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Más de dos millones y medio de británicos inician hoy la peor huelga de los empleados públicos desde la caída de Margaret Thatcher, en rechazo al cambio en el sistema de pensiones que ofrece el gobierno de la coalición conservadora liberal demócrata.

Un día después de que el Chancellor de las Finanzas, George Osborne, anunció que los salarios de los empleados públicos sólo podrán incrementarse 1% en los próximos dos años y que la reducción de empleos en el sector se elevará de 400.000 a 710.000, treinta y tres gremios decidieron desafiar al gobierno . Mientras, la oposición laborista le advirtió a Osborne que el plan económico no funciona y que "está destruido" junto con la economía británica y sus posibilidad de recuperación, si insiste con la reducción del déficit sin crecimiento económico.

El Chancellor debió admitir que la deuda pública se está reduciendo pero "no con la rapidez que queríamos". El FMI lo alienta a cambiar inmediatamente de rumbo para estimular la economía y aliviar el altísimo desempleo. Al paso de Osborne, el déficit estructural sería eliminado en 2016, después de la próxima elección general británica preestablecida.

En este contexto, hoy Gran Bretaña será un caos . Los pasajeros que lleguen a los aeropuertos y puertos británicos deberán esperar hasta 12 horas para atravesar la frontera porque los empleados migratorios estarán en plena huelga. Lo mismo sucederá con los educadores, las escuelas, los bancos del Estado, los ministerios, las oficinas públicas, los hospitales, médicos, enfermeras, chóferes de ambulancias, fisioterapeutas, psicólogos, profesores, psiquiatras, servicios fúnebres. Esto va a afectar las atracciones turísticas británicas, las conexiones de transporte, los principales museos, bibliotecas, trenes...

EL servicio británico de salud, estima que 260.000 de sus trabajadores van a sumarse a la huelga y se van a cancelar 57.000 operaciones . Sólo el servicio de maternidad, el tratamiento de pacientes con cáncer y con diálisis va a funcionar normalmente. El 90% de los colegios permanecerá cerrado.

El gobierno teme el caos en aeropuertos y pidió a las aerolíneas que desvíen los vuelos a otro país hasta que la huelga finalice. Está dispuesto incluso a pagar 450 libras por un día de trabajo a voluntarios del servicio público para que reemplacen a los huelguistas.

El gobierno argumenta que la reforma del sistema de pensiones da a los empleados de medios y bajos ingresos "una pensión, no solo buena sino probablemente mejor que la que tenían". Los sindicatos insisten que el proyecto del gobierno es pagar y trabajar más por un peor "acuerdo" a la hora de su retiro. Para la fisioterapista británica Sarah Williams, el caso del gobierno es patético y ella irá a la huelga por primera vez. "La coalición quiere plata fácil y cortar el déficit robando la plata de los bolsillos de los empleados públicos", lamenta.