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La dieta paleolítica consiste en hacer ejercicio esforzándonos breve e intensamente, comiendo pescado, crustáceos, verduras, frutas, carne y tuétano, bebiendo agua cuando tengamos sed, ya que estamos mal acostumbrados a bebidas tónicas que nos matan la sed, y por último, evitar comer varias veces al día (máximo 3), ya que de esta forma nuestro intestino no reposa.

El hombre paleolítico era carnívoro, las grasas de la carne les aportaban mucha energía pero en consecuencia el intestino se acortó y el cerebro se acrecentó. Y no, no creáis que las grasas os engordan, las grasas de buena calidad... ¡adelgazan! y estas se encuentran en el aceite de oliva virgen extra crudo, aguacate, frutos secos, grasas del pescado y la carne de caza. Pero sobre todo de aquellos animales que hayan podido corretear por el campo, ya que, en cuanto los animales hacen "ejercicio" su grasa pasa de ser insana, a infiltrarse en el músculo y esa, ¡es saludable! Por lo que podemos aportar que los animales que se encuentran estabulados contienen mucha grasa insana, estos han sido alimentados con antidiuréticos para retener agua y ganar peso.

No olvidar que las grasas trans (bollería) y los azúcares refinados son siempre una mala dieta.