Se investiga sobre un supuesto genocidio causado por el Gobierno chino en la región

Un médico estadounidense declaró hoy ante el tribunal español que investiga el supuesto genocidio perpetrado por el Gobierno chino en el Tíbet en las décadas de 1980 y 1990, que presenció abortos y esterilizaciones forzadas durante varias estancias en esa región autónoma.

William Blake Kerr compareció hoy ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno para relatar las "aberraciones" de las que fue testigo directo por primera vez cuando hacía turismo en el Tíbet en 1987 y en otras tres ocasiones -en 1991, 1993 y 1999- en las volvió a la región.

El médico dijo que en 1987 presenció 12 muertes y agresiones en tiroteos de las fuerzas de seguridad chinas contra "manifestantes pacíficos y viandantes" en Lhasa (capital del Tíbet).

"A un niño de 16 años le dieron un balazo en la cara", añadió Blake Kerr, que indicó que también conoció a mujeres a las que habían practicado abortos y esterilizaciones "a la fuerza".

Durante los siguientes tres años, apuntó el testigo, viajó a varios campos de refugiados en Nepal, donde tuvo "evidencias directas" de las mujeres y niños que habían sido torturados en el Tíbet.

Por ello, el médico regresó a esa región en 1991, 1993 y 1993 para obtener pruebas y conseguir material que demuestre las torturas y las prácticas llevadas a cabo por el Gobierno chino para controlar la natalidad en el Tíbet

"Volví con una cámara oculta y grabé en hospitales y cárceles la situación de las mujeres", dijo Blake Kerr, cuyas pruebas van a ser aportadas al juez una vez que los abogados del Comité de Apoyo al Tíbet (CAT), que ejerce la acusación particular, elaboren un listado con todos los testimonios y documentos recopilados por el testigo.

La querella que dio origen a esta causa, y que iba dirigida contra siete dirigentes chinos, entre ellos el ex presidente, Jiang Zemin, fue admitida a trámite en enero de 2006.

El 6 de octubre de 2008, el juez Ismael Moreno incoó sumario por un presunto delito de genocidio.