peces
© Mila Zinkova
Cuando un pez sufre algún daño, los otros peces huyen, alertados por una misteriosa sustancia conocida como "Schreckstoff" ('cosas que asustan', en alemán). Ahora, un equipo de investigadores, según ha publicado en 'Current Biology', ha descubierto que el componente químico de esta sustancia es un tipo especial de azúcar que se encuentra en abundancia en la piel de pescado.

Cuando un pez está herido, fragmentos de azúcar -conocido como sulfato de condroitina- alertan a los otros peces de un peligro cercano. "Los resultados ofrecen la solución a un rompecabezas de 70 años de historia: la verdadera naturaleza de esta señal de alarma", ha explicado el profesor de la Universidad de Singapur Suresh Jesuthasan.

El sulfato de condroitina es un componente importante de la piel de pescado, y su fragmentación --probablemente, provocada por enzimas liberadas después de una lesión-- parece ser la clave. El nuevo estudio muestra que el 'Schreckstoff', y estos fragmentos de azúcar, se registran en una parte particular del cerebro del pez, situada en el bulbo olfativo, que contiene una clase enigmática de neuronas sensoriales, conocidas como células cripta.
Los investigadores sugieren que estas neuronas pueden especializarse en detectar la señal de alarma del azúcar, "esta región del bulbo olfativo posee proyecciones únicas a los centros superiores del cerebro", ha explicado Jesuthasan.

Los hallazgos han identificado una nueva clase de sustancias odoríferas de los peces y también ayudan a explicar cómo ha evolucionado la señal de peligro, a pesar de que no ofrece ningún beneficio particular a su remitente. Los fragmentos de azúcar se liberan naturalmente después una lesión, tanto como su otros peces cercanos pueden olerlos, como si no.

Sin embargo, aun permanecen ciertos enigmas. Por ejemplo, algunas especies de peces detectan las señales de alarma liberadas por especies estrechamente relacionadas, pero responden con menos intensidad a las señales de parientes más lejanos.