Enlace a la entrevista en catellano traducida para Rebelión
© wikipedia.orgFrédéric Lordon
Hace un tiempo encontramos una entrevista a Frédéric Lordon en La Revue des Livres, pareciéndonos sus argumentaciones muy interesantes para plantearse la actual situación depresiva, desde una economía política capaz de imaginar futuros posibles y anticiparse a los acontecimientos. Para nuestra alegría, esta entrevista fue traducida por Caty R. y Beatriz Morales Bastos para Rebelión Tomados algunos de sus párrafos, se condensa a nuestro entender buena parte de lo que la economía crítica tiene que decir en el contexto actual y, por tanto, nos proponemos hacer una breve exposición en esta reseña expansiva de dicha entrevista.
Asistimos, como nunca antes, a la imposición más mezquina del capital sobre las clases trabajadores y populares. Como ya señalábamos en el editorial de ECCE de finales de mayo del 2012: "Recortar para destruir los servicios públicos básicos, reformar para despedir trabajadoras sin límites y rescatar para socializar las pérdidas del mismo sector financiero que desencadenó la crisis". Esa es la estrategia del capital que avanza sin freno alguno.
La Troika, su representante institucional, oculta bajo su rostro a los que, en la sombra, organizan el mundo a su antojo. Oprimen y espolean pueblos y naciones bajo el yugo de la falsa competitividad, la inútil eficiencia y la ineficaz austeridad. Se encargan de, en palabras de Lordon "maltratar, bajo la enseña de la gran integración económica mundial, a los cuerpos sociales como lo ha hecho la globalización actual", concluyendo él mismo que ésta "es la manera más segura de enfurecer a la gente".
Las condiciones para el enfurecimiento están dadas y la sociedad comienza a despertar del largo letargo. De hecho, como dice Lordon: "habría material para reescribir una versión actualizada de La gran transformación de Karl Polanyi, recuperando la idea de que los cuerpos sociales atacados por el liberalismo siempre acaban reaccionando, y a veces de forma brutal, en proporción a lo que previamente han padecido y «acumulado». En este caso no se trata tanto de la descomposición individualista derivada de la mercantilización de la tierra, el trabajo y la moneda lo que podría suscitar esa reacción violenta, como del insulto repetido al principio de soberanía como elemento fundamental de la política moderna". De esto concluye que "no se puede dejar a los pueblos de forma permanente sin su soberanía, nacional u otra, porque la recuperarán por la fuerza y de una forma poco agradable a la vista."
Comentario: Como complemento a este artículo los invitamos a la lectura de:
La historia sionista