo habían demostrado con manadas de lobos (escuchar aquí: Songs and sounds of the wolves).
Jamás un perro aullará en el mismo tono que su compañero. Teniendo un sentido del tono el perro en turno se acomodará aullando tantito arriba o debajo de su contraparte, pero nunca al unísono.
Su comportamiento cuando escuchan música puede ser variable, y pueden dar su opinión al respecto. El compositor Richard Wagner tenía en su estudio una silla especial para su Cocker Spaniel, Peps, quien definitivamente dio su opinión en los motivos musicales de la ópera Tannhauser (1843) e hizo cambiar a su compositor de tono a un Mi Mayor, una modalidad definitivamente relacionada con el sentimiento de amor y salvación.
Según medios locales, el cielo de esa localidad en el estado de Kentucky está repleto de mirlos y estorninos. No atacan a las personas, pero el mayor temor es que las aves puedan llegar a transmitir algún tipo de enfermedad a los humanos.
"Los he visto llegar y hay tantos como para no dejarte ver el Sol. Estimo que hay millones de ellos", dijo el historiador de esa ciudad, William Turner.
El veterinario que lo atendió se apiadó del animal y en vez de sacrificarlo lo adoptó.
Para que Chris P. Bacon pueda moverse, le construyó un carrito con juguetes.