Excrementos humanos fosilizados cuestionan las teorías que explican por qué los nativos norteamericanos tienen problemas de páncreas.
Excrementos humanos fosilizados
© Jim BarlowLas heces disecadas —coprolitos— son piezas clave para conocer las dietas del pasado. En la imagen, de archivo, un investigador sostiene un coprolito humano de otro estudio.
Hay poblaciones de indios americanos en las que más de un 50 por ciento de sus habitantes padecen diabetes tipo 2. Son, con diferencia, el grupo étnico con una mayor incidencia de la enfermedad. Parece probable que la culpa la tengan unos «genes ahorradores» responsables de que su cuerpo acumule mucha grasa. Durante décadas se ha especulado con que esta cualidad genética podía ayudar a afrontar largos periodos de hambruna. En cualquier caso, dichos genes, en tiempos de abundancia como los actuales, contribuyen al desarrollo de la enfermedad pancreática.

Pero unos excrementos humanos fosilizados - «coprolitos» - encontrados en Cueva Antílope, una profunda caverna en el norte de Arizona (EE.UU.), apuntan en otra dirección. Un análisis de estas heces ha revelado que los antepasados de los actuales indios americanos tenían una dieta basada en alimentos con un alto contenido en fibra y un índice glucémico bajo. Ambas características pudieron ser factores evolutivos necesarios para que convertirlos en un grupo étnico propenso a padecer diabetes. Una dieta poco nutritiva requiere metabolismos dispuestos a aprovechar hasta la última gota.


Comentario: Señalamos que es el alto índice glucémico en los alimentos lo que produce la diabetes, encontrados principalmente en los cereales: Manual de consulta: El índice glucémico


«Para entender las causas de esta alta incidencia de diabetes hay que analizar - tan bien como se pueda - la alimentación de estas poblaciones», explica Karl Reinhard, arqueólogo de la Universidad de Nebraska y coautor del estudio, «y sólo puede hacerse estudiando los coprolitos, para ver qué comían exactamente».

«Creeemos que no hace falta apuntar a las hambrunas como la causa de los genes ahorradores», afirma. La dieta de los nativos norteamericanos que defecaron en Cueva Antílope estaba basada en el maíz, pipas de girasol y amaranto, junto a carne de pequeños mamíferos. En la mayoría de ocasiones estos alimentos se habían molido y cocinado en guisos, aseguran los investigadores. «Estas plantas tienen un altísimo contenido en fibra», asegura Reinhard. Además, su índice glucémico (IG) - la rapidez con que un alimento aumenta la cantidad de azucar en sangre - era muy bajo.

Según los investigadores, el uso habitual de estos alimentos pudo ser una presión evolutiva suficiente para hacer a los indios americanos especialmente sensibles a las dietas modernas, llenas de alimentos con alto contenido en grasa y azúcares. Sin necesidad de apelar a unas hipotéticas hambrunas para explicarlo.