"Era grandioso, era irreal --- era muy, muy bueno".

"Hacía este tipo de música que nadie más estaba haciendo. Pensé que era algo locuaz, algo genial. Era como un poeta viviente".
Primera pregunta de la trivia del día de hoy: Ambas declaraciones fueron hechas, en ocasiones distintas, por un famoso músico de Laurel Canyon de los 60s. Ambas citas alaban a otro músico de Laurel Canyon. Otórguense cinco puntos por identificar correctamente a la persona que hizo los comentarios, y cinco por identificar a quien se refería. Las respuestas están al final de este artículo.
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En el primer capítulo de esta saga conocimos a algunas de las superestrellas del rock más exitosas e influyentes que emergieron de Laurel Canyon durante sus días de gloria. Pero estos eran más que sólo músicos y cantantes y compositores que se habían reunido en el cañón; estaban destinados a convertirse en portavoces y líderes de facto de una generación de jóvenes descontentos (como Carl Gottlieb destacó en la autobiografía de David Crosby, que co-escribieron juntos, "el encanto sin precedentes del nuevo rock'n'roll le dio a los cantantes una voz en los asuntos públicos"). Eso, por supuesto, hace aún más curioso que estos íconos fueran, de manera sobrecogedora, los hijos e hijas del complejo militar y de inteligencia y los herederos de familias que habían amasado vasto poder y fortuna durante mucho tiempo en este país.

Cuando recientemente le presenté a un amigo un resumen parcial de la información contenida en el primer capítulo de esta serie, dicho amigo optó por jugar el rol de abogado del diablo al sugerir que no había necesariamente algo nefasto en el hecho que tantos íconos de una generación previa surgieran de familias conectadas con la milicia/inteligencia. Tal vez, sugirió, su profesión nació como acto de rebeldía contra los valores de sus padres. Y eso, supongo, tal vez sea verdad en un par de casos. ¿Pero qué podemos concluir del hecho que un asombroso número de personas (junto a sus novias, esposas, managers, etc.) tuvieran un pasado similar? ¿Vamos a creer que los únicos chicos con talento musical de esa época eran hijos de Almirantes de la Marina, ingenieros en armas químicas y oficiales de inteligencia de la Fuerza Aérea? ¿O sólo fueron ellos los únicos firmados por sellos discográficos, con un lucrativo contrato bajo el brazo, que fueron implacablemente promocionados en los medios de comunicación?

Si estos artistas en realidad se rebelaban en contra, en vez de promover sutilmente, los valores de sus padres, entonces ¿por qué nunca hablaron abiertamente en su contra? ¿Por qué Jim Morrison nunca denunció, ni siquiera mencionó, el rol clave que tuvo su padre en el escalamiento de una de las más sangrientas guerras ilegales de Estados Unidos? ¿Y por qué Frank Zappa nunca escribió un tema explorando los horrores de la guerra química (aunque si escribió una pequeña y encantadora canción titulada "El Baile Ritual del Niño Asesino")? ¿Y cuál de las canciones de The Mamas and the Papas condenaba los valores y las acciones de los padres y suegros de John Phillips? ¿Y en qué entrevista, exactamente, fue que David Crosby y Stephen Stills deshonraron los valores familiares en los que se criaron?

En las semanas siguientes examinaremos con más detalle a estas personas así como a sus contemporáneos a medida que nos aventuramos a determinar cómo y porqué nació la juvenil "contracultura" de los 60's. De acuerdo a casi todos los recuentos que he leído, fue esencialmente una respuesta espontánea y orgánica a la guerra en el sudeste asiático y también a las condiciones sociales prevalecientes en ese momento. Los "teoristas conspiratorios", desde luego, opinan con frecuencia que comenzó como un movimiento legítimo y en algún punto fue usurpado y minado por operaciones de inteligencia como CoIntelPro (Programas de Contra-Inteligencia, N. del T.). Libros enteros se han escrito revisando cómo fueron sujetos de acoso algunos, presumiblemente virtuosos, músicos por parte del FBI (Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos, N. del T.) y/o liquidados por la CIA. (Agencia Central de Inteligencia, N. del T.)

