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La peor pesadilla de un aracnofóbico se hizo realidad para un joven estadounidense en Omaha, Nebraska. El pequeño departamento que habita en la ciudad fue invadido por un ejército de arañas venenosas y él, finalmente, tuvo que resignarse a vivir con ellas.
Dylan Baumann dijo que todo comenzó hace unos meses atrás cuando al llegar vio a unas 40 arañas reclusas pardas caminando por las paredes, pisos y muebles de su departamento.
Los arácnidos entraron trepando los muros hasta las ventanas, y pese a que intentó eliminarlas con trampas y químicos, luego volvieron a aparecer.
El peligro está en que la sola mordedura de una de esas arañas podría enviar al hospital a una persona. La mordedura no es mortal, pero sí muy dolorosa.
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Baumann dijo que sólo podrá cambiarse de departamento en septiembre y que por ahora optó por dejarlas vivir en paz.
Pero eso no quiere decir que no sienta miedo. De hecho, dice vivir "aterrorizado" de sufrir una mordedura y por eso toma precauciones: alejó su cama de la pared, sacude su ropa antes de ponérsela, revisa sus zapatos y mira bien su toalla antes de secarse con ella.
Las autoridades locales dicen estar al tanto del problema. Las arañas reclusas son comunes en Omaha, pero no en el número en que se han visto en el último tiempo. El último invierno menos frío de lo habitual y las altas temperaturas del actual verano serían los factores que detonaron una alta reproducción de los arácnidos.
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