Hallan restos que respaldan la idea de que hace dos millones de años varias especies de homínidos convivían en el este de Africa.© EFE62.000, la pieza que faltaba.
A lo largo de los últimos 40 años, los científicos sospecharon que sus modelos del árbol evolutivo de la familia humana -un tronco único que va del Homo habilis al Homo erectus y al Homo sapiens - eran extremadamente simplistas. Ahora, el día para hacer una revisión seria de estas hipótesis parece haber llegado.
El descubrimiento de tres nuevos fósiles, anunciado ayer, es la más sólida evidencia con que se cuente de que hubo múltiples líneas de evolución en nuestro propio género, Homo . Los restos muestran que hubo al menos dos contemporáneos de la especie Homo, además del Homo erectus, que vivieron en el este de Africa hace alrededor de dos millones de años.
Hallados en rocas de Koobi Fora, cerca del lago Turkana, en Kenya, los especímenes incluían un cráneo bien preservado de un individuo joven con una estructura relativamente grande y la cara larga y aplanada. Se lo designó KNM-ER 62.000. Presenta un notable parecido con el enigmático cráneo conocido como 1470, centro del debate sobre los linajes múltiples desde su descubrimiento en esta misma área en 1972.
Si el cráneo 62.000 muestra que 1470 no fue un individuo único, los otros dos especímenes parecen ofrecer una pieza vital de evidencia que estaba faltando. La muestra 1470 no tenía mandíbula ni maxilar inferior. Los nuevos hallazgos incluyen un maxilar inferior casi completo -considerada la mandíbula más completa de un Homo temprano que se haya encontrado- y parte de otra mandíbula inferior.
Los fósiles fueron hallados entre 2007 y 2009 por un equipo conducido por Meave y Louise Leakey, madre e hija paleoantropólogas del Proyecto de Investigación de Koobi Fora y miembros de una famosa familia de cazadores de fósiles.
La doctora Meave Leakey es la mujer de Richard Leakey, hijo de Louis y Mary Leakey, que encontraron la evidencia que respalda el origen centroafricano de la especie humana. Mr. Leakey divide su tiempo entre la Universidad de Stony Brook en Long Island, donde es profesor de antropología, y el Instituto del Valle de Turkana, en Kenya.
Después de buscar arduamente los fósiles para confirmar las misteriosas características de la cara de 1470, Meave Leakey dijo esta semana: "Finalmente tenemos respuestas".
Fred Spoor, miembro del equipo de investigación que dirigió el análisis de laboratorio, dijo en una teleconferencia que la investigación muestra claramente que "la evolución humana no es la línea recta que alguna vez se pensó que era". En lugar de eso, el este de Africa, dijo, "era un lugar bastante poblado, con muchas especies", que presumiblemente tenían diferentes dietas.
Spoor es un paleoantropólogo del University College London y del Instituto Max Planck para Antropología Evolutiva de Leipzig, Alemania.
Aunque un puñado de especialistas en los orígenes humanos cuestionaron si las escasas evidencias eran suficientes para respaldar nuevas conclusiones, Ian Tattersall, del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, que no estuvo involucrado en el descubrimiento, concluyó que "este nuevo material ciertamente avala la idea creciente de que múltiples linajes de los Homo tempranos están presentes en los registros fósiles de Koobi Fora".
Tattersall afirmó que el hallazgo respalda la visión de que la temprana historia del Homo incluyó una vigorosa experimentación con el potencial biológico y comportamental de un nuevo género, en lugar de un lento proceso de refinamiento de un linaje central.
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