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La inquietud regresó al extremo norte del país, pero el Centro Sismológico Nacional (CSN) aseguró que la serie de sismos registrados durante el fin de semana y este lunes son parte del proceso geológico tras el terremoto de 8.2 grados ocurrido el 1 de abril pasado.

Los temblores han sido hasta ahora más de una veintena, la mayoría de ellos sólo registrados por instrumentos, siendo el más fuerte el ocurrido esta mañana, a las 7:21 horas, el que alcanzó los 5.4 grados de magnitud.

"Uno esperaría después de un terremoto de 8.2 grados, como el que ocurrió el 1 de abril en la región del norte de Chile, réplicas asociadas a éste, y de hecho eso es lo que estamos observando. Estas réplicas se van a extender por un periodo bastante extenso. Yo diría que por lo menos instrumentalmente vamos a registrar temblores por más de un año", aseguró a emisoras locales el director del CSN, Sergio Barrientos.

El experto comentó que la situación responde a "patrones normales del decaimiento del número de réplicas por unidad de tiempo que se han observado en otras partes del mundo y aquí en Chile. No es nada anormal que ocurran y que algunas de ellas sean perceptibles. Están ocurriendo en la misma región donde se activó la zona de terremoto, que fue prácticamente frente a las costas de Pisagua, hacia el sur, hasta Iquique. De modo que esto es lo esperable".

El sismólogo y académico de la Universidad de Chile, comentó que el norte de Chile ya liberó gran parte de su energía acumulada, por lo que estos temblores no debieran significar la ocurrencia de otro gran evento sísmico.

"Nosotros estamos calculando del orden de unos seis metros de desplazamiento del terreno asociado al terremoto del 1 de abril. Y estos temblores están ocurriendo en la misma región, poco más a la superficie de la zona de ruptura, de modo que yo no esperaría se diera otro terremoto. Si fueran más hacia el norte o más hacia el sur, ahí estaría más preocupado", opinó.

En otro orden, agobiado por las urgencias del país en todos los órdenes, la presidenta Michelle Bachelet firmó el proyecto de ley que instaura la figura legal del administrador provisional de instituciones de educación superior, que no cumplieron su cometido y sólo lucraron y por lo tanto presentan irregularidades con el fin de evitar su cierre.

A esta ley se sumará en las próximas semanas el proyecto de fortalecimiento a la educación parvularia y que pone el fin al lucro y la selección en colegios secundarios. La mandataria señaló que, más que interferir en las entidades, el proyecto apunta a mejorar los estándares de calidad y para que los estudiantes "sepan que sus derechos están garantizados".

La figura del interventor, agregó, apunta a entregar protección académica y financiera a los estudiantes para frenar su búsqueda en otras instituciones educativas y generar "soluciones cuando todavía es tiempo antes que la única salida posible sea el cierre".

Aclaró que el administrador provisional, que designará el ministerio de Educación en acuerdo con el Consejo Nacional de Educación, intervendrá cuando los planteles presenten inviabilidad académica, administrativa o financiera, y agregó que es una figura ya contemplada para los colegios que perciben aportes estatales.

"Los estudiantes son sujetos de derecho", reafirmó la presidenta asegurando que esta medida es una señal para aclarar que el Estado es garante del derecho a la educación.