Los "ladrillos" a partir de los que se formó la Tierra podrían ser muy distintos de lo que los científicos habían creído hasta ahora. En efecto, un nuevo estudio sugiere que nuestro planeta surgió a partir de un gran número de colisiones de meteoritos, de varias clases y tamaños. El estudio, llevado a cabo por investigadores franceses, se publica hoy en la revista Science.
La teoría clásica de la formación de la Tierra nos dice que, hace unos 4.500 millones de años, el material sobrante del nacimiento del Sol formó alrededor de la estrella recién nacida un disco de polvo cuyos granos, muy lentamente y debido a su propia gravedad, se fueron agrupando y formando primero pequeñas piedras, después rocas más grandes y por último un embrión planetario, que fue atrayendo más y más material hasta dar forma a la Tierra que conocemos.
También se pensaba que la mayor parte de los cuerpos que se fueron fusionando al "embrión terrestre" se habían formado en un estrecho "corredor" espacial y eran todos muy similares y pertenecientes a una sub familia de meteoritos llamados condritas de enstatita.
La idea se basaba en el hallazgo de un gran número de sorprendentes similitudes entre los diferentes isótopos de elementos como el oxígeno, el níquel y el cromo, entre la Tierra y ese tipo concreto de meteoritos. Los isótopos son átomos de un mismo elemento que tienen, sin embargo, distinto número de neutrones en su núcleo.
Pero una nueva comparación entre isótopos de silicio terrestre y procedente de meteoritos parece sugerir que nuestro planeta está "amasado" a partir de una mezcla muy heterogénea de meteoritos de varias clases. Los geoquímicos Caroline Fitoussi y Bernard Bourdon, de la Ecole Normale Supérieure de Lyon, en Francia, han analizado isótopos de silicio procedentes de distintas rocas del manto terrestre. Y los han comparado después con los mismos isótopos procedentes de rocas lunares (de las muestras traídas a la Tierra en las misiones Apolo) y de meteoritos.
Utilizando modelos informáticos de la formación de la Tierra, los investigadores se dieron cuenta de que para producir la mezcla exacta de isótopos de oxígeno, níquel y cromo hallada en las muestras terrestres era necesario unir por lo menos tres clases diferentes de meteoritos, y no solo una. En otras palabras, no fueron solo las condritas de enstatita las que formaron nuestro planeta.
Formación de la Luna
"Es la primera vez -explica Fitoussi- que se observa una diferencia en la composición isotópica de un elemento entre las condritas de enstatita y la Tierra. Es algo muy diferente a todo lo que se había visto antes".
El hecho, además, de que los isótopos de silicio medidos en rocas terrestres y lunares fueran casi idénticos entre sí sugiere que el material que creó la Luna debió por fuerza formar parte del manto terrestre antes de que surgiera nuestro satélite. De otro modo, los isótopos de ambos cuerpos habrían sido muy diferentes.
La idea respalda y da nueva consistencia a la teoría de que la Luna se formó como consecuencia del impacto de un asteroide gigantesco (probablemente de tamaño similar a Marte) contra nuestro joven mundo.
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