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© DesconocidoCasa hopotecada en California
Un millón de estadounidenses perdieron su vivienda el pasado año al no poder pagar las hipotecas, un período considerado muy duro para el sector inmobiliario y sobre todo para los desempleados endeudados.

La ola de desahucios arrastró a los propietarios insolventes, cuyas viviendas pasaron a los bancos, en una cifra que superó en un 14 por ciento a la del año 2009.

Afirman los especialistas que esa cifra pudo haber sido mayor, pues a finales de 2010 algunos bancos suspendieron los embargos al detectar irregularidades en los expedientes.

Según estadísticas, Nevada es el Estado con mayor índice de embargos en Estados Unidos, donde uno de cada 11 propietarios son notificados por los bancos por el impago de la deuda, mientras que en la vecina Arizona, el riesgo de ser desahuciado amenaza a uno de cada 17 hogares.

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