Durante todo el siglo XXI continuará en la Tierra un enfriamiento global que reducirá la temperatura de entre 0.2 a un grado Celsius, como parte de la mini era del hielo iniciada en 2010, afirmó Víctor Manuel Velasco Herrera, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.
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Ese evento cíclico se debe al cambio natural de la actividad del Sol y a la variación de su baricentro. Este último "no sólo afecta el clima espacial y la actividad solar, sino que además es modulador de diferentes fenómenos naturales y del cambio climático natural", explicó en entrevista.

Actualmente, la mayoría de los modelos propuestos para analizar el clima son incompletos y, por tanto, sus pronósticos son deficientes, pues no incluyen elementos físicos fundamentales como, por ejemplo, la actividad y variabilidad del baricentro solar, mencionó.

Al cambiar la excentricidad de las órbitas planetarias y la actividad del Sol, en la Tierra se provocan eras glaciares e interglaciales, que son periodos cálidos como el actual, llamado Holoceno. "Desde 2004, la potencia de la radiación solar ha disminuido por debajo de su valor promedio de los últimos 30 años", detalló.

Doctor en ciencias espaciales, desde 2008 Velasco Herrera ha desarrollado un modelo propio llamado "ELSY" sobre la mini era del hielo que, de acuerdo a sus resultados, durará entre seis y ocho décadas. Su vaticinio ya ha obtenido resultados.

"Este fenómeno ha tenido sus primeras expresiones con eventos como el llamado snowpocalipsis (que en 2010 afectó principalmente a la ciudad estadounidense de Chicago), el frío siberiano que azotó a Europa en 2011 y la onda polar ártica, que durante este invierno se expresa en América del Norte y ha provocado el congelamiento de las cataratas del Niágara y diferentes vórtices polares.

Según este pronóstico, la tendencia de bajas temperaturas actualmente está en una etapa de transición y se profundizará dentro de seis años para alcanzar su fase más intensa entre 2020 y 2040.

Controversia con calentamiento global
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El modelo del universitario contrasta con estudios realizados por diferentes organizaciones e institutos internacionales, dedicados a documentar el calentamiento global del planeta causado por la actividad humana.

Al respecto, el especialista aclaró que ambos parten de puntos de vista distintos, pues el suyo se realiza desde las ciencias espaciales, que toman en cuenta parámetros espacio-temporales más amplios y analizan el cambio climático en una escala mayor, en la que considera tanto el calentamiento como el enfriamiento, ambos cíclicos a mayor distancia y tiempo.

"A veces el análisis de cualquier fenómeno depende del lapso de tiempo que se estudia. Si es corto, es posible que no se contemplen todos los elementos. En este caso hemos investigado no solamente el ciclo cálido interglaciar, sino además las eras glaciales, que se conocen como Holoceno y tienen 12 mil años; hemos analizado miles de años y entramos en una etapa nueva para examinar millones a fin de entender más", precisó.

"El cambio climático tiene sus fases de calentamiento y enfriamiento. Por ejemplo, en los últimos 400 mil años hubo periodos sumamente fríos llamados eras glaciales, que en promedio duran 100 mil años, así como cálidos o interglaciares, de 12 mil. Los fríos en nuestro planeta son sumamente largos, mientras que los cálidos son muy cortos", explicó.

Hace 127 mil años terminó la penúltima glaciación y empezó el penúltimo periodo cálido llamado Interglacial Eemiense. Había entre dos y cuatro grados por encima de la temperatura actual y el nivel del mar tenía entre cuatro y seis metros arriba del presente. La última glaciación inició hace aproximadamente 115 mil años y terminó hace 12 mil; entonces el nivel de mar tenía 120 metros debajo del actual.

Después de una fase cálida interglacial continúa una era glacial, es decir, ambas son recurrentes. El actual enfriamiento global es el preámbulo de la siguiente era glacial, que durará 100 mil años, reiteró.

Velasco Herrera coincidió en que a partir de la segunda mitad del siglo pasado las temperaturas de la Tierra han sido las máximas de los últimos mil años, pero aclaró que se debió al aumento de la actividad solar, que ha sido la mayor desde el Periodo Máximo Cálido Medieval (Groenlandia se quedó sin hielo) y que duró del año 800 al 1300 de la era común.

"Tener diferentes visiones permite la discusión y el avance de la ciencia, que implica un progreso general de la humanidad. Creo que el debate sobre este tema ocurrirá hasta que encontremos las leyes fundamentales de la naturaleza", consideró.

Eventos cíclicos, no atípicos ni extremos

"Desde las ciencias espaciales damos una idea distinta de lo que es el cambio climático y con esa perspectiva podemos explicar eventos como heladas "extremas", lluvias "intensas" y "súper" huracanes, adelantó.

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Para el universitario muchos eventos son cíclicos, pero no atípicos ni extremos, como año con año se difunde. "Para situarnos en México, las crónicas de 1446 en Techochtitlan documentan que hubo lluvias excesivas y en esa fecha la urbe se inundó de tal modo que ninguna de sus calles quedó en seco".

En la época colonial en la ciudad de México ya aparecen las mal llamadas lluvias "atípicas", pues los relatos indican que en 1627 cayó tanta que hubo tráfico de canoas y las misas se realizaban en los balcones. "Podemos ver que desde que hay asentamientos humanos en nuestro país, se habla de lluvias excesivas", acotó.

Respecto a las heladas y nevadas, coinciden si tenemos cada 100 años una disminución de la actividad solar.

"Los relatos dicen que en 1447 en el Valle de México hubo tanta nieve que moría la población. Los dos años siguientes se perdieron las mazorcas porque se heló el grano y, por lo tanto, hubo hambre. En 1450 fue tan excesiva que se cayeron casas y hubo una epidemia de catarro que le costó la vida a mucha gente mayor. En 1451 en Tula, Hidalgo, cayó nieve hasta la altura de las rodillas y en 1454 se congelaron los lagos de Tenochtitlan", detalló.

En contraste, hubo calor excesivo en un periodo posterior. Entre 1618 y 1619 en Puebla, se secaron los sembradíos y frutos. Para 1648 hay registros que indican que "ardía" Mérida; la capital de Yucatán padeció incendios en los campos.

"Asimismo, hay documentación de los huracanes de gran intensidad, como el ocurrido en Tlapa, Guerrero, en 1537; las crónicas narran que los vientos huracanados arrancaron de raíz los árboles y esto sólo pasa con uno categoría cuatro o cinco".

Ante estas tendencias cíclicas y no atípicas, Velasco Herrera recomendó que los centros de investigaciones nacionales se centren en encontrar una fuente de energía que permita sobrevivir el siguiente periodo glacial, así como desarrollar la agricultura para resolver el problema alimentario mundial.