Pero en esta ocasión tomaremos, como ya se habrán dado cuenta, un camino distinto. La pregunta que enfrentaremos tiene una naturaleza más profunda y problemática: ¿qué si los mismos músicos (y varios de los líderes y fundadores del "movimiento") eran parte de la comunidad de inteligencia tal como la gente que supuestamente los acosaba? ¿Qué si, en otras palabras, la cultura juvenil de los 1960s fue creada no como un levantamiento de las bases sociales contra el estatus quo, sino como un cínico ejercicio de descrédito y marginalización contra el incipiente movimiento anti-bélico, así como para crear una falsa oposición que pudiera ser fácilmente controlada y llevada por mal camino? ¿Y qué si el acoso recibido por estas personas fue un show escenificado para dar a los líderes de la contra-cultura la "credibilidad" necesaria? ¿Qué si, en realidad, todos jugaban para el mismo equipo?

Debería mencionar en este momento que, contrario a la opinión pública, el movimiento "hippie/niños de la flor" no era sinónimo de anti-belicismo. A medida que el tiempo pasó hubo un traslape entre ambos "movimientos". Y los grandes medios de comunicación, como es su costumbre, hicieron lo que pudieron por retratar a la generación del poder de la flor como portadores de la antorcha anti-bélica - porque después de todo, una chusma de sucias y drogadas cabelleras largas portando flores y símbolos de paz era mucho más fácil de marginalizar que, digamos, un montón de respetables profesores universitarios y sus preocupados estudiantes. La realidad, sin embargo, es que el movimiento anti-bélico ya se encontraba en marcha mucho antes que el primer aspirante "hippie" llegara a Laurel Canyon. El primer foro estudiantil sobre la Guerra de Vietnam se llevó a cabo en la Universidad de Michigan en marzo de 1965. La primera marcha sobre Washington sucedió unas pocas semanas después. Basta decir que no había "hippies" entre la multitud en ninguno de estos eventos. El "problema" pronto sería arreglado. Y la multitud anti-bélica - aquellos pidiendo seriamente el fin del derramamiento de sangre en Vietnam - no lo tomaría de buena manera.

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© AmazonEl libro de Barry Miles "Hippie"
Como escribiría Barry Miles en su libro Hippie, había algunos hippies involucrados en las protestas anti-bélicas, "particularmente después de los disturbios de Chicago en 1968 donde muchas personas salieron lesionadas, pero generalmente los activistas anti-bélicos veían a los hippies con desdén". Peter Coyote narrando el documental "Hippie" para el History Channel añade que "algunos izquierdistas inclusive teorizaron que los hippies eran el resultado de un complot de la CIA para neutralizar al movimiento anti-bélico con LSD haciendo que aquellos con interés en protestar mejor se rascaran la barriga". Un exasperado Abbie Hoffman alguna vez describió la escena de este modo: "Estaban todos estos activistas, usted sabe, radicales de Berkeley, las Panteras Blancas... todos tratando de detener la guerra y cambiar las cosas para bien. Y luego fuimos inundados con todos estos "niños de la flor" quienes estaban metidos en drogas y sexo. ¿De dónde demonios habían salido los hippies?".

Resultó que salieron, al menos inicialmente, de un privado y aislado vecindario de Los Ángeles llamado Laurel Canyon (en contraste con los otros cañones alrededor de las Colinas de Hollywood, Laurel Canyon tiene su propio mercado, el semi-famoso Laurel Canyon Country Store; su propia tienda de productos gourmet y tintorería; su propia escuela primaria, la Wonderland School; sus propias boutiques y salones de belleza; y recientemente su propio centro de reprogramación rehabilitación para celebridades llamada, como tal vez adivinen, el Centro Wonderland. Durante su apogeo, el cañón inclusive tuvo su propia compañía de management, Lookout Management, con el fin de administrar talento. Y en un punto, tuvo inclusive su propio diario).

Otra cosa que debo decir antes de ir demasiado lejos con esta serie de artículos, es que esta no ha sido una investigación fácil primeramente porque he sido, desde que recuerdo, un gran admirador de la música y cultura de los 60s. A pesar que nací en 1960 y por tanto no llegué a la pubertad sino hasta los 1970s, siempre he sentido que fui robado de la oportunidad de experimentar de primera mano la era que tan evidentemente debí haber vivido. Durante los años de preparatoria y universidad y mientras mis contemporáneos gustaban de impersonal rock corporativo (Journey, Foreigner, Kansas, Boston, etc...), inclusive algunos gustaban de los gemelos del horror: el New Wave y el Disco, yo estaba fervientemente pinchando a Hendrix, Joplin y The Doors (discos que aún poseo, o mejor dicho, que mi hija mayor aún posee, en versiones de vinilo originales) y mientras que mi teclado coloreado (¿recuerdan esos?) competía con mi luz negra y mi luz estroboscópica, dejé crecer mi cabellera más allá de la edad en que debí haberla cortado. Inclusive tal vez haya puesto collares a lo largo de la puerta de mi dormitorio, pero es posible que esté confundiendo mi vida con la de Greg Brady, quien como recordamos, alguna vez convirtió al despacho de su padre en un genial departamento de soltero.

