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Gina Robins puso a la mascota en el aparato después de pelearse con su vecina. Un tribunal la considera culpable de matar al animal en un acto de venganza.

Días de disputas y peleas entre dos vecinas terminaron con la inofensiva mascota. Gina Robins ha sido declarada culpable de matar al gato de su vecina Sarah Knutton en un acto previsiblemente de venganza. Según el tribunal británico que la ha juzgado, la mujer introdujo al animal en el microondas para acabar con su vida y así castigar a su vecina.

Según lo declarado, la pareja había estado discutiendo las últimas semanas. Sin embargo, un día Sarah Knutton accedió a que su vecina Gina Robins utilizara su microondas para, en principio, calentar un tarro de alimentos para bebés.

Sin embargo, las intenciones de Robins fueron otras bien distintas. La mujer, de 31 años, metió en el aparato al gato de su vecina, al parecer, en un acto de venganza, según publica el diario Daily Mail.

Sarah ha declarado que "Robins estaba en la cocina y después de dos minutos entró en el salón con el cuenco de comida para el bebé. Estaba nerviosa, muy diferente a cuando se fue a la cocina".

Fue entonces cuando oyó un fuerte estallido tras lo cual escuchó un "chirrido horrible". "Fue como cuando estalla una bolsa de patatas fritas", ha asegurado.

Al día siguiente, Robins envió una nota a su vecina con un texto que decía: "Recuerda el dicho: quien lo hace lo paga".

Según se ha informado, al parecer, Robins quiso vengarse de su vecina después de que ésta avisara a la policía del mal comportamiento del novio de Gina.

Ahora un tribunal ha declarado culpable a la mujer que espera a conocer en los próximos días la sentencia concreta.