musulmanes rohingyas
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Miles de musulmanes rohingyas se han visto obligados de huir de Myanmar (Birmania) y refugiarse mayormente en Australia a fin de evitar la persecución religiosa.

El Gobierno central de Myanmar no reconoce a los musulmanes rohingyas y les niega sus derechos civiles, pues los considera inmigrantes indocumentados provenientes de Bangladés, a pesar de llevar en el país varias generaciones.

Los musulmanes rohingyas han sido objeto de torturas y represión desde que Myanmar lograra la independencia en 1948. Cientos de personas han sido asesinadas y miles han tenido que abandonar sus hogares por los ataques de extremistas budistas.

"Llegó el Ejército de Myanmar y me arrestó. Me llevaron a un campamento militar. Realmente me torturaron. Me golpearon", declaró el lunes Said Kazim, un musulmán rohingya que huyó a Australia, a la cadena de noticias iraní en inglés, Press TV.

El pasado 25 de diciembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas emitió una resolución en la que expresa su grave preocupación por la escalada de violencia contra la minoría musulmana rohingya e instó al Gobierno de Myanmar a adoptar medidas para mejorar la situación de esta comunidad que vive en el estado de Rajine, así como proteger todos sus derechos humanos, incluido el derecho a la nacionalidad.

El documento del organismo confirmó que hay "violaciones sistemáticas de los derechos humanos y de las libertades fundamentales" en Myanmar.

La creciente ola de enfrentamientos entre musulmanes y extremistas budistas en el país asiático, desde el pasado mes de octubre hasta el momento, ha dejado un saldo de centenares de muertos y heridos, además de casi 3.000 hogares destruidos.

El 89 % de los 60 millones de habitantes de Myanmar profesa el budismo, el 4 % sigue el Islam.