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Así lo confirmó el ministro del Interior búlgaro, Tsvetan Tsvetanov, en un primer balance de lo ocurrido. Los daños materiales, por ahora, serían relativamente importantes, según algunos testimonios en el lugar, que contaron que muchos techos se cayeron, paredes derrumbadas y gran cantidad de ventanas rotas.
El terremoto duró segundos y fue seguido por cerca de una hora y por varias réplicas menores. En Sofía mucha gente salió de sus casas para transcurrir la noche en las calles.
El sismo se sintió con mayor fuerza en la localidad de Pernik, pero también en las ciudades de Kazanlak, Stara Zagora, Blagoevgrad y Dupnitsa.
Según el centro sismológico búlgaro el terremoto alcanzó una magnitud de 5,8 grados con epicentro a 28 kilómetros al sur de la capital Sofía, mientras que para el centro sismológico europeo mediterráneo el epicentro fue a 10 kilómetros de profundidad.
El movimiento se registró a poco más de un día de que otro terremoto sacudiera a Europa, en la zona italiana de Bolonia, Módena, Ferrara, Mantova y Rovigo.
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