De cualquier manera... como tal vez haya mencionado en más de una ocasión, uno de los aspectos más difíciles de esta aventura en la que he estado en la última década, ha sido ver caer a muchos de mis ex-ídolos y mentores a medida que se vuelve evidente para mí que la gente que alguna vez creí buenos tipos eran, en realidad, algo completamente diferente de lo que aparentaban. Los primeros en caer, naturalmente, fueron las figuras bien establecidas - los políticos que alguna vez, ingenuamente, admiré y quien imaginé estaban peleando justamente, dentro de los confines del sistema, para crear un cambio verdadero. Aunque ahora me duele admitir, hubo un momento en que admiré a (¡Oh dios!) George McGovern y a Jimmy Carter, así como a (Oops, discúlpeme por un momento, al parecer acabo de vomitar un poco en mi boca) Tom Hayden y a Jerry Brown. Inclusive tuve grandes expectativas, hace oh-muchos-años, por (¿en realidad estoy admitiendo esto por escrito?) el aspirante a Primer Esposo, Bill Clinton.

Ya que mencioné a Jerry "Gobernador Rayo de Luna" Brown, debo recapitular sólo un poco - y ya saben que odio cuando eso sucede. Pero azarosamente, Jerry Brown curiosamente fue un antiguo residente de Laurel Canyon. Como los lectores de Programado para Matar recuerdan, Brown vivió en la Avenida Wonderland no muy lejos del número 8763 de la misma avenida, lugar de los infames asesinatos conocidos como "Four on the Floor" (Cuatro en el Suelo), catalogados por los detectives de homicidios de Los Ángeles como uno de los más sangrientos y brutales multi-homicidios en la muy sangrienta historia de la ciudad (si tienen oportunidad, vean "Wonderland" con Val Kilmer la siguiente ocasión en que aparezca en la programación de su T.V.; es un recuento, bajo estándares hollywoodenses, razonablemente acertado del crimen y un filme decente también).

Resulta que, verá usted, el multi-homicidio más sangriento en la historia de Los Ángeles sucedió en uno de sus vecindarios más serenos, pastorales y exclusivos. Y extrañamente, el caso nombrado normalmente como el segundo lugar por el título de escena de crimen más sangrienta - los asesinatos de Stephen Parent, Sharon Tate, Jay Sebring, Voytek Frykowski y Abigail Folger en el número 10050 de la calle Cielo Drive en Benedict Canyon, justo a un par de millas al oeste de Laurel Canyon - tiene también profundos lazos con la escena de Laurel Canyon.

Como ya se mencionó, las víctimas Folger y Frykowski vivieron en Laurel Canyon, en el número 2774 de la calle Woodstock Road en un hogar rentado cruzando la calle del lugar de reuniones preferido por la realeza de Laurel Canyon. Muchos de los frecuentes visitantes de la casa de Cass Elliot, incluyendo un número de escurridizos traficantes de droga, también eran asiduos al hogar de Folger y Frykowski (el hijo de Frykowski, por cierto, fue acuchillado mortalmente el 6 de junio de 1999, treinta años después que su padre tuviera el mismo destino). El aclamado salón de belleza de Jay Sebring se situaba en la boca de Laurel Canyon, justo bajando la calle Sunset Strip, y es al mismo Sebring a quien se acredita por esculpir la famosa melena de Jim Morrison. Uno de los inversionistas del negocio Sebring International fue una luminaria que ya he mencionado antes, el Sr. John Phillips.

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© DesconocidoSharon Tate
Sharon Tate también era bien conocida en Laurel Canyon, donde frecuentaba los hogares de amigos como John Phillips, Cass Elliot y Abby Folger. Y cuando no se encontraba en Laurel Canyon, mucho de los asiduos del cañón, tanto famosos como infames, se hacían sentir como en casa en su hogar de Cielo Drive. El cañonita Van Dyke Parks, por ejemplo, llegó de visita el mismo día de los asesinatos. Y Denny Doherty, el otro "Papa" de The Mamas and the Papas, ha declarado que tanto él como John Phillips estaban invitados a la casa de Cielo Drive la noche de los asesinatos, pero por suerte, nunca llegaron. (De manera similar, Chuck Negron de Three Dog Night, visitante regular de la casa de la muerte de Wonderland, había programado una compra de droga la noche de los asesinatos, pero cayó dormido y nunca llegó.)

