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El empresario francés Bernard Tapie fue puesto ayer bajo detención preventiva para ser interrogado por el polémico arbitraje judicial que le permitió recibir más de 400 millones de euros del Estado francés, un caso que salpica a la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI) Christine Lagarde. El arbitraje por su litigio con el banco Crédit Lyonnais estaba relacionado con la venta en los años noventa de la firma Adidas, propiedad de Tapie, y obligó al Estado a indemnizarle con 403 millones.

También fue detenido Jean Bruneau, expresidente de la asociación de pequeños accionistas de la sociedad Bernard Tapie Finances (BTF).

Tapie está siendo interrogado en el hospital parisino Hôtel-Dieu, que dispone de una sala apta para los detenidos que necesitan atención médica. Por el momento se desconoce la razón de la elección de este lugar.

Los jueces deben dilucidar si el tribunal arbitral al que se recurrió era parcial y favorable a Tapie, bien conectado con el entonces presidente Nicolas Sarkozy. Desde finales de mayo, tres personas han sido inculpadas por «estafa en banda organizada» en esta causa. Lagarde, que en aquella época era ministra de Economía de Sarkozy, fue declarada «testigo asistido», un estatuto intermedio entre el de testigo y el de imputado.

Bernard Tapie, personaje atípico de la política francesa, pasó por épocas de gloria y de ruina, fue empresario, ministro e incluso actor cuando la fortuna en los negocios le dio la espalda.