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Aviones teledirigidos estadounidenses mataron hoy a 10 presuntos talibanes en la provincia pakistaní de Waziristán del Sur, en dos acciones por separado que constituyeron el séptimo y octavo ataques de ese tipo en menos de dos semanas.


La división especial de la Cia a cargo del programa drones concedió a la nación surasiática un respiro de un mes y medio a partir del 26 de noviembre, cuando aviones de la Otan masacraron a 24 de sus soldados en la frontera con Afganistán en un incidente que aún mantiene tensas las relaciones bilaterales.

Pero el 11 de enero los aviones-robot volvieron a la carga y ya con el de la fecha suman 20 los ataques en el año, en una escalada cuyo saldo más visible es la muerte de 135 personas, según Washington, insurgentes.

Los dos ataques de este domingo tuvieron como blancos una casa en la localidad de Wacha Dana y un vehículo que se desplazaba por los alrededores de la ciudad de Wana, cerca de los límites con Afganistán, reportó la televisora privada Dawn News.

De acuerdo con testigos, otros cuatro aparatos se mantuvieron patrullando el territorio durante un buen rato, con la consecuente preocupación de los vecinos de esa semidesértica región tribal.

Apenas 24 horas antes, los misiles de un dron habían reducido a escombros otra casa en las cercanías de Wana y dieron muerte a cuatro supuestos talibanes, incluidos dos importantes comandantes.

Llamativamente, la última oleada de ataques siguió a la Cumbre de la Otan en Chicago (20 y 21 de mayo), donde contra lo esperado por Estados Unidos y la alianza atlántica, Pakistán no anunció que reabriría las rutas de suministro a las tropas ocupantes de Afganistán, bloqueadas desde el fatídico 26 de noviembre.

Altos funcionarios estadounidenses han señalado que Washington nunca se ha comprometido a suspender las operaciones de los aviones teledirigidos sobre la nación surasiática y, por el contrario, siempre planteó que se reservaba el derecho de atacar si el objetivo lo ameritaba.

Aunque los supuestos objetivos de los drones son los talibanes activos en la frontera afgano-pakistaní, con harta frecuencia gente inocente es víctima "errónea" de sus misiles, lo que genera en la población un natural sentimiento antiestadounidense.

Según analistas internacionales, tales incidentes socavan las posibilidades de reconciliación entre ambos países, amén de que Estados Unidos se mantiene renuente a presentar una disculpa pública por la muerte de los soldados pakistaníes en la frontera con Afganistán.