Junto a las víctimas, los supuestos asesinos también vivían en o eran parte de la escena de Laurel Canyon. Bobby "Cupido" Beausoleil, por ejemplo, vivió en un departamento de Laurel Canyon durante los primeros meses de 1969. Charles "Tex" Watson, quien supuestamente dirigió al escuadrón de la muerte responsable de la carnicería, vivió por un tiempo en una casa de - ¿adivinen donde? - la Avenida Wonderland. Durante ese tiempo, curiosamente, Watson era co-propietario y trabajaba en una tienda de pelucas en Beverly Hills llamada Crown Wig Creations, Ltd., localizada cerca de la boca de Benedict Canyon. Mientras tanto, Jay Sebring era famoso por su pericia para fabricar pelucas masculinas, las cuales hacía en su tienda cerca de la boca de Laurel Canyon. En un típico día de finales de los 1960s, encontraríamos a Watson fabricando pelucas para su adinerada clientela hollywoodense cerca de Benedict Canyon, para luego regresar a su hogar en Laurel Canyon, mientras Sebring fabricaba pelucas para su adinerada clientela hollywoodense cerca de Laurel Canyon, para luego regresar a su hogar en Benedict Canyon. Y luego en un alocado día, como todos sabemos, uno de ellos se convertiría en asesino y el otro en víctima. Pero no hay nada más que agregar, así que sigamos adelante.

Oh, esperen un minuto...no podemos seguir aún, olvidé mencionar que el hogar de Sebring en Benedict Canyon, ubicado en el número 9820 de Easton Drive era una infame casa de muerte que alguna vez perteneció a Jean Harlow y a Paul Bern. La pareja dispareja se casó el 2 de julio de 1932, cuando Harlow, ya siendo toda una estrella del celuloide, tenía tan sólo veinte años. Dos meses después, el 5 de septiembre, Bern recibiría una bala en la cabeza en el dormitorio de su esposa. Fue encontrado tendido desnudo en un charco de su propia sangre y su cadáver empapado con el perfume de su esposa. Al descubrirse el cuerpo, su mayordomo contactó de inmediato al jefe de seguridad de MGM, Whitey Hendry, quien a su vez contactó a Louis B. Mayer y a Irving Thalberg. Los tres hombres fueron a la casa para, ya saben, limpiar un poco. Un par de horas después, decidieron contactar a la Policía de Los Ángeles. Esta escena se repetiría años después cuando los amigos de Sebring se apresurarían a limpiar el lugar antes que los investigadores de los homicidios Tate llegaran.

La muerte de Bern fue, sin que haga falta decirlo, catalogada como suicidio. Su nueva esposa, extrañamente, nunca fue citada como testigo de la investigación. La otra esposa de Bern - queriendo decir, su esposa bajo la ley, Dorothy Millette - según se reportó, abordó un bote a Sacramento el 6 de septiembre de 1932, el día siguiente de la muerte de Paul. Después fue encontrada flotando boca arriba en el rio Sacramento. Su muerte, como se imaginarán, también fue catalogada como suicidio. Y menos de cinco años después, la misma Harlow caería muerta a sus tiernos 26 años. En ese momento, las autoridades optaron por no divulgar la causa de su muerte, aunque después se anunció que murió a causa de sus atrofiados riñones. Durante su breve estadía en este planeta, Harlow pasó por tres tormentosos matrimonios y aún así encontró tiempo para ser la Madrina de la hija de Bugsy Siegel, Millicent.

Aunque Bern fue el cuerpo más famoso en salir de la casa de Easton Drive en una bolsa mortuoria, ciertamente no fue el único. Se reportó que otro hombre se suicidó ahí también de manera desconocida. Y aún otra desafortunada alma se ahogó en la piscina de la casa. También una sirvienta fue encontrada colgada de una cuerda. Su muerte, no hace falta que lo diga, fue catalogada como suicidio también. Es demasiada sangre para un sólo lugar, pero esa mórbida historia, gran desaliento para residentes prospectos, es lo precisamente atrajo a Jay Sebring a la propiedad, según se reportó. Su asesinato ennegrecería la oscura nube que posa sobre la casa.

