A
Imagen
tenas - El primer ministro de Grecia, Antonis Samarás, afirmó hoy en la primera Conferencia Nacional para el Crecimiento 2012-2020, celebrada en esta capital, que los resultados positivos de su política financiera comenzarán a mostrarse el próximo trimestre. El mandatario aseguró además que tras seis años consecutivos 2013 sería el último de recesión, pese a que los técnicos de su gobierno revisaron los datos sobre la marcha de la economía tras la explosión de la crisis en Chipre y aumentaron en medio punto la recesión prevista para el presente año, fijándola en el cinco por ciento.

Samarás defendió el espíritu europeista y señaló que "la crisis ha perjudicado a la visión europea, sobre todo en el sur, pero Europa puede ser un aliado y no un castigo".

Su análisis choca con el realizado por la Federación Helénica de Empresas, para quien los problemas surgidos en Chipre hundirán en una recesión más profunda la economía griega, en un punto porcentual pues la isla venía absorbiendo el nueve por ciento de las exportaciones griegas.

El presidente de la organización empresarial, Dimitris Daskalopulos, dijo la víspera que la insistencia en las medidas de austeridad estaba poniendo a prueba los límites de tolerancia de la sociedad y realizó un llamado al gobierno y a los prestamistas para rediseñar el programa con medidas de crecimiento.

Esta misma semana la oficina europea de estadísticas mostró a Grecia, por primera vez desde el inicio de la crisis, con el mayor índice de desempleo (26,4 por ciento) de los 17 países que integran la Eurozona, mientras que diversos analistas auguraron un rápido aumento del indicador que podría llegar a afectar al 30 por ciento de la población activa.

A su vez la Confederación Helénica de Profesionales, Artesanos y Comerciantes alertó recientemente en un estudio que unas 55 mil empresas, la mitad de ellas familiares, cerrarán sus puertas este año debido a la severa crisis que atraviesa el país, después de que en 2012 lo hicieran 75 mil.

Según el informe el aumento de los impuestos, la abrupta caída del nivel de vida de los griegos y la falta de financiación bancaria estaban matando el comercio griego, y cerca de la mitad de los comerciantes entrevistados afirmaron que el riesgo de quiebra del estado aún persiste, pese a los anuncios gubernamentales de que lo peor ya pasó.