© InternetLas mentiras de la ciencia lamentablemente tienen patas largas
Los científicos que el 18 de marzo anunciaron haber detectado ondas gravitacionales, " los ecos del Big Bang ", la evidencia de que el universo pasó por un período de rápida inflación menos de un segundo después de la explosión inicial, se apuraron a festejar. Equipos independientes (uno de ellos, el del argentino Matías Zaldarriaga, que trabaja en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, en los Estados Unidos) descubrieron que habían subestimado el "ruido" que introduce en las mediciones el polvo interestelar. Aunque todavía resta confirmarlo con nuevas observaciones, los especialistas ya no creen en el hallazgo.
"Parece que la gente del Bicep 2 [así se llama el experimento] cometió un error", dice Zaldarriaga, que ya dio una conferencia para explicar los hallazgos en Caltech y otra en la Universidad de Stanford, donde trabajan varios de los integrantes del equipo de investigadores.
Éste es sólo un ejemplo de un fenómeno que incomoda a los científicos: las retractaciones (retirar publicaciones por errores, falsedad o manipulación de datos) están creciendo y se producen cada vez en plazos más breves. Trabajos que llegaron a las
tapas de los diarios en todo el mundo debieron ser corregidos o retirados por contener fallas graves, descubiertas por otros científicos.
Comentario: Cuando una persona está enferma, "volando" en fiebre, al borde del colapso de su energía vital, puede comenzar a alucinar, ver cosas que realmente no son o no existen. Al parecer con una sociedad pasa exactamente lo mismo: cuando enferma empieza a alucinar y ver, por ejemplo, "amenazas terroristas" donde sólo hay unos niños jugando... ¿Otra Señal de nuestros Tiempos? ... Seguro que sí.