Como apuntó el cronista de Laurel Canyon, Michael Walker, dos de los multi-homicidios más notorios de Los Ángeles, el primero en agosto de 1969 y el otro en julio de 1981 (ambos teniendo cinco víctimas, a pesar que en aquel de Wonderland hubo milagrosamente un sobreviviente), trajeron el fin de los días de gloria de Laurel Canyon. Walter considera, como otros cronistas de su tiempo, que estos brutales crímenes fueron aberraciones desafortunadas. La realidad es que los nueve cuerpos encontrados en Cielo Drive y la Avenida Wonderland constituyen sólo la punta de un enorme y sangriento iceberg. Para ilustrar parcialmente este punto, aquí está la segunda pregunta de la trivia de hoy: ¿qué tienen en común Diane Linkletter (hija del afamado animador Art Linkletter), el legendario comediante Lenny Bruce, el ídolo de la pantalla grande Sal Mineo, la luminaria Inger Stevens y la estrella del cine mudo Ramon Novarro?

Si respondieron que todos fueron encontrados muertos en sus hogares, ya sea dentro o en la boca de Laurel Canyon, en la década entre 1966 y 1976, otórguense cinco puntos. Si agregaron que los cinco fueron, con toda probabilidad, asesinados en sus hogares de Laurel Canyon, agreguen otros cinco puntos de premio.

Sólo dos de ellos, por supuesto, fueron catalogados como víctimas de asesinato (Mineo, quien fue acuchillado de muerte afuera de su hogar marcado con el número 8563 de la calle Holloway Drive el 12 de febrero de 1976, y Novarro, quien murió cerca de la Country Store de manera ritualista la víspera de Halloween de 1968). La muerte de Inger Stevens en su hogar del número 8000 de la calle Woodrow Wilson Drive el 30 de abril de 1970 (La noche Walpurgis en el calendario ocultista), fue oficialmente un suicidio, el por qué optó por lanzarse contra un vidrio decorativo permanece como un misterio. Tal vez lo único que quería era dejar una horripilante escena de crimen y las simples sobredosis pueden ser, usted sabe, poco sangrientas y aburridas.

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© DesconocidoDiane Linkletter
Diane Linkletter como sabemos, salió volando de la ventana de su departamento en Shoreham Towers porque en su aturrullamiento con LSD pensó que podía volar, o algo por el estilo. Sabemos esto porque el mismo Art nos los dijo, y porque esta historia fue contada durante los 1970s como cuento acerca de los peligros de las drogas. Lo que no nos dicen, sin embargo, es que Diane (nacida, curiosamente, el día de Halloween de 1948) no estaba sola cuando se precipitó seis pisos hacia su muerte la mañana del 4 de octubre de 1969. Au contraire, ella estaba acompañada por un caballero de nombre Edward Durston, quien, en un giro inesperado, acompañaría 15 años después a la actriz Carol Wayne a México. Carol, lamentablemente, tal vez hundida por el peso de sus enormes senos se las ingenió para ahogarse en apenas 30 centímetros de agua, mientras el Sr. Durston rápidamente desapareció. Como era de esperarse, nunca fue cuestionado por la curiosa muerte de Wayne. Después de todo, es bastante común que el mismo individuo sea testigo de dos muertes "accidentales" distintas.

Art también evitó mencionar, por cierto, que sólo semanas después de la curiosa muerte de Diane, otro miembro del clan Linkletter, su yerno John Zwyer, recibió una bala en la cabeza en el patio de su hogar en Hollywood Hills. Pero eso, por supuesto, fue un uhmm, suicidio sin relación así que de ninguna manera piensen lo contrario.

No voy ni siquiera a discutir las circunstancias de la muerte de Lenny Bruce de envenenamiento por morfina el 3 de agosto de 1966 porque para ser perfectamente honesto, no conozco a muchas personas que no asuman de antemano que Lenny fue liquidado. Sólo apuntaré a decir que en su funeral se congregaron muchos íconos de Laurel Canyon, y que el control de su material inédito cayó en manos de un tipo llamado Frank Zappa. Y otro desagradable individuo llamado Phil Spector, cuyo excelente equipo de músicos de estudio, llamados The Wrecking Crew, eran los verdaderos músicos tocando en muchas grabaciones de bandas como The Monkees, The Byrds, The Beach Boys y The Mamas and the Papas.

Continuará...
Para responder la pregunta de la trivia, la persona halagada es, por supuesto, nuestro viejo amigo Charles "Chuck" Manson. Y el tipo alabándolo es el Sr. Neil Young.