El mapa del territorio paraguayo, tremendamente desnaturalizado en sus 400 mil kilómetros cuadrados de fértil tierra roja, revela un cuarto de siglo de criminal avance de la deforestación, del narcotráfico, del contrabando de toda clase de mercaderías, y del asesinato de cientos de campesinos, indígenas, políticos y periodistas. © DesconocidoEl exdictador Alfredo Stroessner.
Antes de la invasión de esas plagas, el pueblo sufrió 35 años de otra, la de la
dictadura del General Alfredo Stroessner, en concubinato con
el Ejército y
el empresariado del Partido Colorado, tres fuerzas que incursionaron con toda impunidad por innúmeros abusos, crímenes, robos y la persecución ideológica que comandaba Estados Unidos en todo el subcontinente, bajo el sello del
Operativo Cóndor, autor de más de 100 mil asesinatos de suramericanos en 20 años de horror y de terrorismo de Estado. Otro tanto sólo en Guatemala e incontables en el resto de Centroamérica.
En febrero de 1989, Washington decidió que Stroessner, ya octogenario, había cumplido con su misión de mercenario, y lo arrojó del poder como a limón sin jugo, instalando en su sillón a su consuegro y también
General Andrés Rodríguez, conocido en el país como el "padrino" en el negocio del narcotráfico, secundado por altos jerarcas castrenses, entre los que destacaba el entonces Coronel Lino César Oviedo, de nefasta trayectoria.
El guion prosiguió con un montaje político suavemente tiránico, maquillado de formal democracia, con libertad de los partidos políticos de "oposición", autorización vigilada del sindicalismo naciente, y libertad de prensa, más bien de las empresas de comunicación, con unas pocas familias concentrando hasta hoy todos los órganos radiales, televisivos y escritos, y el surgimiento de cientos de organizaciones no gubernamentales (ONG), buena parte financiadas por Estados Unidos que, hábilmente, se valió del deseo, ingenuidad y cierto oportunismo de algún militante de izquierda, para cooptarlos con buenos salarios.
Comentario: Como lo dijo Paul Craig Roberts, el líder moral del mundo es Rusia y no Washington, como lo vemos claramente viendo las acciones pacíficas y de asistencia que adoptan ante un conflicto creado por Occidente. Las acciones de Rusia son novedosas porque estamos acostumbrados a una hegemonía de psicópatas que generan Caos y destrucción obstaculizando cualquier forma de humanidad y conciencia.
Vea: Carta ciudadana de disculpa a Putin por el comportamiento de los gobiernos y medios de comunicación occidentales